El pasado miércoles (11) el Frente Pueblo Sin Miedo dio un paso más en su política de seguidismo al gobierno, construyendo una alianza con parlamentarios del partido de Marina Silva (Red), que en las últimas elecciones presidenciales apoyó en el segundo turno al candidato derrotado del PSDB. Aécio Neves, y del partido PDT, del dirigente histórico Brizola y del actual Ciro Gomes.
Martes 17 de noviembre de 2015
El pasado miércoles (11) el Frente Pueblo Sin Miedo, hasta entonces integrado por la Central Única de los Trabajadores (CUT), Unión Nacional de Estudiantes (UNE), Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST), el PSOL y entidades sociales ligadas a esas organizaciones, dio un paso más en el sentido de ubicarse como un frente para desviar la lucha de los trabajadores detrás del gobierno de Dilma y del PT. Directamente construye una alianza con parlamentarios del partido de Marina Silva (Red), que en las últimas elecciones presidenciales apoyó en el segundo turno al candidato derrotado del PSDB. Aécio Neves, y del partido PDT, del dirigente histórico Brizola y del actual Ciro Gomes.
El senador Randolfe Rodriguez (ex PSOL y ahora en el partido Red) presidió la reunión de lanzamiento del frente en el Congreso nacional y declaró que, “necesitamos de una amplia movilización y vamos a comenzar aquí, por el Congreso Nacional. Podemos celebrar porque comenzamos con un número significativo de diecisiete parlamentarios y juntos vamos a unir fuerzas y aumentarlo”.
Sin miedo, Guilherme Boulos dirigente del MTST afirmó que uno de los objetivos del Frente es “hacer oposición al ajuste fiscal”. Sin embargo omite que la CUT, que integra el Frente Pueblo Sin Miedo, viene siendo la central que impulsa el mal llamado “Programa de Protección al Empleo” (PPE), otra faceta del ajuste que busca reducir el salario del trabajadores a cambio de la disminución de la jornada laboral. Luego afirmó que “ya tenemos una agenda con varias acciones a desarrollar en 2016”, año electoral y en el cual el Frente puede cumplir el papel de contención de la desbandada de votos que tendrán aquellos candidatos que se presenten vinculados acríticamente al PT.
Mientras las calles de Brasil se pueblan de mujeres luchando por el derecho a decidir sobre sus propios cuerpos, las escuelas de San Pablo comenzaron a ser ocupadas por los estudiantes secundarios y los petroleros que protagonizan la mayor huelga desde la lucha contra la privatización de 1995, Boulos finge estar “enfrentando los ajustes”, primero con la CUT y ahora con los parlamentarios de partidos burgueses, cuestión que toda la izquierda que se reivindica socialista debería rechazar. Se trata de un salto a derecha del Frente Pueblo Sin Miedo.
Aún hay tiempo para que el PSOL revierta el papel que está cumpliendo de cubrir por izquierda al PT y a la burocracia sindical en un frente que, no mueve un dedo frente a las huelgas contra el ajuste en curso ni llama a una sola acción para contribuir a su triunfo, tal como ocurre con la actual huelga petrolera. Ahora, como si fuera poco, se liga directamente a los partidos patronales.
Para evitar que se consolide esta política del PSOL es necesario una verdadera rebelión de la militancia rumbo a su próximo Congreso partidario, que tendrá lugar el 5 y 6 de diciembre próximos, que se contraponga a esta orientación política adoptada por la amplia mayoría de la dirección partidaria.
La batalla contra la entrada al PSOL de candidatos arribistas provenientes de partidos burgueses como el PDT y el PSB y contra la participación del PSOL en el Frente Pueblo sin Miedo debería ser parte de las discusiones del Congreso, poniendo sus fuerzas a disposición de la solidaridad, en las calles y en los lugares de trabajo y estudio, de las luchas de resistencia que los trabajadores y la juventud están dando contra los ajustes, proyectando una fuerza política independiente tanto del gobierno del PT como de la oposición de derecha.