Desde su formación Podemos nunca fue capaz de poner en pie una juventud que militara por sus ideas, entre otras cosas por su meteórica integración a un Régimen monárquico que nada tiene que ofrecer a las nuevas generaciones salvo precariedad y represión. Sin embargo, Pablo Iglesias por fin puede presumir de tener una organización juvenil a su servicio: el Sindicato de Estudiantes (SE).
Lunes 3 de mayo de 2021
Y es que el SE, aunque ha estado bastante desaparecido a lo largo del curso llegando a desconvocar su propia huelga, se ha lanzado a militar con todo la campaña de Unidas Podemos, y en especial a promover la figura del bienamado líder Pablo Iglesias, haciéndose eco del falso relato de “democracia versus fascismo” que une al arco parlamentario que va desde Podemos hasta Ciudadanos, pasando por Más Madrid y el PSOE.
Como plantea mi compañero Diego Lotito en su artículo El relato “democracia versus fascismo”, o cómo blanquear al Régimen del IBEX y la Monarquía, este discurso no es otra cosa que “un blanqueo olímpico del régimen capitalista español, con sus millonarios del IBEX35, sus partidos ‘democráticos’ y, por supuesto, su monarquía constitucional”. Un relato que pretende hacernos tragar con que la salida para enfrentar a la extrema derecha pasa por tragarnos el “mal menor” del PSOE, con Gabilondo a la cabeza.
Un “sindicato” ficticio para una política oportunista
Es de sobra conocido que Gabilondo cuenta en su historial como presidente de la CRUE y como Ministro de Educación de Zapatero de haber aplicado los grandes recortes a la enseñanza pública y ser uno de los principales autores intelectuales y materiales de la aplicación del Plan Bolonia que entregó las universidades al dominio de grandes intereses empresariales, liquidando el movimiento estudiantil por más de una década. ¿Cómo es posible que una organización que se llama y considera a sí misma el “Sindicato de Estudiantes” acepte ser parte del mismo frente que este miembro destacado de la casta universitaria y política?
Pero la realidad es que el Sindicato de Estudiantes ni actúa de forma independiente ni es un verdadero sindicato de la juventud estudiantil. El SE es una colateral de la organización política Izquierda Revolucionaria (IR) -antes El Militante-, que hace más de 30 años usufrutua el nombre de “sindicato”.
Obviamente es absolutamente legítimo que cualquier organización política se organice como quiera y forme las colaterales, agrupamientos y colectivos que quiera. Pero hacer pasar una agrupación estudiantil dirigida de principio a fin por un grupo determinado por un sindicato es una verdadera estafa. Y más cuando su política es subordinar de forma vergonzosa al “sindicato” a los intereses del aparato político de Podemos e Izquierda Unida.
En ultima instancia, el SE actúa como la burocracia sindical de CCOO y UGT. Sin consultarle a nadie ponen la organización al servicio de los enemigos de la clase trabajadora y la juventud oprimida, como este 1 de mayo que invitaron a marchar con ellos a varios ministros del Gobierno social liberal. La “pequeña” diferencia es que los sindicatos reales tienen cientos de miles de afiliados y elecciones sindicales en las que, a pesar del control de las burocracias, las y los afiliados eligen a sus dirigentes. En el SE las y los “dirigentes” son nombrados a dedo por el comité central de IR.
El doble discurso de Iglesias y la impostura de IR
En otro artículo polemizábamos con IR por entregarse a la candidatura de Pablo Iglesias prácticamente el minuto después de hacerse pública. Advertíamos que el discurso antifascista de Iglesias no era otra cosa que “dar un barniz izquierdista a su objetivo de reeditar un gobierno con el PSOE en la comunidad”. Que no hacía falta más que mirar al Gobierno estatal, cuyo papel ha sido el de cuidar los intereses del IBEX35 y mantener intactas las estructuras del Régimen monárquico, para saber qué nos puede deparar una nueva coalición de PSOE-UP en la comunidad.
Ante esta situación desde la CRT sostuvimos que la izquierda marxista y revolucionaria no podía seguir subordinada al neorreformismo de Unidas Podemos y el neoliberalismo progresista del PSOE, sino que estaba llamada a aprovechar estas elecciones para jugar un papel independiente. Con este razonamiento instamos a IR a reconsiderar su postura y responder a nuestro llamamiento a constituir un frente anticapitalista y de clase el 4M.
Lamentablemente esto no sucedió e Izquierda Revolucionaria, motorizando al Sindicato de Estudiantes, se han transformado en los militantes más valiosos de Pablo Iglesias colaborando activamente en su intento por limpiarse la suciedad con la que deja su puesto de vicepresidente con retórica de izquierda y antifascista.
Todo ello mientras el gobierno “progresista” seguía reprimiendo a la juventud que salía a boicotear los mítines de VOX y a protestar contra el encarcelamiento de Hasél. Por suerte -para los neorreformistas- ahí ha estado IR para diluir la corresponsabilidad de Unidas Podemos como parte del Gobierno que nos reprime, sumando una voz más al nuevo “negacionismo progresista”.
