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Red Internacional
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El Gobierno sufrió duro revés y retrocede a acuerdo con el FMI ¿Qué pasos dar a continuación?

Estamos en una nueva situación política nacional marcada por el retroceso de la política de endeudamiento y, por ahora, un empantamiento del Gobierno. El Movimiento Rescate Nacional y la UCCAEP pusieron fin a los bloqueos. Han habido movilizaciones de la clase trabajadora contra el FMI y la política de ajuste, mujeres contra la violencia patriarcal y miles de artistas contra los recortes a cultura. ¿Qué pasos dar desde la clase trabajadora, las mujeres, la juventud y la izquierda?

Domingo 25 de octubre de 2020

Desde el fin de semana del 17 y 18 de Octubre, dos tendencias son importantes en la política nacional. Una nueva situación política, mucho más favorable a la clase trabajadora que el periodo previo asociado a la pandemia y al inicio de la crisis económica, pues las protestas nacionales obligaron al gobierno a retroceder en su acuerdo con el FMI. La segunda tendencia es internacional y refuerza la tendencia interna. Esta tendencia internacional está asociada a la rebelión en los Estados Unidos y en Chile, así como recientemente a la gran derrota electoral de la derecha golpista, reaccionaria y religiosa en Bolivia, un producto distorsionado, expresión de lucha de clases, de una resistencia que en las calles las masas hicieron contra el régimen golpista.

En este sentido, las movilizaciones de la clase trabajadora y los bloqueos que sacudieron al país durante dos semanas, que hicieron retroceder la política de endeudamiento con el FMI del Gobierno, se dan dentro de dicha tendencia internacional. Por otra, si sumamos el fracaso, por ahora, de las políticas de llamados al diálogo, el Gobierno de Alvarado entra en una situación de empantanamiento político.

Los acuerdos nacionales que se forman y los que no

Diversos elementos específicos de la nueva situación nacional están enmarcados en dichas tendencias, como por ejemplo el acuerdo firmado por UCCAEP y Movimiento Rescate Nacional, mismo que desbanca al Gobierno como el principal articulador político del país, pues los bloqueos en todas las rutas terminan por levantarse en un acuerdo que se da por fuera de las iniciativas del propio Alvarado.

Por ello el acuerdo entre la principal cámara empresarial y Rescate Nacional de Célimo Guido y Albino Vargas ha sido criticado por La Nación y la derecha política. Obviamente el Gobierno ha criticado el acuerdo por no haber sido ellos los interlocutores centrales e imponer su agenda política. No le queda de otra en realidad. E incluso tal vez debería estar agradecido de que las cámaras empresariales y la dirección de Rescate Nacional le han dado un respiro para intentar recomponer su poder.

La política de un nuevo diálogo nacional (el tercero del Gobierno y el segundo en pocos meses), que fracasa por ahora, no es otra cosa que la confirmación de la debilidad del Gobierno.

Las marchas de la clase trabajadora y del pueblo pobre requieren una dirección propia

Otros elemento que marca la nueva situación es el resurgir de las movilizaciones de masas en el país. Luego de que durante largos meses el Gobierno utilizó la pandemia para aplicar sus medidas de ajuste, mientras que los y las trabajadoras, las mujeres y los sectores populares no podían protestar, hoy es diferente.

La primera presencia en las calles fue la movilización espontánea nacional de mujeres en casi todas las ciudades del país contra los femicidios. Luego fueron las movilizaciones que pusieron en vilo al Gobierno, con una ola de bloqueos contra el FMI durante dos semanas en el interior del país, a la que se sumó la movilización de sindicatos en la capital con miles en las calles, también contra el FMI y las políticas de ajuste gubernamental contra la clase trabajadora. Posteriormente han habido más movilizaciones sindicales y también la enérgica marcha contra los recortes a la cultura el sábado 24.

Esta situación es favorable para los trabajadores y las trabajadoras pues el Gobierno está a la defensiva y empantanado, al menos por el momento, por lo tanto una clase trabajadora organizada y con un plan de lucha y programa a la altura de las circunstancias, con claridad de sus objetivos, podría darle importantes derrotas a la política de Carlos Alvarado. El problema estriba en la dirección política

La dirección del MNR mostró rápidamente su carácter de clase y su política real, pactando con la más importante de las cámaras empresariales que aglutina a gruesos sectores de la burguesía, dejando en banda a muchos de los pequeños productores, pobladores pobres y trabajadores agrícolas del interior. Claramente la dirección de MNR no tiene absolutamente nada que ver con los intereses de las mayorías pobres y explotadas.

Pero no es menor el papel que han venido jugando las directivas burocráticas que están actualmente frente a las organizaciones sindicales. En estas últimas movilizaciones se ha arrastrado el gran lastre que enfrenta la clase trabajadora desde hace años y que empieza a llegar a tendencias alarmantes: la burocracia sindical. Las direcciones sindicales están formadas por dirigentes que prefieren sus cómodos sillones a enfrentar con seriedad las políticas del Gobierno.

