El Gobierno golpista de Jeanine Áñez acaba de emitir mediante la Fiscalía una orden de detención contra el expresidente Evo Morales por supuestos delitos de sedición y terrorismo. Es parte de la política de persecución y criminalización de la oposición que viene llevando adelante la derecha.
Miércoles 18 de diciembre de 2019 16:00
La Fiscalía boliviana emitió este miércoles una orden de detención contra el expresidente Evo Morales, a quien el Gobierno golpista de Jeanine Áñez ha acusado de supuestos delitos de sedición y terrorismo.
Se trata de una política sistemática de la derecha golpista, que ha venido persiguiendo y criminalizando a los opositores, tanto a los que pelearon en las calles como a los campesinos de Cochabamba, los comunarios de las provincias de La Paz y los vecinos de El Alto y Senkata, como a los funcionarios y dirigentes del MAS, a pesar de que estos últimos reconocieron a los golpistas en el Parlamento, dando legitimidad al Gobierno de Áñez.
Uno de los principales instigadores de esta persecución, que hoy lleva más de 130 procesados por sedición y terrorismo, es el ministro golpista de Gobierno (Interior), Arturo Murillo, que se ha encargado de denunciar por narcotraficantes y sediciosos a los opositores, o aquellos que denuncien los atropellos de los golpistas.
Murillo había compartido en Twitter una fotografía del documento en el que se ordena aprehender a Morales, refugiado en Argentina, y trasladarlo ante la Fiscalía Especializada Anticorrupción para "prestar su declaración informativa.
"Sr. @evoespueblo (la cuenta de Morales en Twitter) para su conocimiento", escribió Murillo.
Sr. @evoespueblo para su conocimiento pic.twitter.com/1KrAFcevjQ
— Arturo Murillo (@ArturoMurilloS) December 18, 2019
Arturo Murillo ya había presentado en noviembre pasado, apenas instaurado el Gobierno golpista, una denuncia contra él en la fiscalía de La Paz por delitos como terrorismo, al acusarle de incitar a la violencia contra el Ejecutivo de la autoproclamada Áñez desde su asilo en México.
Toda la prueba que tiene Murillo es un vídeo en que se escucha una voz atribuida a Morales, cuya autenticidad no ha sido demostrada por fuentes independientes.
La voz, por teléfono supuestamente desde México, incita a un dirigente cocalero en Bolivia, contra quien también hay una orden de aprehensión, a mantener bloqueadas las ciudades para impedir el ingreso de alimentos.
Evo Morales se encuentra en Argentina desde la semana pasada procedente de México, a donde llegó como asilado tras salir del Bolivia el pasado 11 de noviembre.
Morales renunció el pasado 10 de noviembre tras la dimisión de la mayoría de sus ministros en el marco del golpe de la derecha cívica, la Policía, el Ejército y la iglesia. El golpe contó con el sustento de la Organización de Estados Americanos (OEA), que había advertido "graves irregulares" en las elecciones del 20 de octubre, aunque sin presentar pruebas concluyentes en ese momento, y el respaldo inmediato del imperialismo estadounidense.
A pesar de la brutalidad de la represión que siguió a la instauración del Gobierno golpista, con decenas de muertos en Cochabamba y Senkata, cientos de heridos y más de mil detenidos por razones políticas -de los cuales hoy quedan más de 130 procesados y con detención preventiva por cargos de sedición y terrorismo-, los parlamentarios del MAS pusieron a disposición su mayoría en ambas cámaras de la Asamblea Nacional para legitimar al Gobierno de Áñez. Esto se sumó a la "mesa de diálogo" en la que se sentaron dirigentes de la COB (uno de ellos ahora integra el Gobierno), campesinos y de las juntas vecinales, entre otras, para ayudar a los golpistas a descomprimir la situación social y desmontar los bloqueos y marchas, que se sucedían casi todos los días sobre la ciudad de La Paz.
La actitud de Murillo y las medidas de la autoproclamada Áñez no dejan dudas sobre el carácter golpista y de derecha del Gobierno. La política del MAS y de muchas de las direcciones de los trabajadores, campesinos e indígenas, muchos de ellos en contra de sus propias bases que querían seguir peleando, es en lo que se apoya hoy Arturo Murillo para redoblar su ofensiva e ir por el mismo Evo Morales.
Es necesario pelear contra todas estas medidas arbitrarias, que además del intento de detención de Morales y la prohibición de ingresar al país, podrían incluir la propia proscripción de candidatos del MAS hacia las elecciones, junto con la lucha por la inmediata libertad de todos los presos políticos. Esto es algo elemental en la pelea contra el Gobierno golpista de Áñez y sus políticas.