Volante del Partido Obrero que propone el “Control de las comisarías por representantes electos”. ¿“Controlar” a administradores del delito organizado, de las redes de trata, del gatillo fácil y el narcotráfico? Un planteo opuesto por el vértice al programa del FIT.
Emilio Salgado y Federico Puy Delegado ATE Junta Interna INDEC y Delegado UTE - CTERA
Viernes 19 de junio de 2015 17:01
El volante del PO, tiene un ítem destacado que se titula INSEGURIDAD y allí ponen como propuesta programática el “Control de las comisarías por representantes electos” (SIC). Estamos obligados a preguntarnos qué tipo de control imaginan y quién o quienes se imaginan serían los encargados de llevarlo a cabo: ¿Los partidos que representan los intereses de los empresarios, que mantienen ese “orden”, como el PRO, el FpV, o el partido de Lousteau, se encargarían con su mayor cantidad de “representantes electos” de controlar a la policía Federal y a la Metropolitana? ¿Alguien puede imaginar a Quattromano del PRO (con Ritondo o Tomada), como “representantes electorales” recorriendo comisarías?
Desde el PTS nos preguntamos ¿A quién se le puede ocurrir que una fuerza represiva del capitalismo como la policía pueda ser “controlada por representantes electos” si como denunciamos en el programa del FIT se trata de una pieza clave del delito organizado, la trata de personas, el narcotráfico, y el “gatillo fácil”? Si se puede controlar, entonces, para el PO, no hace falta reemplazar y destruirla como señala el programa del FIT.
Como se demuestra en sobrados casos de todo el país, los policías son los principales organizadores de la trata de personas y del narcotráfico. Además de los miles casos de “gatillo fácil” y el hostigamiento a la juventud que, sorprendentemente, el volante ni siquiera menciona. Para cualquier persona medianamente de izquierda resulta extraño que no tenga ni una mención o exigencia de cárcel para esos policías de “gatillo fácil”. Una ausencia muy importante en un volante de izquierda que menciona el tema de la “inseguridad”.
El oportunismo del PO hace que deje de lado el análisis del carácter de clase del Estado y lo lleva a plantear un programa de reforma que raya lo ridículo y que no se podría realizar en ningún país capitalista. O acaso alguien pueda imaginarse a uno de los “representante electos” accediendo al libro de actas, ahora bajo el control “democrático” propuesto por el PO: "el comisario de nuestra policía metropolitana recibió una coima por parte de Juliana Awada –nacionalidad: argentina, principal ocupación: empresaria textil, estado civil: casada con Mauricio Macri- para que no le sean allanados los talleres clandestinos donde se confeccionan sus prendas". Los lectores impacientes deben entender que utilizamos este ejemplo tratando de adivinar en qué tipo de casos estarían pensando cuando se les ocurriera tan oportuno volante. Pero sabrán disculparnos, ya que cualquier ejemplo que elijamos se chocará con la realidad.
Pero hagamos un esfuerzo y busquemos más ejemplos para intentar comprender la propuesta de los compañeros del PO: ¿Imaginan a un "representante electo" por cada patrullero para evitar que aprieten, chantajeen y obliguen a robar y ejerzan todo tipo de maltratos frecuentes de parte de la policía, a los pibes en los barrios? Podríamos seguir enumerando, pero sabrán disculparnos. Cuanto más imaginemos el alcance que podría tener esta consigna, más bizarra resulta.
Están revisando el programa del Frente de Izquierda
El PO en el 2013, defendía otro programa. Veamos que decía el “Manifiesto Político Electoral del Frente de Izquierda y de los trabajadores (PO-PTS-IS)” en el 2013, en el punto llamado “Represión e inseguridad”, que si quiere leerlo completo no tiene más que buscarlo en la web del PO / Programas.
“La cuestión de la ‘seguridad’ es otra manifestación mayor de descomposición del Estado, porque oculta el maridaje entre los aparatos de seguridad y los punteros y partidos del sistema, de un lado, y las organizaciones delictivas, del otro. Este maridaje se ve todos los días en cada barrio popular y quedó claramente expuesto en el asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra. Sirve para victimizar a los jóvenes sin empleo y para justificar el ‘gatillo fácil’. La alternativa ofrecida por el ‘progresismo oficialista’ -la ‘seguridad democrática’- consistió en privilegiar el espionaje contra las organizaciones populares, con el pretexto de ‘prevenir para no reprimir’. Ahora se propone crear ‘policías municipales’ y bajar la edad de imputabilidad. Esto significa, ni más ni menos, que entregar la seguridad ciudadana al sector más entrelazado con las diversas organizaciones del delito, incluida la trata de personas: nos referimos a los intendentes”.