Hemos visto cómo estas directivas burocráticas de los sindicatos dejaron pasar cientos de miles de despidos y otras medidas de ajuste. Llaman a movilizarse porque se sienten amenazados por un desborde de su base, pero lo hacen sólo en la medida de lo “necesario” para ellos, y no con un verdadero plan de lucha y movilizaciones para derrotar las políticas de Alvarado. Después de la importante marcha del martes 6 de octubre en la capital no convocaron a nuevas importantes movilizaciones nacionales, lo que ha desorganizado diversas protestas nacionales.

Como casi siempre, estas movilizaciones no están planeadas, organizadas ni orientadas por una estrategia política, misma que solo podría aportar una izquierda trabajadora, socialista y de la clase trabajadora con un programa de lucha y una política de autoorganización, para que sean los propios trabajadores y trabajadoras los que decidan cada paso de la pelea. Las burocracias sindicales de los dientes para afuera sostienen que son “independientes” de partidos, pero no políticamente pues en realidad muchos de estos dirigentes tienen estrechas relaciones con el Frente Amplio que es parte del Gobierno de Alvarado, así como con el PAC y otros partidos patronales. De manera tal que son “independientes” de partidos solamente en el sentido de que las burocracias sindicales combaten activamente a la izquierda dentro de los sindicatos.

Las direcciones sindicales han aprendido a cerrar filas y usar el aparato sindical para sus propios intereses. Las direcciones sindicales son pequeñas cúpulas concentradas de poder, profundamente antidemocráticas, expertas en engañar una y otra vez a los trabajadores y las trabajadoras que representan.

La completa obstinación con que estas direcciones se rehúsan a convocar a un Encuentro Nacional de Trabajadores que vote un pliego único de reivindicaciones y organice un plan de lucha nacional coordinado, con delegados electos en asambleas en sus lugares de trabajo y con mandato por la base, es la mejor prueba del carácter antidemocrático que denunciamos. Hay que exigirles a estas direcciones sindicales que abandonen la pasividad y convivencia con enemigos de los trabajadores y que convoquen con urgencia un Encuentro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras para enfrentar los ataques del Gobierno y los empresarios hasta derrotarlos y que no seamos nosotros los que sigamos pagando la crisis. En dicho Encuentro se debe elegir una dirección de manera democrática.

Para forjar esa dirección es necesario ver la situación de la izquierda en la actual situación.

La izquierda en la nueva situación

En primer lugar el rol jugado por el Frente Amplio, como partido de Gobierno, es de lo más desmoralizante para cientos de trabajadores y trabajadoras que lo habían visto como alternativa real. Como si esto no fuera suficiente, el Frente Amplio saludó la iniciativa de diálogo y buscó la desactivación de los bloqueos para llevar nuevamente al pueblo pobre al terreno preferido de los políticos burgueses nacionales.

El Frente Amplio quiere jugar a oficialista y a oposición, una pata en el Gobierno y otra fuera. Para lograr este objetivo, es preciso que José María Villalta adopte poses de izquierda radical de tanto en tanto. Pero es solo la cobertura por izquierda de Patricia Mora, que es parte del gobierno del PAC. En definitiva, si Villalta no se pusiera rojo brillante de tanto en tanto, nadie le creería al Frente Amplio una sola palabra, pues sería entonces evidente la capitulación perpetua del Frente Amplio ante alguna fracción política burguesa con pose de progresista (en este caso la dirección del Movimiento Rescate Nacional representada por Corrales y Célimo Guido, pero antes Carlos Alvarado, antes Luis Guillermo Solís, antes Ottón Solís, etc...)

El objetivo estratégico buscado por la dirección frenteamplista es parte de la herencia stalinista en la formación de la clase trabajadora costarricense, idea que impregna además a todas las corrientes nacionalistas e incluso autonomistas de izquierda. Su objetivo es siempre la búsqueda de un frente popular, es decir, la conciliación de clases, en otras palabras, la “unidad” de los trabajadores con partidos de la burguesía con poses nacionalistas o “progres”, en la búsqueda de “democratizar” el capitalismo y hacerlo “justo”, como si esto fuera posible. Políticas que no son más un embauque y un callejón sin salida para los explotados y oprimidos de esta sociedad. Esta es la ilusión reformista de herencia stalinista.

Y la izquierda que se reclama obrera y socialista ¿en qué anda y propone?

Por otro lado y por otros motivos, la izquierda que se reivindica obrera y socialista, mayoritariamente viene sosteniendo la misma posición estratégica actual frente al Movimiento Rescate Nacional que el Frente Amplio. EL NPS y el PRT han publicado en su prensa llamados a un encuentro nacional de trabajadores con la dirección del Movimiento Rescate Nacional.

