Viernes 16 de octubre de 2015
El martes (13) se realizó en Congreso de la CUT. La foto que ilustra esa noticia, sacada ahí, vale más que mil palabras. Solo algunos días después del lanzamiento del Frente Pueblo Sin Miedo, la misma CUT estaba de manos dadas con Dilma y Lula, que están actuando cada vez más como “un solo” presidente de Brasil, y dando mucha centralidad a la orientación de este Congreso de la CUT. En el escenario, también estaba Guilherme Boulos, dirigente del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) y gran articulador de “pueblo sin miedo”. En esa foto, para completar los principales articuladores del Frente, solo faltan Luciana Genro, los parlamentarios y las principales corrientes del PSOL.
En un intento de revertir la crisis política del gobierno de Dilma, Lula intentó vender la falaz idea de que el gobierno del PT, que está descargando la crisis creada por los ricos en las espaldas de los trabajadores con pesados ajustes, podría cambiar. Fue un verdadero llamado de Lula a que la burocracia sindical vaya a las bases a defender al gobierno del PT, confirmando la definición de que esta es guardiana de los intereses de la burguesía al interior del movimiento obrero.
Pero la falacia de los discursos de Lula y Dilma no fue lo único que explicitó el Congreso de la CUT. Con la demagogia de que sería posible, mediante el apoyo de las organizaciones sindicales a Dilma, adoptando una política de estímulo al crédito, Lula buscaba reorientar a la propia burocracia sindical de la CUT. Su objetivo era rearmar el discurso hacia las bases, para que el descontento de los trabajadores con el gobierno del PT y sus ataques no se transfiera hacia las direcciones sindicales de la CUT.
La burocracia sindical viene siendo un valioso aliado en lo que se refiere a la aplicación de los ajustes que tanto atacan a los trabajadores, como por ejemplo en la cuestión del Programa de Protección al Empleo (PPE). La semana pasada fue lanzado el Frente Pueblo Sin Miedo y desde entonces nos posicionamos claramente contrarios a ese Frente junto con la CUT, UNE y otros agentes del gobierno y del PT. ¿Qué más necesitan el PSOL y otros sectores de la izquierda para ver semejante capitulación que significa mantener un frente junto con la CUT?
El XII Congreso de la CUT no deja ninguna sombra de duda. Nada más ni nada menos que el presidente de esa Central, hegemonizada por el PT, Wagner Freitas, conocido como Wagnão, saludó efusivamente el Frente Pueblo Sin Miedo afirmando que ese sería, al lado del Frente Brasil Popular de 1989, “Frentes que sirven para defender la democracia y luchar por políticas públicas en la Educación, Salud”. Eso en un momento en el que emerge el debate sobre las maniobras de Dilma y Lula, que alegan que los “pedaleos fiscales” habrían sido una vía de “garantizar los programas sociales”, enmascarando que una inmensa parte del presupuesto allí obtenido se escurrió por la rejilla del superávit primario. Un discurso que busca engañar y confundir a los trabajadores, así como comprometer a los movimientos sociales, en medio de la situación de empeoramiento de los niveles de desempleo, inflación y todas las consecuencias de los ajustes, que buscan garantizar las ganancias de los ricos.
Si alguien tenía dudas, Wagnão aclara en el mismo discurso “vamos a hacer las críticas... pero al final estamos juntos (...) Ya fuimos, estamos y volveremos a las calles para defender el mandato de la presidenta Dilma”. ¿Será este el contenido del acto en pleno domingo el 8 de noviembre? Un nuevo acto folclórico que no sirve para atacar a empresarios y gobiernos, para lo que habría que parar la producción y circulación de mercancías y flujos de capitales. Por eso el “acto” de este frente será un domingo, para impedir que la masa trabajadora de la base de los sindicatos de la CUT y CTB puedan ser sujetos activos contra los ajustes, porque si saliesen a las calles verdaderamente en esta perspectiva, la burocracia sindical se vería ante una situación incontrolable.
Frente a esto hay que preguntar cómo el PSOL cree que puede combinar estar en un Frente con los aliados del gobierno sus auxiliares en la aplicación de los ajustes, que es la burocracia sindical de la CUT, con una política de “izquierda”. ¿Es posible combatir consecuentemente los ajustes de esta forma? ¿Es posible ser de izquierda así? Evidentemente no.
El MTST de Guilherme Boulos tampoco puede ser una referencia para una política de independencia del gobierno. A pesar de que discursivamente plantea críticas a la política económica del gobierno petista, su práctica demuestra que en verdad defiende una orientación solo de presión hacia el gobierno, con la intención de obtener concesiones, como la reanudación del plan de viviendas “Minha Casa, Minha Vida”. El MTST no se organiza a partir de los trabajadores, única clase que puede golpear estratégicamente los intereses de la patronal y de los gobiernos para dar una salida de fondo a las demandas de los sectores populares y oprimidos.
Políticamente, el MTST es cada vez más funcional a los intereses del gobierno. En pleno Congreso de la CUT, declaró que había divergencias en la izquierda pero lo más importante eran los puntos en común tanto del Frente Brasil Popular como del Frente Pueblo Sin Miedo. Dijo, según el sitio de la CUT, que los tres puntos comunes a los movimientos son: la lucha contra el golpismo, la lucha contra el ajuste fiscal y la búsqueda de salidas que impida que la cuenta de la crisis le sea debitada a los trabajadores, transfiriendo la cuenta al “piso de arriba”. Boulos se está ofreciendo de eslabón para unificar estos dos frentes, y poner a ambos como línea de apoyo al PT contra la derecha y presión sobre un ministro (Levy) y no la denuncia implacable de un gobierno ajustador que recorta hasta el programa de viviendas Minha Casa Minha Vida, tan estimado para su MTST.
Con todo esto, la única conclusión coherente es que si el PSOL sigue en el Frente Povo Sin Miedo estará optando por aproximarse al PT y al gobierno aplicador de ajustes, distanciándose de cualquier perspectiva de dar una respuesta de fondo, que solo puede darse con una clara estrategia de los trabajadores, a las crisis económicas y políticas. Es urgente que el PSOL rompa con esa política, retirándose inmediatamente de ese Frente, que es una barrera para la movilización de las masas y un verdadero plan contra los ajustes de Dilma y del PT. Es urgente asumir una perspectiva opuesta a la de ese Frente y construir un polo realmente clasista, que se una y coordine con sectores como la Central Sindical y Popular (CSP-Conlutas) y no a la CUT y su política progubernamental. Es de esta forma que podremos combatir en la lucha de clases a los ajustes del gobierno del PT y ofrecer así una fuerza real de combate al desempleo, al recorte de salarios como es el PPE y erigir una fuerza política independiente del oficialismo y de la derecha.