“No hay duda de que Pablo Iglesias ha girado a la izquierda en su discurso”, se afana en demostrar en un artículo reciente la dirección de IR. Al igual que un hábil estafador, se antepone a nuestras preocupaciones para indicarnos que lo que está a punto de hacer no es un timo. Nos advierten “algunos sectarios -dicen-, que se pasan el tiempo charloteando en el extrarradio del movimiento obrero y de la juventud, pero a los que les es ajeno lo que piensan realmente los trabajadores, considerarán que los gestos y las palabras de Iglesias no son más que demagogia y oportunismo. Pero la verdad es otra”.
¿Es otra? ¿Será esta la primera vez que Iglesias saca del cajón su vocabulario más izquierdista para sus propios fines partidarios? ¿Acaso Iglesias no mostró ya un giro retórico a la izquierda en su lucha interna con Íñigo Errejón por el control del aparato?
Podríamos recordarle a la dirección de IR, ansiosa por justificar su entreguismo, el discurso de Iglesias tras volver de su baja paternal, denunciando a las grandes multinacionales y a las veinte familias más poderosas del país que, un año después aumentarían su fortuna en más de 14.000 millones de euros, en plena crisis económica y social, con Unidas Podemos en el Gobierno central e Iglesias como vicepresidente.
¿Confiar en los neorreformistas o construir una alternativa revolucionaria y de clase?
La experiencia está para aprender de ella. Así lo están haciendo sectores cada vez más amplios de la juventud que no se tragan el cuento neorreformista de Unidas Podemos y Más Madrid y empiezan a organizar alternativas que cuestionan el régimen monárquico y a enfrentar en las calles a la extrema derecha, incluso cuando muchos de ellos terminen votándoles con la nariz tapada.
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Pero a estas nuevas generaciones que salen a la lucha y se encuentran con la represión de la policía del gobierno progresista IR les pide que volvamos a confiar en los neorreformistas que están en el gobierno. Que ahora sí, que está es la buena. Que se puede hacer política anticapitalista de la mano del “gran líder” Pablo Iglesias. Y lo peor es que esto lo hacen en nombre del marxismo y pidiendo a Podemos la “República socialista”, ¿y por qué no la segunda venida de Cristo ya puestos?
Es la misma lógica que les lleva a afirmar en el anteriormente citado artículo: “hay que señalar claramente que la posible formación de un Gobierno encabezado por el PSOE, aunque lo integren Más Madrid y UP, no significará la solución de nuestros problemas como trabajadores y jóvenes. Un Gobierno de ese tipo, como ya estamos comprobando con el Gobierno central, si no rompe con la lógica del sistema, si no desafía a la oligarquía financiera, a la patronal, a los especuladores, acabará cediendo a sus intereses”.
¿Si no rompe con la lógica del sistema? ¿Si no desafía a la oligarquía financiera y empresarial? ¿Pero es que acaso el autor o autores de este texto albergan alguna clase de esperanza, por mínima que sea, en que un gobierno del PSOE vaya a practicar una política anticapitalista? ¿Volvemos a los tiempos en los que la dirección de IR le pedía a Zapatero políticas socialistas? La dirección de IR parece tener la capacidad de tropezar dos, tres y hasta cien veces con la misma piedra y seguir echándole la culpa a la piedra. Deberían pensar seriamente si no es hora de cambiar su nombre de “Izquierda Revolucionaria” por el de “Izquierda Gabilondeana”.
La realidad es que el “Sindicato de Estudiantes” y su dirección, “Izquierda Revolucionaria”, han comprado hasta tal punto la lógica que pretende hacer pasar al principal pilar del Régimen monárquico e imperialista español, el PSOE, como un aliado contra la extrema derecha que, si se diera la oportunidad, apoyarían la formación de ese gobierno que, en sus propias palabras, “defiende en la práctica los intereses del IBEX35”. Todo ello en nombre del “antifascismo”. Pero la dirección de IR haría bien en recordar las enseñanzas del revolucionario ruso León Trotsky, del cual se consideran herederos, que afirmaba que “la lucha contra el fascismo exige antes que nada que se expulse a los agentes del imperialismo democrático de las filas de la clase obrera”.
Desde la CRT, por el contrario, seguimos luchando, aunque todavía sea a contracorriente, por construir una verdadera alternativa revolucionaria, de clase y anticapitalista ante el fracaso del neorreformismo. Estamos del lado de la juventud que enfrenta a VOX en la calle y no con los que la reprimen y pretenden colgarse después la medalla antifascista.
Para organizarse con nosotros con esta política hacemos un llamamiento a la juventud combativa a participar en el encuentro que convocan las agrupaciones Contracorriente, Pan y Rosas y la Red de Precarixs este 4 de mayo. Para construi una juventud anticapitalista y revolucionaria, de combate contra la extrema derecha, y contra el conjunto del Régimen monárquico y sus partidos. Es hora de superar organizaciones anquilosadas y burocráticas como el SE, que en sus más de treinta años ha incapaz de levantar una verdadera corriente juvenil masiva, democrática y militante, y ha quedado para organizar la campaña electoral de los neorreformistas. Es hora de organizar la rabia.
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