A partir de hoy la ANSES comenzará a pagar $7.790 a 1,3 millones de jubilados que tienen 30 años de aportes. El 82 % del salario mínimo, un mal chiste sobre la demanda histórica de los jubilados.
Miércoles 10 de enero de 2018 00:05

Comienza hoy a aplicarse uno de los capítulos de la repudiada reforma previsional, convertida en Ley N° 27.426 en diciembre de 2017 en el Congreso, en el marco de masivas movilizaciones en contra en todo el país.
Se trata del establecimiento del mal llamado "82%" aplicado sobre el Salario Mínimo, Vital y Móvil para todos los jubilados que han aportado durante 30 años al sistema previsional. El porcentaje no es menor, no es arbitrario, ni tampoco casualidad. Tomado del reclamo justo, legítimo e histórico de los jubilados y trabajadores, se convierte en un intento burdo de pasar gato por liebre.
El reclamo histórico de los jubilados ha sido el de poder recibir el 82% móvil del salario en actividad una vez que cada trabajador alcanza la etapa pasiva, de manera de poder seguir manteniendo similares ingresos a los que percibía trabajando. Una aspiración, en principio, "de mínima", por cuanto es sabido que a mayor edad hay otro tipo de gastos correspondientes a mayores necesidades de salud y medicinales, principalmente, que significan incluso un requerimiento de más ingresos. Pero no por "mínimo" no significa un espanto para las pretensiones burguesas de acaparar cuanto valor sea posible a costa de la vida de los trabajadores.
De manera que este reclamo no es, ni de cerca, el aspecto que fue incorporado en la reforma previsional. En una suerte de "reconocimiento" de que la demanda del 82 % móvil existe y tiene profunda vigencia, el gobierno respondió con una versión mediocre y cínica, tomando de la misma sólo el número: 82 %.
El propio Emilio Basavilbaso, Director Ejecutivo de la ANSES, hizo honor a esta farsa: “estamos cumpliendo una de las primeras promesas que anunció el presidente Mauricio Macri durante su campaña: pagar el 82 por ciento móvil a los jubilados y pensionados que hayan aportado durante 30 años. Es una medida que les permite recomponer sus haberes”. Tal es así que se le deslizó el fallido adjetivo de “móvil”, que en la exigencia histórica de los jubilados hace alusión a una cosa muy distinta que a dar solamente una porción del salario mínimo.
Celebra de esta forma como una "nueva dádiva" el hecho de que "al fin" se va a reconocer el trabajo de toda una vida.
Es así que para quienes han aportado durante 30 años la jubilación que se "garantiza" será apenas del 82 % del Salario Mínimo Vital y Móvil. Como en enero ese valor pasó a ser de $ 9.500, el 82 % del SMVM que percibirán, según ANSES, 1,3 millones de jubilados, será de $ 7.790. ¿Algo para festejar? En absoluto. La propia reforma previsional se asegura que en tres meses el - escaso- pan de hoy se convierta en hambre mañana.
El recorte de la nueva movilidad previsional
La Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) publica en su portal de noticias que “a partir de la sanción de la Ley 27.426 de Reforma Previsional, la ANSES informa que, desde el miércoles 10 de enero y junto al pago de los haberes mensuales, abonará la diferencia que permitirá llegar al 82% del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) a las personas que se hayan jubilado con 30 años de aportes.
De esta manera, 1.328.707 personas recibirán un incremento promedio de $528, lo que representa una erogación para la ANSES de $ 697.386.039,20.”
Además aclara, por si asomara al jubilado el temor a perder este “beneficio”, que cada vez que el haber mínimo (general, que hoy es de $7.246) sea inferior al 82 % del SMVM, “se ajustarán los montos para que las jubilaciones de quienes cumplen los requisitos alcancen este porcentaje.”
Como ha sido mostrado en una investigación especial de La Izquierda Diario, el nuevo haber es $ 544 superior a la mínima actual, pero dicha mejora relativa sólo dura dos meses. Ya en marzo cuando impacte el aumento de la movilidad, incluso con el “bono compensatorio” que recibirán de $ 750 sólo en ese mes, este grupo de jubilados cobrará sólo $ 66 más que lo que hubiesen cobrado bajo la anterior ley de movilidad, y en abril comienzan a perder $684 por mes con el cambio de ley.
En términos anuales la pérdida para los jubilados con 30 años de aportes es de al menos $6.327. Ello puede variar en más o en menos según lo que acuerde el Consejo del Salario respecto al Salario Mínimo, Vital y Móvil, pero en cualquier caso la reforma previsional implica un claro ajuste sobre los bolsillos de los jubilados y los que cobran la AUH.
Una nueva moda: la discriminación negativa
Pero el 82 % del SMVM no tiene sólo un objetivo de bastardear los reclamos históricos de los jubilados y, lo que es peor, las necesidades de vida del conjunto de los trabajadores, sino también sentar nuevas banderas en la "lógica" de la meritocracia, dando por sentado que quienes no aportaron al sistema "nunca han trabajado", ni contribuyen al conjunto.
Pues la discriminación entre los 1,3 millones de jubilados que alcanzaron reunir 30 años de aportes (y ganan la mínima), y el resto de los 3,6 millones de jubilados (en su mayoría mujeres) que cobran la jubilación mínima debido a que han tenido una moratoria tiene un claro propósito: mostrar que quienes "aportan" tendrán un beneficio o garantía adicional que quienes no lo hicieron, y dando por tierra, una vez más, la moratoria.
La pregunta es por qué dichos jubilados no han podido aportar 30 años y deben contentarse con un mísero ingreso que no alcanza ni a la mitad de la Canasta de los Jubilados. El gobierno quiere hacer creer que no lo hicieron porque no han trabajado. Es así que el trabajo doméstico y la doble explotación de las mujeres sigue siendo ocultado, que la informalidad laboral y el desempleo que aqueja a más de un tercio de los trabajadores (y la precariedad laboral más extrema a uno de cada dos trabajadores) seguirá siendo un castigo, y que este "crimen" será acarreado por esta enorme masa de trabajadores hasta el final de los días. Gran augurio el del gobierno, hermosas perspectivas para la juventud de hoy en la posteridad.
Dos lógicas enfrentadas: meritocracia y ajuste vs. necesidad
Frente a los ataques del gobierno de contrarreformas en múltiples direcciones, inscriptos en las contradicciones del capitalismo mundial, la izquierda propone justamente una salida en sentido inverso. En primer lugar, asegurar que no haya un solo beneficiario del sistema previsional que perciba menos de un haber mínimo equivalente a la Canasta de los Jubilados, hoy en $ 17.523, según las estimaciones de la Defensoría de la Tercer Edad. En segundo lugar, otorgar el 82 % móvil del mejor salario en actividad. No el mísero 82 % del Salario Mínimo Vital y Móvil que propone el Gobierno.
La acusación de que no habría dinero para costear esta mejora elemental del nivel de vida es totalmente falsa. El problema para el capital es que no quiere ceder ni un céntimo de valor (en particular, el plusvalor) para que los trabajadores, cualquiera sea su tarea, su condición o su género, puedan vivir una vida plena. Con restituir las contribuciones patronales al 33 % vigente antes de la reforma menemista impulsada por Domingo Cavallo, eliminar todo tipo de exención a las contribuciones, restituir las retenciones a las exportaciones y beneficios impositivos en favor de las empresas operados desde diciembre de 2015, junto con otras modificaciones impositivas a las ganancias empresarias y la especulación financiera, es posible -y deseable- sustentar mejores jubilaciones y pensiones.
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