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Red Internacional
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Opinión. El PCR y Patria Grande van tras los pasos de la burocracia sindical

Un debate imprescindible a propósito de lo sucedido en Cicop con quienes se mostraban dentro del campo de la izquierda y hoy, de la mano de Unión por la Patria, le hacen los favores a la derecha.

Sábado 31 de agosto 16:56

Foto: Revista El Tranvía

En los sindicatos, en los movimientos sociales, en las facultades, en las calles, se actúa. Ahí intervienen diferentes corrientes políticas, pero muchas veces no se hace lo que los referentes dicen en sus discursos rimbombantes. En momentos donde el descreimiento en la política abonó al crecimiento de la derecha -pésimo gobierno del Frente de Todos mediante- es necesario poner blanco sobre negro.

Milei, un despeinado con motosierra en la mano, pasó a ser el presidente de la Nación. El Frente de Izquierda Unidad viene proponiendo sin ningún sectarismo enfrentarlo de conjunto: peronistas, votantes de Milei desencantados, todos juntos tenemos que decirle NO a cada uno de sus ataques. Pero por ahora este desafío viene siendo rechazado por el peronismo. Ni la CGT ni ni las CTA, ni sus referentes políticos llaman a la acción. Se opta por darle “gobernabilidad” al presidente que todo lo arrasa, y esperar a disputar en las urnas en 2025 o 2027. Un grave error, lapidario. Las consecuencias ya están en marcha en las ollas vacías.

Este viernes 23 se dio un hecho que amerita hacerse público, porque los trabajadores y el pueblo merecen deliberar cómo enfrentar la situación en curso. En la Cicop -sindicato de profesionales de la salud de PBA- el único sindicato que dirigen de forma mayoritaria el Partido Comunista Revolucionario (PCR-PTP) y Patria Grande (Grabois), impulsaron una reforma profundamente antidemocrática, con la cual pretenden dejar sin representación a las minorías y cercenar los mandatos de las asambleas de base, como se explica acá y acá. Frente al extenso rechazo suscitado por esto, sin darles los números para la aprobación, alteraron la nómina de congresales y explícitamente llamaron a votar (sin debate y en la calle, porque estaba cortada la luz), este cambio histórico para el gremio. Oscuridad total.

Las fuerzas no caen del cielo

En una falsa declaración en nombre del Consejo Directivo Provincial, sin que él mismo se haya reunido o intercambiado después del congreso, se acusa de hacer una “campaña malintencionada” a partidos políticos e incluso se nombra al Frente de Izquierda. En momento donde hay una ofensiva por parte del gobierno de tildar a todos y todas de “zurdos de mierda”, se señalan identidades partidarias en particular como los responsables, cuando bien se sabe que todas las agrupaciones opositoras del sindicato, de amplia gama de identidades políticas, junto a diversas seccionales y delegados congresales, plantearon de conjunto el rechazo a la reforma y cómo se hizo, como se explica en este documento. Qué oportuno buscar en la izquierda el chivo expiatorio, ¿será que la identidad partidaria de quienes conducen motiva dicha acusación? Veamos.

Patria Grande, el partido de Juan Grabois durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner supo ser opositor. Se autodenominaban “la izquierda independiente”. Eso quedó allá lejos en el tiempo: hicieron a un lado todas las críticas y saltaron la cerca. Los ganó la idea de que los cambios “se hacen desde adentro”. Pusieron por su parte a funcionarios y legisladores como parte del gobierno del Frente de Todos, y hoy los tienen en gran número en la Provincia. La política se les vino encima como un boomerang, y los cambios más que en el Estado, fueron para su propio partido. Quienes habían sabido ser parte de la pelea por la educación y la salud pública o los derechos humanos, o contra el pago de la deuda, se encontraron reproduciendo esos mismos males.

Con cargos de gestión en la universidad y en el sistema de salud, son parte de callar el desfinanciamiento de las mismas, o lo que es peor: a viva voz Grabois confronta la lucha docente contra la esencialidad que ataca el derecho a huelga. La crítica a la deuda externa se hizo humo después de que su diputado Itai Hagman permitiera con su ausencia que den los números para que llegue al recinto el pacto con el FMI. Los derechos humanos empezaron a seleccionarse en función de qué gobierno los cercenaba, abandonando a su suerte la memoria de Jorge Julio López. En los centros de estudiantes que dirigen los llamados a asambleas no se ven ni en días de fiestas. Tampoco así funcionan los movimientos sociales que dirigen. Ahora vemos cómo en su incipiente peso en los sindicatos, como la Cicop, su bautismo es expulsar a las minorías y ponerle fin a la pluralidad de voces.

Por su parte el PCR está integrado al peronismo, sin conocerse crítica alguna. Tienen una extraña concepción, aprendida de Mao Tse Tung (por eso se los apoda “los chinos”), en la que hay que unirse al enemigo menor para batallar contra el enemigo mayor. Así por ejemplo, apuntando al enemigo externo que era EE.UU., apoyaron al gobierno de Isabel Perón en pleno auge de la Triple A, que inició las desapariciones en democracia que luego se iban a profundizar con la dictadura militar. De comunistas sólo les quedó el nombre.

