Según el último reporte financiero del ISSSTE, el Instituto se quedará sin recursos para cubrir sus obligaciones en unos años, sin embargo, se había prometido que esto no pasaría, que tendríamos un sistema de seguridad social de primer mundo ¿Qué pasó?
Martes 25 de julio de 2023
Según datos del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), el Instituto reportó un déficit (es decir, gastó más de lo que ingresó) de 9 mil 321 millones de pesos en 2022, por lo que afirmaron los funcionarios que, para el 2029 necesitará de recursos adicionales para continuar con la prestación de servicios médicos.
Uno de los rubros que cubre el ISSSTE y el cual todos los gobiernos (no importa si son del PRI, PAN o el Morena) siempre culpan como uno de los principales responsables de los problemas del Instituto es el de las pensiones de las y los trabajadores.
El documento resalta que en 20 años se duplicó el número de pensionados. De representar 4 por ciento del total de derechohabientes en 2002, pasó a 10 por ciento en 2022 y seguirá en aumento, prevé el informe.
Como es sabido, el ISSSTE se sostiene de las aportaciones que realizan los trabajadores en activo para solventar todos los servicios. En este sentido, los funcionarios siempre acuden al argumento del cambio demográfico y el envejecimiento de la población y su “solución” siempre pasa por recortar pensiones, aumentar la edad de retiro, privatizar las jubilaciones, etc. En pocas palabras, acaba con los derechos de la clase trabajadora.
¿Quién es el responsable de la crisis del ISSSTE?
Para empezar, el envejecimiento de la población no es un argumento válido para sostener que las pensiones no alcanzan, porque así como aumenta el número de personas de la tercera edad, también aumenta el número de jóvenes en edad de trabajar. De hecho, la natalidad mexicana está en la media mundial, entonces ¿qué está pasando?
Una respuesta es la precariedad laboral, es decir, el problema es que no haya jóvenes, sino que los trabajos que se crean son precarios, por lo mismo no tienen derechos laborales como la seguridad social, por ende, el número de aportaciones nunca puede aumentar porque a los jóvenes no se les inscribe en el Instituto. Con el gobierno de Morena no es excepción, ya que ha creado empleos basura, que no da pocos o nulos derechos laborales.
En este sentido, desde hace década que los gobiernos neoliberales impulsaron reformas al ISSSTE en que liquidaron el sistema de jubilaciones solidario y lo sustituyeron con las famosas Afores, que son cuentas individualizadas administradas por empresas privadas.
Se prometió que las Afores solucionarían los problemas de las pensiones en México, sin embargo, esta aseveración resultó ser una farsa, pues las Afores solo benefician a las grandes empresas que las manejan mientras que dejan a la inmensa mayoría de los trabajadores con raquíticas jubilaciones que no alcanzan para vivir.
Por último, es fundamental recalcar que el derecho a jubilarse no es un regalo del gobierno o de las patronales, sino que es una conquista histórica de la clase obrera que costó sangre, por lo que el dinero que se destinan a las pensiones además de los servicios médicos son un derecho al que toda trabajadora y todo trabajador deben acceder.
En resumen, que el ISSSTE esté en crisis profunda y somos los trabajadores quienes pagan las consecuencias, es responsabilidad de todos los gobiernos (del pasado como el actual) junto con los charros de los sindicatos del ISSSTE, el IMSS y la Federación de Trabajadores al Servicio del Estado (FTSE) que priorizan las ganancias de hospitales y laboratorios privados sobre el bienestar de la mayoría de las familias pobres y trabajadoras.
Una salida favorable a las y los trabajadores ante la crisis de las pensiones
¿Cómo podemos solucionar esta problemática? Ante la crisis generada por la privatización de las pensiones y la flexibilización laboral el primer paso es exigir la vuelta al sistema de reparto solidario. Además, hay que plantear basificación inmediata de todas y todos los trabajadores en activo, con salarios que cubran el costo de la canasta básica y los servicios esenciales, como vivienda, transporte, telecomunicaciones
El sentido común (y parte del discurso para privatizar las pensiones) dice que con el reparto solidario había corrupción. Ante esto, la respuesta es que los fondos para el retiro tienen que estar administrados y controlados por las y los trabajadores de base, con el apoyo de profesionistas honestos, que no se vendan a los partidos del congreso, ni a los fondos de inversión ni a los empresarios.
Para lograr todo esto, es indispensable que las y los trabajadores del sector público se saquen de encima a la burocracia sindical que pactó la reforma de pensiones, organizándose desde las bases en los centros de trabajo y movilizándose de manera independiente del gobierno y los partidos patronales-, sumando a todos los sectores, ya que ganar en el ISSSTE fortalecería a las y los trabajadores del sector privado para hacer lo mismo.
Consideramos hay que pelear por aumento del presupuesto para salud en base a la reasignación de recursos desde la Sedena, la Semar, la Secretaría de Seguridad Pública y los megaproyectos, así como de impuestos progresivos a las grandes fortunas como la de Slim y las trasnacionales que operan en México y del no pago de la deuda externa. Por último, los salarios deben ajustarse según la inflación, en consecuencia, si los productos, por ejemplo, suben mes a mes, lo sueldo deben hacerlo también para garantizar las necesidades básicas de las familias trabajadoras.