En efecto el NPS publicó el 8 de octubre: “Proponemos a las organizaciones sindicales (BUSSCO, APSE) y a Rescate Nacional convocar un Encuentro Sindical y Social de Emergencia, con delegados de las organizaciones y regiones en lucha, para centralizar democráticamente el programa y el plan de acciones a seguir hasta derrotar al gobierno de Carlos Alvarado.” El 16 de octubre, aun cuando MRN ya había firmado el pacto con UCCAEP, el NPS insistía: “Insistimos en nuestro llamado para realizar un Encuentro Sindical y Social para reorganizar la lucha contra el FMI de manera democrática y no caudillista.” ¿Qué “programa” en común podría tener los trabajador con Corrales y Célimo Guido y demás dirigentes del MRN? Ninguno. Vimos de entrada cómo levantaban “no más impuestos” en general, pues era toda una política para incluir a sectores patronales acostumbrados a evadir y no pagar el más mínimo impuesto mientras a los trabajadores los recargan cada vez más.

El PRT por su parte el 16 de Octubre publicó “Insistimos en la necesidad de convocar a una Asamblea del Movimiento Rescate Nacional y a que se conformen asambleas regionales para democratizar la organización, evitar los métodos caudillistas y evitar errores políticos más gruesos” y para intentar ocultar el carácter de clase de la dirección de Rescate Nacional, se apoya en Célimo Guido insistiendo en que “como el mismo Guido planteó, ante el bochornoso retiro de Corrales del movimiento: este movimiento no tiene dueño. Es un movimiento de las comunidades en lucha.” Todo esto luego de la firma del pacto con las cámaras empresariales en que el propio Célimo fue firmante.

El MNR le impuso una dirección centralizada y personalizada en figuras políticas ajenas a la clase trabajadora y los explotados como Corrales y Célimo Guido, así como también cámaras patronales del campo como la del arroz.

Llamar a la dirección del MRN a un encuentro el NPS y el PRT lo han dicho antes, durante y después del llamado de José Miguel Corrales de levantar los bloqueos. Corrales es un conocido dirigente político-empresarial del país, ex candidato de Liberación Nacional y encargado de llevar adelante el desvío a la lucha contra el TLC, que pasó de una estrategia de bloqueos a una estrategia electoral que finalmente condujo a la aprobación del TLC. Promover un encuentro de la clase trabajadora con la dirección del MRN es ir en el sentido contrario de la independencia política de clase pues implica una política donde no sea la clase trabajadora en alianza con los sectores más explotados y oprimidos, como los sectores populares y los empobrecidos del campo, y con un programa de independencia de clase y autoorganización, los que dirijan las lucha hasta el final.

Por su parte el PT no ha mencionado siquiera en sus publicaciones hasta la fecha una caracterización de la pertenencia de clase de la dirección de MRN, por lo cual su llamado a fortalecer los bloqueos en abstracto, sin plantear públicamente una estrategia real diferenciada de la de MRN les deja peligrosamente bajo las posiciones de la dirección del Movimiento Rescate Nacional.

Desde Organización Socialista denunciamos a la dirección del MRN y la política que venían levantando tras los bloqueos. Y estuvimos en lo cierto, pues a los pocos días Corrales, al verse desbordado estaba llamando a levantar los bloqueos, para luego junto con Célimo Guido, pactar con la más rancia cámara empresarial del país. Plantemos una política para que sean los trabajadores quienes avancen a ser la dirección del proceso de lucha levantando también las demandas de los sectores populares y empobrecidos del campo, golpeados por la crisis y la política de Alvarado, que se encontraban en los bloqueos. Era necesario desenmascarar esa dirección y no coquetear con ella.

Por este motivo le hicimos el llamado a las organizaciones sindicales que convoquen a un Encuentro Nacional de Trabajadores y Trabajadores, que permita ordenar las reivindicaciones de la clase trabajadora y tomar las medidas de organización pertinentes, llamando a que los explotados y empobrecidos de la ciudad y del campo como los que estaban en los bloqueos y se sumaran al mismo levantando sus demandas. Un Encuentro para lograr victorias en la nueva situación que se ha abierto tras el retroceso temporal del FMI, misma que es favorable a la clase trabajadora. Se trata de una política para que sean los trabajadores con el conjunto del resto de los explotados y oprimidos que decidan su propio destino y cada paso de lucha, desenmascarando a las burocracias sindicales y las direcciones como las del MNR que se aprovechan de la situación de los de abajo.

Le hemos hecho el llamado a las organizaciones de izquierda para construir un polo trabajador independiente y de clase, desde el cual podamos intervenir unificadamente en los procesos de lucha y avanzar en ganar posiciones en sindicatos, movimiento de mujeres, estudiantes, etc. Para ello llamamos a la reflexión a las demás organizaciones con respecto a sus posiciones confusas y adoptar juntos claramente el plano de la independencia política de la clase trabajadora y la estrategia de autoorganización de la clase trabajadora.

Elementos de un pliego petitorio en esta nueva situación se pueden ver acá y acá.