No extraña su especial bronca contra la izquierda, que en Argentina es de gran peso trotskista con las figuras de Myriam Bregman y Nicolás del Caño como sus dirigentes más conocidos. Sin ir más lejos, el PCR se reconoce estalinista, adulando a quien se ocupó de hacer de la Unión Soviética un lugar regimentado al extremo, dejando para el recuerdo la famosa democracia soviética, donde se buscaba forjar un nuevo tipo de Estado, donde se gobierne desde las bases. Por ello mandó a matar a Trotsky.

Si una coincidencia tienen tanto Patria Grande como el PCR es su profunda ligazón con la Iglesia, su alabanza al Papa Francisco. Haciendo caso omiso a la consigna que levantó la Marea Verde de “separación de la iglesia del Estado”, siguen alineados con una institución retrógrada en el mismo momento que La Libertad Avanza ataca los derechos de las mujeres y de la comunidad LGTBI, como quedó claro en la última exposición del ministro Cúneo Libarona ante el Congreso, todo en nombre de lo “tradicional” y lo “natural”, como opuesto al género según esta visión que coincide con la de la Iglesia.

Por qué ahora

Las crisis del gobierno abarca los ámbitos económico, político y social. A Milei no le cierran los números. La contención de la inflación que es su caballito de batalla, es a costa de una recesión insoportable, que lleva a que un millón de niños se vayan a dormir sin cenar, ¿Cuánto más hay que esperar? Sin escrúpulos, promete más y más ajuste; sino miremos a las y los jubilados. La CGT y las CTA están dibujadas, al óleo, no se las ve en el mundo real. Está en curso la reforma laboral y no parecen darse por aludidos. Negociaciones van, negociaciones vienen, para sus propios intereses. Cuando supieron llamar a paro y movilización, como el 24E la convocatoria fue masiva, o como se vio frente a la marcha educativa el 23A, o el 24 de Marzo, entre otras. Muchos acusan que la “gente no sale”, pero ganas no faltan, lo que no hay son convocatorias de sus direcciones!

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El peronismo también se prepara. Es el partido de la contención (entendida como freno), y si bien no se saben los tiempos, distintos analistas coinciden que el ajuste brutal en curso, sumado a los efectos de una recesión cada vez más evidente, encontrará tarde o temprano resistencia. Se avizoran tiempos convulsivos a lo largo de esta etapa en curso. Eso preocupa no solo al gobierno, sino también a la oposición de los partidos mayoritarios que temen que el pueblo elija su futuro, más allá de las urnas (donde se elije poco, al fin y al cabo).

En Cicop se refleja la búsqueda de “adecuar” a estos tiempos un sindicato con un estatuto construído al calor de la lucha de las asambleas interhospitalarias, donde todos tenían representación proporcional en función de los resultados electorales del gremio, haciendo de sí un modelo sindical distinto, con pluralidad de voces, y donde todas las decisiones importantes debían discutirse en asamblea. Al PCR y PG le preocupa este modelo hacia los tiempos venideros, y forzaron un cambio de forma express, sin debate y con números fraguados. Buscando menos democracia para que nada se les escape de las manos.

Contra la derecha, organizarnos de forma independiente

La defensa de la democracia sindical está a la orden del día. Contra las burocracias que miran nuestro hundimiento de brazos cruzados, es momento de recuperar los sindicatos, así como los centros de estudiantes, y ponerlos a disposición de la lucha contra los ataques en curso. Ya no se puede poner esperanzas en las direcciones actuales, pero lejos de “abandonar el barco” es necesario superarlas. Explicarle a cada compañero por qué la desafiliación no es la alternativa, sino redoblar la organización y disputar sus direcciones.

A su vez, el gobierno está desarrollando un intento de reforma de ley de las asociaciones sindicales, donde en nombre de la “democracia sindical” busca mayor injerencia en los sindicatos ¡para debilitarlos! porque una clase obrera sindicalizada siempre es un mal síntoma para las patronales que el gobierno tanto cuida.

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Defender la organización sindical, sin por eso negar la denuncia a sus direcciones sindicales, está a la orden del día. Es en los sindicatos donde intervenimos todas las tendencias y corrientes políticas, y las y los trabajadores no organizados. De existir la pluralidad de voces y una democracia desde sus bases, tendrían un potencial organizador de las peleas en curso por los derechos de las y los trabajadores, sin importar su “escalafón”, de gran envergadura.

Como bien desarrollamos en este recorrido, son diversas las miradas de las organizaciones que los integran. En Cicop esto se refleja a viva voz. Por lo que la construcción de agrupaciones y un partido que pelee en todos los frentes por la democracia desde abajo, por coordinar las luchas, por ganar las calles contra los atropellos en curso, y construir una alternativa de gobierno donde las decisiones sea desde y a favor de las y los trabajadores, es de gran necesidad. Quienes integramos La Marrón, conformada por el PTS junto a compañerxs independientes, así lo entendemos, impulsando la organización en nuestros lugares de trabajo, poniendo en pie la Posta de Salud y Cuidado presente en las calles ante cada lucha, y cada vez con más fuerza dispuestos a dar esta pelea. Llamamos a todas y todos lxs compañerxs a que se sumen a ser protagonistas de enfrentar a la derecha, y también a los cómplices de su avance.