Sería la quinta elección en los últimos tres años y medio. El sistema políitco y de partidos israelí está sumido en una crisis grave que incluye una profunda polarización, casos de corrupción y diferencias internas. El actual Gobierno de coalición solo duró un año. El exprimer ministro Benjamin Netanyahu quiere aprovechar el momento para volver a la arena políitca.
Martes 21 de junio de 2022 11:28
Primer ministro israelí Naftali Benet (izquierda) y el ministro de relaciones exteriores Yair Lapid (derecha) anuncian el proyecto de disolución del Parlamento este lunes. EFE/EPA/ABIR SULTAN
El gobierno israelí, encabezado por el primer ministro ultraderechista Naftali Benet, ha decidido disolver la Knéset (Parlamento israelí) y convocar elecciones anticipadas.
"El ministro Lapid y yo hemos decidido avanzar hacia la disolución del parlamento y convocar elecciones", anunció en la comparecencia conjunta en la Knéset (Parlamento israelí) Benet.
Lapid, que hasta ahora ha ocupado la cartera de Exteriores, asumirá como primer ministro interino hasta la formación de un nuevo Ejecutivo que salga de las nuevas elecciones, que previsiblemente tendrán lugar en octubre por los tiempos parlamentarios. Sin embargo, el exprimer ministro Benjamin Netanyahu ya anunció su intención de torpedear el proceso buscando ganar tiempo para hacer una propuesta de Gobierno y evitar llegar a nuevas elecciones.
La crisis política y el aparthied contra los palestinos
El llamado "gobierno del cambio", la actual coalición que se formó hace solo un año compuesta por el actual primer ministro, Naftali Benet, y su principal socio, el titular de Exteriores, Yair Lapid, llegó al poder tras cuatro elecciones en tan solo tres años y medio. El sistema político israelí se encuentra fragmentado y polarizado políitca y socialmente, generando una inestabilidad sin precedentes que no permite alianzas parlamentarias duraderas.
Benet inició los trámites para que mañana miércoles se vote la disolución de la legislatura, mientras la oposición liderada por Benjamín Netanyahu busca a contrarreloj conformar un Ejecutivo alternativo en el actual parlamento que evite otra convocatoria electoral.
Los preparativos para la ley de disolución del parlamento implican cuatro votaciones en el pleno y dos revisiones de comités, un proceso complejo que el bloque opositor de Netanyahu podría torpedear para ganar el tiempo que necesitan para lograr una mayoría mínima de 61 escaños para formar un Gobierno alternativo antes de agotar la legislatura.
El actual "gobierno del cambio" había perdido su mayoría parlamentaria en abril, tras verse acechado por la deserción de varios diputados y afectado por constantes disputas internas.
Una de esas deserciones fue la de Idit Silman, una diputada de Yamina, el partido de ultraderecha de Benet, lo que desencadenó la amenaza de otras deserciones desde todos los flancos políticos.
En partido árabe Raam también congeló a finales de abril durante tres semanas su participación en el gobierno a raíz de la brutal represión a la población árabe palestina en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén durante el Ramadán, pero luego decidió reintegrarse al Ejecutivo, que lleva más de dos meses en la cuerda floja.
La gota que colmó el vaso fue la incapacidad del gobierno para reunir la semana pasada los votos suficientes para extender el "sistema legal de dos niveles en Cisjordania", que ha diferenciado entre colonos israelíes y palestinos desde que Israel ocupó el territorio en 1967. Se trata de la norma legal que le da sustento al apartheid israelí permanente sobre la población árabe en los territorios ocupados.
La extensión de esta norma se vota cada cinco años y esta es la primera vez que parte de los miembros arabes del Parlamento debían votar dentro de una coalición de Gobierno. Su negativa llevó al naufragio de la votación, y a la crisis del Gobienro de Benet, exlíder de los colonos, aunque la norma se mantendrá vigente hasta que exista un nuevo ejecutivo, lo que muestra que más allá de las crisis, está garantizando el régimen colonial y de apartheid israelí.
¿La vuelta de Netanyahu?
Netanyahu, que está siendo juzgado por cargos de corrupción, vio la sangría y las oportunidades: "Después de un año de lucha decidida de la oposición en la Knéset y un gran sufrimiento del público en Israel, está claro para todos que el peor gobierno en la historia de Israel ha llegado a su fin", dijo.
En las últimas semanas, se ha especulado mucho con la posibilidad de que otro diputado de Yamina, Nir Orbach, abandonara la coalición oficialista y se uniera a la oposición liderada por el partido Likud del ex primer ministro Benjamin Netanyahu, quien celebró la noticia.
Según la prensa israelí, Orbach lleva semanas en contacto con Likud y estaba a punto de anunciar su abandono del gobierno.
La coalición de gobierno actual solo pudo llegar al poder un año atrás luego de la inédita amalgama de ocho partidos políticos de todas las tendencias -desde la derecha ultranacionalista, hasta la centroizquierda pacifista, pasando por la inclusión de un partido árabe- que se unieron para derrotar a Netanyahu, tras 12 años consecutivos en el poder.
Su gestión estuvo cruzada por una fuerte ofensiva contrra los palestinos, tanto en los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén este, como también hacia la Franja de Gaza. Semana a semana las fuerzas represivas y el Ejército de Israel escalaron y apoyaron todo tipo de provocaciones de parte de los colonos israelíes y las acciones de la extrema derecha en la ocupación de tierras palestinas y de sus lugares sagrados o la demolición de sus casas. Las redadas en los campos de refugiados palestinos se volvieron más brutales y sistemáticas e incluyeron el asesinato de al menos dos periodistas, una de ellas Shireen Abu Akleh, de la cadena catarí Al Jazeera.
Ahora Netanyahu, que no se diferencia de esta coalición en cuanto al trato hacia los palestinos, quiere aprovechar la crisis para volver al Gobierno. Sin embargo la crisis políitca es profunda y tambien lo afecta a él. De hecho, según los últimos sondeos, este escenario se podría repetir en las próximas elecciones, lo que lleva nuevamente a Israel a un escenario político incierto.
Esta crisis tiene además lugar en la previa de la visita oficial del presidente estadounidense, Joe Biden, que está prevista para el 13 y 14 de julio.