La política electoral tiene su impacto en el STUNAM; se reabre un debate que no es nuevo.

Miriam Hernández, trabajadora de la UNAM Trabajadora del STUNAM
Viernes 19 de marzo de 2021
Nos encontramos en carrera abierta por los cargos públicos en las próximas elecciones. Por un lado, la coalición de los partidos tradicionales de derecha PRI-PAN, a la que se le suma el PRD desprestigiado, y por el otro lado, MORENA, que ha realizado una política de alianzas en la que poco importan los principios que dice defender, haciendo un frente junto al Partido Verde, históricamente aliado del PRI y el PANAL (partido conformado por la burocracia de Elba Esther Gordillo).
La política Electoral tiene su impacto en el STUNAM, pues se reabre un debate que no es nuevo: la utilización de los cargos sindicales para fines ajenos a los intereses de los trabajadores. Y es que ser parte del comité ejecutivo para algunos es una oportunidad para hacer carrera legislativa.
Desde los años 90, con el surgimiento del PRD, el STUNAM fue marcando su adhesión a este partido que fue una pata izquierda del régimen del priato, cuestión que a la postre quedó demostrado con el rol de este partido del "Sol Azteca", junto al PRI y el PAN en el Pacto por México, así como en otros momentos donde privilegió estar de lado de los planes neoliberales contra los trabajadores.
Esto implicó que algunos dirigentes llegarán a obtener diputaciones por vía plurinominal o voto en urnas, como fue el caso de Agustín Rodríguez y Adrián Pedrozo, por mencionar algunos casos.
Independencia Política para el STUNAM
En el año 2009, en una clara práctica corporativa, se anunció un acuerdo del conjunto de la UNT con el PRD para postular a dirigentes y representantes sindicales a diputaciones federales por la vía plurinominal. El problema para los sindicatos y sus trabajadores es que estas militancias legislativas en un partido como el PRD implicaron la subordinación de la política y de la lucha del sindicato a la estrategia de presión en el Congreso y a renunciar a un camino de lucha verdaderamente combativa, confiando en el cabildeo legislativo de los partidos que se encargaron de votar cada una de las leyes que cercenaron derechos históricos de los trabajadores.
Para muestra, recordemos la ley del ISSSTE. Esos acuerdos y militancias no sirvieron para detener las reformas neoliberales.
Tras el surgimiento del Morena, más recientemente algunos agremiados e integrantes tanto de la Corriente Roja del secretario general y la mayoría del comité ejecutivo en el STUNAM, así como de corrientes de la oposición como la llamada Sindical Incluyente, Alianza Democrática, Fuerza Alternativa, Resistencia y otras, que militaban en el PRD, algunos incluso en el PAN, ahora declaran abiertamente su militancia en el Morena; algunos han ocupado ya cargos de gobierno públicos, como es el caso de Ariel Juaréz en la presidencia municipal de Cuautitlán.
Otros, para estas elecciones de 2021, son ya candidatos a diputaciones como es el caso de Pepe Castillo y Maricarmen Larralde, por lo que, aunque al interior del sindicato las distintas corrientes dicen mantener diferencias, podemos observar que, hoy por hoy, tanto la Corriente Roja como la mayoría de la oposición tienen un punto de encuentro con el partido en el gobierno.
No somos botín político
Claro que cualquier miembro del sindicato tiene el derecho de pertenecer a la organización política que prefieran y, aunque estatutariamente algunos se separen de su trabajo y/o cargos sindicales, el problema aquí es que actualmente una gran parte de la dirección del sindicato se encuentra abiertamente del lado del llamado gobierno de la "cuarta transformación".
Siendo que en los principios claves para la organización de los trabajadores, como clase, es fundamental preservar la independencia política del régimen y del gobierno, sobre todo siendo en este caso un gobierno que no tiene contenido de clase de las y los trabajadores ni defiende nuestros intereses, siendo por el contrario estos partidos defensores de los intereses de los capitalistas.
Una práctica incorrecta (y que expresa esta política de subordinar a los trabajadores a estos partidos patronales) es combinar los puestos de dirección sindical con los cargos públicos adquiridos bajo determinado partido político, pues los intereses no estarán subordinados a la base trabajadora, sino a los de su partido y a los compromisos adquiridos, ya sea con otras fuerzas políticas o con el propio gobierno.
El sindicato no puede ser un botín electoral. Opinamos que la mejor manera de que no se comprometa la independencia política es que todo dirigente que acceda a un puesto de elección popular debe dejar su cargo, sea de la corriente que sea, y que éste sea ocupado por quien resulte electo mediante una elección de toda la base trabajadora.
Nuestros objetivos políticos están plasmados en el estatuto que a la letra dice “El STUNAM proclama como uno de sus principios esenciales, su independencia ideológica, política y orgánica de la burguesía, el Estado y el imperialismo”. El destino del STUNAM no debe estar ligado a las políticas o intereses del gobierno o de los partidos del congreso, gobierne quien gobierne.
Esto debe expresarse además en una perspectiva política que enfrente de manera combativa las políticas de estos partidos representantes de la patronal, y que busque la alianza, no con estos, sino con los millones de trabajadoras y trabajadores que enfrentan en el país el mismo enemigo, y con los sectores que están luchando.