La Cámara de Diputados aprobó ayer miércoles 21 de enero el Pacto de Unión Civil (PUC) después de enfrentar muchas discusiones, polémicas y oposiciones. Una de las más resonantes fue la del llamado pastor Soto, que se dedicó a agredir con impunidad a dirigentes del MOVILH y algunos diputados, con sus dichos homofóbicos e incluso empujones y golpes. El proyecto pasa ahora a Senadores, recordemos además que regula las uniones civiles de todo tipo de parejas, en el caso de las parejas heterosexuales éstas pueden después casarme.
Natalia Cruces Santiago de Chile
Viernes 23 de enero de 2015

Pero también el rector de la Universidad Católica intentó hacer lobby para que el proyecto no se votara con este nombre, preocupado porque se ‘confunda’ el nombre de PUC con su casa de estudios. Ni hablar de la Iglesia Católica o los sectores de derecha conservadora de la UDI y RN y su postura homofóbica, que continúan negando cualquier derecho democrático para la disidencia sexual. El arzobispo de Santiago Ricardo Ezzati señaló hace poco que la familia está solo constituida por un hombre y una mujer, rechazando cualquier otra forma de familia o pareja.
Incluso en la discusión del PUC en la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados, Osvaldo Andrade del PS con apoyo de la Alianza, planteó una indicación que proponía que en caso de inhabilidad de los convivientes, se privilegia que el cuidado de los niños quedara a cargo de la familia consanguínea.
El PUC es un paso adelante en una demanda democrática que desde hace años vienen luchando las organizaciones de la diversidad y disidencia sexual, de conseguir sus derechos y reconocimiento. Sin embargo, el proyecto tiene límites importantes, como no querer hablar de ‘matrimonio’, ya que eso lo igualaría a lo que el Estado, los partidos políticos y las Iglesias sigue siendo considerado entre un hombre y una mujer.
El segundo punto es la tuición de los hijos, que en caso de ‘inhabilidad’ de uno o ambos progenitores, quedaría a criterio del juez velar por el interés superior del niño, es decir si debe ir con sus familiares, el otro progenitor, etc. Esto es al menos confuso, ya que en una pareja heterosexual no existe este criterio. Lo segundo y más preocupante es que no se dice nada sobre la posibilidad de adopción delos hijos. Según el dirigente del MOVILH Rolando Jiménez, no se ‘innovó’ sobre esto, es decir, quedó en nada