Ocurrió en el penal n° 3 de San Nicolás, el interno murió a causa de una meningitis y el Servicio Penitenciario Bonaerense hizo caso omiso a las denuncias y luego no actuó porque “hay peste en el pabellón”.
Alan Gerónimo @Gero_chamorro
Viernes 3 de marzo de 2017
Oscar Caestelnovo en Agencia Para la Libertad (APL) recibió la información de primera mano: un interno de la unidad n° 3 de San Nicolás le contó el relato del fallecimiento de Diego Díaz: “Hace una semana [...] empezó a estar mal y el Servicio Penitenciario Bonaerense de la Unidad 3 de San Nicolás no le dio importancia. Luego de tres días y que ni a la visita quería ir porque se sentía muy mal, su familia se preocupó mucho. Él ya venía con síntomas como vómitos, mucha fiebre, pérdida de la noción tiempo y espacio y dolor grave de cabeza. Pero al servicio no le importó. Nosotros, los presos, empezamos a molestar para que sea atendido y su familia por medio de un juez logro que pudiera ser llevado a un hospital extra muros”.
Además el interno apodado “X” para preservar su identidad agregó que “ya en el hospital, esa misma noche que a Diego se lo sacó a las 23 horas, aproximadamente, se le diagnosticó un cuadro de meningitis. Tuvo una leve mejoría pero al segundo día de estar en el nosocomio cayó en coma con pronóstico reservado, y a la espera de lo peor. Luego, se diagnosticó muerte cerebral y estuvo con ese cuadro un día más y lo desconectaron el domingo 26. En una semana lo mató la bacteria por falta de atención médica que sistemáticamente niega el Servicio”.
Ante esta situación “X” relata el nefasto accionar del SPB “nosotros anoche estuvimos quemando y rompiendo las puertas para que nos atiendan, porque obviamente estamos en peligro. Hay otro preso que vivía en la celda con Diego que fue internado y está complicado. También ayer a otro interno se lo atendió con los mismos síntomas y lo mandaron al pabellón esperando los resultados de sus análisis.
A nosotros, recién hoy en la mañana nos sacaron sangre a todos y estamos esperando los resultados, y solo se nos dio una pastilla anti bacterial, que es esa pastilla blanca”.
Finalmente “X” da cuenta que “a pesar de todo el quilombo que hicimos, el servicio penitenciario bonaerense no quiso entrar a nuestro pabellón por que según ellos ‘hay peste en el pabellón’”.
Cárceles de la muerte
Según los informes una persona muere cada 37 horas en los penales de Argentina por torturas, suicidios fraguados o inducidos, pero la mitad de esas muertes son por enfermedades altamente curables. En los penales argentinos se encuentran alojadas más de 70.000 personas -alcanzado su máximo nivel en las últimas décadas- de las cuales un 60 % se encuentra sin proceso judicial o no tienen una sentencia.
En el sistema entran 2.200 personas por año a las prisiones y solo egresan 700.
Estos hechos demuestran que ni con los Gobiernos anteriores, ni con el actual Gobierno de María Eugenia Vidal, en su intento de cambiar las cúpulas de mando, sacando a Fernando Díaz y poniendo a Juan Baric con reformas cosméticas al Servicio Penitenciario nada a cambiado, todo sigue igual. Con la reforma de la ley 24.660 y la baja de la edad de punibilidad esta situación se agravaría. Más punitivismo para la juventud y menos derechos para los internos no es solución para mejorar las condiciones de los penales, solo es perorata electoralera y pena de muerte para los internos.