El anuncio del EZLN y del CNI Consejo Nacional Indígena) de impulsar a la indígena María de Jesús Patricio Martínez (Marichuy) como candidata independiente para participar en las elecciones presidenciales del 2018, ha provocado diferentes reacciones en la izquierda, y abre un interesante debate sobre las estrategia que define esta táctica electoral.
Sábado 1ro de julio de 2017
Una vez anunciada la candidatura independiente de Marichuy (indígena, médica tradicional), y el llamado de distintas organizaciones a sumarse a la campaña que impulsa el EZLN, los socialistas no podemos quedar fuera de este debate.
Algunas organizaciones de izquierda, preocupadas por echar al PRI de la presidencia en el 2018 están reflexionando sobre la viabilidad de apoyar una candidatura representante de los indígenas que hable sobre los problemas más urgentes de los territorios poblados por este sector oprimido, así como de los problemas que afectan al país. Otras, de manera, bajo una estrategia que propone la colaboración de clases, llaman a una alianza entre el EZLN y el Morena.
Una vez pasadas las elecciones a gobernador del Estado de México, y comprobado que la alternancia es un régimen de democracia burguesa ultra degradada, queda demostrado que los de arriba van a elecciones para repartirse el pastel económico y político del país y perpetuarse en el poder sin importarles las demandas de quienes los votan. El “nuevo” PRI sigue siendo el PRI de siempre, y el PAN igual al PRI. En tanto, el PRD hace pactos políticos con el PRI, y acuerdos electorales con el PAN. Ésta es la transición política pactada entre los partidos del congreso.
La política desmovilizadora del Morena y Andrés Manuel López Obrador ante el cochinero del INE (que ellos llaman fraude y que perjudicó su propio resultado electoral), para no ser calificado como desestabilizador por los grandes grupos económicos, y llegar más potable para el 2018, muestra que no será bajo el Morena que las masas populares realizarán sus reivindicaciones.
Hay un salto en el autoritarismo del régimen de partidos al calor de la militarización del país iniciada por Felipe Calderón. La represión brutal de gobiernos perredistas en Michoacán contra normalistas; en Morelos contra ambientalistas y comuneros, donde este partido usó la misma mano dura que los anteriores gobiernos panistas; y la política represiva de Miguel Ángel Mancera contra los movimientos como el magisterio disidente, estudiantes y colonos, muestra que gobiernan contra las masas populares y la clase trabajadora.
El gobierno de Peña Nieto, lejos de atenuar la crisis de legitimidad existente, la profundiza con maniobras como las del Instituto Nacional Electoral y el Instituto electoral del Estado de México en las elecciones a gobernador del Edomex, donde las autoridades electorales solaparon el descarado intervencionismo federal en dichos comicios. A lo que se suma el espionaje gubernamental a toda actividad que huela a oposición a su forma de dirigir el país.
En este contexto de degradación de la democracia burguesa, la candidatura de Marichuy aparece para muchos como una forma distinta de hacer política y de enfrentar la desastrosa problemática nacional.
La discusión en el Foro Socialista sobre la candidatura indígena
Diversas agrupaciones abordaron este tema el pasado sábado 17 de junio durante el Cuarto Foro Socialista “Los socialistas frente a la crisis capitalista”. Entre ellas, participaron la Liga de Unidad Socialista, el Partido Revolucionario de los Trabajadores, el Partido Obrero Socialista y la Coordinadora Revolucionaria Socialista. Como observador, asistió el Movimiento de los Trabajadores Socialistas.
Compartiendo de una visión general sobre el contexto antidemocrático nacional y de profundización del ataque a los derechos de los trabajadores, los integrantes del Foro opinaban que la candidatura de EZLN era una oportunidad para dar a conocer el programa socialista ante miles y que ayudaría a la coordinación y al reagrupamiento de los socialistas. Y que por lo tanto, permitía radicalizar el descontento popular. Para ello partían de caracterizar la candidatura zapatista como independiente de la burguesía (anticapitalista), y que se le podría plantear que tomara las demandas de la mayoría.
Sin embargo, un compañero de la CNTE planteaba, que dado que el EZLN todavía no presentaba su programa, y que probablemente sería indigenista, los socialistas tendrían que esperar hasta conocerlo para pronunciarse en torno a la candidatura.
Esto es muy importante porque plantea un problema estratégico: qué programa para enfrentar el régimen y el estado, con qué estrategia enfrentamos a los capitalistas, y por qué gobierno luchamos.
Esto implica discutir qué entendemos por “anticapitalismo”. Hay quienes sostienen que la perspectiva autonomista del EZLN es anticapitalista, por la denuncia que hacen del sistema imperante, sin considerar cuál es la estrategia política que levantan y si proponen (o no) una alternativa de poder al mismo. En tanto los socialistas consideramos que ser anticapitalistas se expresa en una estrategia que reivindica la toma del poder por la clase obrera, en alianza y acaudillando al campesinado y demás sectores explotados y oprimidos de la nación, para expropiar los medios de producción bajo un programa que dé solución a las históricas demandas de indígenas y campesinos.
¿Candidatura obrera o candidatura indígena?
El MTS, sin soslayar la importancia que tiene la propuesta de una candidata indígena para participar en las elecciones del 2018 (donde los compañeros del EZLN aclaran que su candidatura, que deberá reunir un millón de firmas para participar, no va por votos, sino por la organización de las masas), ya planteó desde diciembre un primer posicionamiento respecto a la misma, y sus consideraciones en torno a esta esta candidatura.
No dudamos que, para muchos compañeros, la candidatura propuesta por el CNI pueda ser vista como una herramienta para estimular la organización de sectores populares.
Sin embargo, consideramos que una candidatura que levante una perspectiva realmente anticapitalista debería impulsar la lucha contra el régimen político, y frente al mismo, proponer la lucha por el poder político para los trabajadores y sus aliados del campo y la ciudad, para expropiar a la clase dominante, movilizándose contra los pactos que atan al imperialismo.
En ese camino, creemos que los socialistas deberíamos discutir como impulsar una candidatura que exprese las luchas que han dado distintos sectores de la clase trabajadora, como las que llevaron adelante desde el magisterio combativo hasta las trabajadoras de las maquiladoras de Ciudad Juárez.
En esa perspectiva, los socialistas tenemos que levantar una candidatura que responda estratégicamente en la perspectiva de una república obrera, que pasa en primera instancia por la lucha de un gobierno obrero y campesino.
A 100 años de la Revolución Rusa, consideramos que la discusión entre los socialistas sobre este aspecto estratégico es fundamental para plantearle al movimiento obrero la necesidad de un partido de la clase trabajadora.
Es un debate que recién empieza y que debemos realizarlo de la manera más fraternal -aunque directo- entre los que nos reclamamos del socialismo revolucionario.

Mario Caballero
Nació en Veracruz, en 1949. Es fundador del Movimiento de Trabajadores Socialistas de México.