La absurda medida anunciada este miércoles busca que los trabajadores garanticen las ganancias de los empresarios durante la pandemia.
Jueves 19 de marzo de 2020 00:46
El decreto planteado por el Gobierno permite que las empresas reduzcan la jornada y el salario del trabajador a la mitad mientras dure el Estado de Calamidad Pública, o sea, hasta el 31 de diciembre de 2020.
La economía brasileña se encuentra en crisis, con altos índices de desempleo y trabajo informal. El equipo económico de Bolsonaro propuso recortar los sueldos de los trabajadores a la mitad con un argumento hipócrita: “es más grave perder el empleo y no tener salario”, dijo Bruno Bianco, Secretario Especial de Previsión Social y Trabajo.
En el marco de la pandemia del coronavirus, el Gobierno y su equipo económico ponen de manifiesto sus prioridades: es más grave que caiga la tasa de ganancias de los empresarios que el trabajador pierda sus condiciones de supervivencia en un sistema que es incapaz de proporcionar una estructura de salud.
Junto con esta medida, el Gobierno facilitó las vacaciones colectivas, que ahora pueden ser implementadas con 48 horas de antelación, en lugar de las dos semanas exigidas hasta ahora.
Además, permitió modificaciones en el banco de horas, lo que el ministerio de Economía llama “dinamización”, de forma que el tiempo que el trabajador esté en su casa pueda ser registrado en el banco de horas y cobrado posteriormente en jornadas de trabajo más extensas. De esta manera, Bolsonaro garantiza las ganancias empresarias con cortes de sueldo de hasta el 50% y la sobre explotación de los trabajadores en el futuro.
La medida fue propuesta un día después del anuncio del ministro de Economía Paulo Guedes de un paquete de medidas económicas para combatir la crisis derivada de la pandemia del coronavirus. Este paquete ya estaba compuesto por una serie de beneficios para los empresarios, más el ajuste fiscal y mínimas medidas de estímulo fiscal, con altas cifras que ocultan su total insuficiencia ante la realidad de extrema pobreza y trabajo precario e informal que vive el país.
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El Gobierno y sus ministros ni siquiera disimulan los intereses que quieren defender mientras descargan sobre los trabajadores los costos de la crisis. Proponen la aprobación de un Estado de Calamidad Pública pero no abren mano de la enmienda constitucional (EC95) que impone un techo en los gastos de salud, entre otros servicios básicos para la población. O sea, que en este escenario de una crisis de salud pública, el gobierno presenta medidas de combate al coronavirus que no son efectivas para la población y solo buscan salvar la ganancia de los empresarios. Las trabajadoras y trabajadores no pueden ser quienes paguen la crisis.
En este momento se necesita el licenciamiento de todos los que son parte del grupo de riesgo o que presenten síntomas, sin descuento salarial, además de prohibir los despidos y las reducciones salariales. Los compañeros del Movimiento Revolucionario de Trabajadores, grupo que impulsa Esquerda Diário en Brasil, vienen planteando estas demandas, así como la expropiación de toda empresa que pueda ser puesta en función de este plan de emergencia, para producir los equipos e insumos necesarios para abastecer y equipar los hospitales y distribuir materiales de prevención a la población. También la necesidad de que las y los trabajadores levanten estas demandas junto a las reivindicaciones específicas de cada sector, como parte de un programa que parta del no pago de la deuda externa, impuestos progresivos a las grandes fortunas, que permita la reasignación de partidas presupuestarias para salud y asistencia social de trabajadores en medio de la crisis.
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La clase trabajadora necesita dar una respuesta propia a esta crisis ya que pandemia puso de manifiesto que el capitalismo no va más.