Después hacía una denuncia correcta sobre el significado del nombramiento de Milani como intento de devolver protagonismo político a las fuerzas armadas y otras cuestiones correctas y al finalizar remataba: “El frente de Izquierda llama a la organización popular en los barrios y en los lugares de trabajo y estudio, para combatir el ‘gatillo fácil’ y la trata de personas. Para combatir la penetración del narcotráfico, con apoyo policial, en los barrios, o sea la complicidad policial y política con el delito organizado. No a las policías municipales de los intendentes de la corrupción y el delito: para acabar con el aparato de punteros, es necesario poner fin a la miseria social que causa el capitalismo y reemplazar el aparato de represión de este Estado, que está al servicio de los explotadores, por organizaciones de los trabajadores mismos en el camino de la lucha por su propio gobierno. Abajo el proyecto X, y el espionaje y la infiltración a las organizaciones populares. Por la disolución de todos los órganos de inteligencia puestos para espiar e infiltrar a las organizaciones populares”.
Queremos resaltar que aquél Manifiesto del FIT, del que sólo destacamos dos párrafos, partía de una caracterización correcta de la relación que hay entre los aparatos represivos, los punteros y partidos del sistema. Además planteaba una salida de clase y rechazaba a las policías municipales, que ahora los compañeros, cambiando a una posición de reforma, proponen “controlar”, pero de manera ambigua, no se entiende bien a través de qué mecanismos “democráticos”. Con este nuevo volante, el PO reemplazaría aquél programa correcto, que plantea toda una perspectiva estratégica, por un ilusorio control de representantes electos, que como ya dijimos, ni siquiera explica cómo se elegirían.
Una fuerte campaña del FIT en la Ciudad contra las fuerzas represivas
En la campaña del FIT en la Ciudad comenzamos con una fuerte denuncia: más de la mitad de los altos mandos de la policía metropolitana vienen en funciones desde la última dictadura militar. El kirchnerismo y la oposición patronal no han realizado denuncia alguna, porque han actuado en común en las represiones, defendiendo sus negocios y porque al interior de las fuerzas que dependen del gobierno nacional también hay quienes provienen de la dictadura, comenzando por el General César Milani.
Hace un año y medio sosteníamos en un debate con el PO sobre si es correcto tener una política dirigida hacia las fuerzas represivas como la Policía que: “La ideología de “la seguridad” que siempre ha tenido un peso importante en la democracia burguesa desde sus orígenes, se ha desarrollado exponencialmente durante las últimas décadas hasta convertirse en el pilar fundamental de las actuales democracias para ricos. No solo se ha transformado en el discurso ‘transversal’ de todas las fuerzas políticas burguesas (como lo vimos en las recientes elecciones legislativas), sino que también lamentablemente ejerce su presión sobre las fuerzas que reivindican la independencia de clase”.
El FIT es la única fuerza que pondrá sobre el tapete en la Ciudad, que son innumerables los casos de “gatillo fácil” en manos de la Policía Metropolitana y el resto de las fuerzas represivas, como el de Bruno Pappa, Roberto Claudio Autero, Eric Ponce, Nehuen Rodríguez y tantos otros en la Ciudad de Buenos Aires, perpetuados con sus agentes en servicio o no. ¿Los “representantes electos” bien intencionados, serían los que terminarán con la complicidad en el negocio del narcotráfico que se cobra vidas como la de Kevin de 9 años en Zavaleta, de los desarmaderos o acaso serían los que den por terminado la connivencia con el trabajo esclavo en la industria textil que terminó con la vida de dos niños hace pocos meses atrás? Hace pocos días se presentó como denuncia la existencia de 155 nuevos talleres clandestinos, sumando más de 300 en toda la ciudad. No se necesita "control de representantes electos" sino una movilización obrera y popular para cerrarlos y para que se les garantice trabajo genuino a quienes son superexplotados.
Quienes integramos el PTS y peleamos en el FIT para que Myriam Bregman haga una gran campaña y para que el FIT aumente su banca, no hay que diluir el programa, lo hacemos con la convicción de que el aparato de represión del Estado está al servicio de la clase que detenta el poder, la burguesía. Y por eso sostenemos que es un error lavar consignas que se convierte en nada, o se tornan ridículas.