Ministro Moreno aseguró que ya se han abierto 150 licitaciones por un total de 150 mil millones de pesos. En estas obras se emplearía a cerca de 10 mil trabajadores. La última cuenta pública de Piñera centrada en reactivación económica contemplaba justamente un anuncio de inversión en obras públicas, pero bajo la modalidad de las concesiones a privados ¿Cómo esto perjudica a la salud pública?
Sábado 22 de agosto de 2020
El ministro de Obras Públicas del gobierno de Piñera, Alfredo Moreno, fue invitado este viernes al balance que realiza periódicamente el ministro de Salud, Enrique Paris, para dar cuenta del avance del covid-19 en el país. Así, en la instancia, Moreno tomó la palabra y expuso "buenas noticias" referentes al plan "Paso a paso Chile se recupera" que impulsa el Gobierno y que implica tres pilares fundamentales para reactivar la economía del país: subsidios al empleo por US$ 2 mil millones, incentivos para la inversión tanto pública como privada, y "un gran plan de inversiones de obras públicas", señaló el secretario de Estado.
Aseguró que ya se han abierto 150 licitaciones por un total de 150 mil millones de pesos. En estas obras se emplearía a cerca de 10 mil trabajadores. La última cuenta pública de Piñera centrada en reactivación económica contemplaba justamente un anuncio de inversión en obras públicas, pero bajo la modalidad de las concesiones.
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Para el gobierno sólo la iniciativa privada de los empresarios puede otorgar empleo y volver la “esperanza” en el progreso a millones de trabajadores sin empleo viviendo situaciones hambre y miseria.
El plan consiste en dar un subsidio al empleo. Es decir dar recursos estatales a empresas que contraten mano de obra en los siguientes meses. De seguro dando sueldos miserables debido al enorme ejército de desocupados que presionará por entrar al mercado laboral. Esto tendría que crear 1 millón de empleos y dar más de 2 mil millones de dólares a los empresarios que los reciban. Un regalo más de los que ya ha recibido a lo largo de toda la pandemia a través de los proyectos de ley del Ministro Briones. Ahora la cifra se completa con una inversión total de 150 mil millones en obras públicas. Este plan se llevará a cabo mediante el carácter de subsidio y concesión a grandes empresas privadas. Las únicas que podrían cumplir con los concursos que se realizarán. Se trata de un negociado a favor de empresas estancadas como lo está el sector de la construcción, un gremio conocido por recibir altas subvenciones y dineros estatales dejando las obras incompletas o construyendo infraestructura deficiente.
El sistema de licitación perjudica la salud pública
Según Moreno "En lo que refiere al Ministerio de Obras Públicas, [el gobierno está] en un plan de generar 18 hospitales nuevos a través del sistema de concesiones", y también, "a través de obras públicas, vamos a construir siete hospitales adicionales. Si sumamos esto a la cantidad de hospitales que está construyendo directamente Salud, hoy día en Chile se están construyendo 34 hospitales nuevos en este momento". En realidad los 34 hospitales no son atribuibles al gobierno de Piñera. Moreno está sumando los hospitales que ya se están construyendo hace varios años y cuyas faenas se encuentran detenidas por la pandemia.
Los planes y la burocracia para hacer un llamado a licitación normalmente toma dos o tres años y decir que todos estos proyectos que se están planteando como nuevos en realidad estaban en carpeta de realización y no se puede atribuir a un plan de reactivación por el coronavirus.
Pero de fondo está la cuestión de las concesiones. Las concesiones para construir hospitales encarecen los costos de la salud pública, por las utilidades que hay que transferir a las empresas privadas de construcción, y comúnmente los Hospitales recién terminados rápidamente avanzan a externalizar sus servicios porque no hay aumento permanente del presupuesto de salud.
Y a eso hay que sumar que la construcción privada tiende a retrasar las obras e incluso abandonarlas. El Hospital de Viña del Mar demoró 5 años su construcción, en tres ocasiones sus obras quedaron paralizadas. Sobrepasó el tiempo estimado de construcción y aún así en la primera lluvia se anegó. Lo mismo ocurrió con el Hospital El Carmen de Maipú, que a pesar de estar construido careció durante mucho tiempo de implementos de salud.
Qué plan económico de obras públicas
La teoría de que la empresa privada puede reactivar la economía tiene poco sustento real. Los 10 mil puestos de trabajo que anuncia Moreno por concepto de construcción de obras públicas no es capaz de absorbe a la gran masa de desempleados y desocupados que llega a más de 2,5 millones de trabajadores en todo Chile.
El plan de Piñera representa al gran capital en Chile y los intereses imperialistas en el cobre, las AFP y los negocios con los grupos monopólicos chilenos. Ese es el único imperativo moral después de tanta palabrería y demagogia en el discurso. Pero se trata de un gobierno en crisis. La lucha por el 10% demostró que los trabajadores queremos recuperar nuestras pensiones y acabar con el sistema de AFP. Un pilar fundamental para la acumulación neoliberal.
Junto con exigir una Asamblea Constituyente libre y soberana sin Piñera, por tanto, contra el pacto constitucional de los partidos, los trabajadores debemos elaborar y luchar por nuestro propio plan económico al servicio de nuestras necesidades y de las mayorías sociales. Es decir, un plan que afecte las ganancias de los empresarios y el imperialismo. Este plan debe echar abajo el intento de Piñera de utilizar los fondos estatales para el rescate de los empresarios.
Para un plan al servicio de las mayorías se hace necesario expropiar a los grupos monopólicos, instalar un impuesto a las grandes fortunas para financiar rentas de emergencia, re-nacionalizar el cobre, para obtener recursos para crear empresas estatales de obras públicas, en base al reparto de las horas de trabajo entre ocupados y desocupados, asegurando un sueldo equivalente a una canasta básica integral familiar. Este plan de obras debe estar controlado por los trabajadores para poner por delante la resolución de las necesidades sociales y no el afán de lucro y codicia de un puñado de familias ricas dueñas del país.
Gabriel Muñoz
Licenciado en Historia