×
×
Red Internacional
lid bot

Efemérides. El abrazo de Acatempan: fin de la Guerra de Independencia

El 10 de febrero de 1821 ocurre un hecho histórico, el abrazo entre Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero en Iguala, el pacto entre los dos militares permitiría la consumación de la independencia de México.

Viernes 14 de febrero de 2020

El 10 de febrero de 1821 cierra el proceso de independencia de México con el famoso “abrazo de Acatempa” que se dieron Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero.

Este evento ocurrió en el actual estado de Guerrero, que por cierto lleva ese nombre en honor al segundo personaje ya mencionado aquí.

Iturbide era comandante de las fuerzas realistas al servicio de la corona española, encargado de liquidar a las fuerzas independentistas, Guerrero era el general del Ejército Insurgente del Sur y sucesor de José María Morelos y Pavón, uno de los más importantes líderes de la independencia.

Este hecho es precedido por una serie de cartas, en las que Iturbide le solicitaba a Guerrero rendirse, lo cual por su puesto no ocurrió. Incluso el general sureño respondió en una de ellas: decídase usted por los verdaderos intereses de la Nación, y entonces tendrá la satisfacción de verme militar a sus órdenes.

Cuando el militar criollo entendió el papel que tenían los acontecimientos conforme a sus intereses, como miembro de la aristocracia terrateniente, decidió responder que debía llevarse a cabo una reunión: por un plan muy bien sistemado (sic) los medios que nos deben conducir indudablemente, y por el camino más corto. Cuando hablemos usted y yo se asegurará de mis verdaderos sentimientos.

Consumación de la independencia

La consumación de la independencia no se da para beneficiar a las mayorías liberándolas del dominio colonial, sino en función de los intereses de las élites criollas, ya que en medio del empate militar -donde ninguno de los dos bandos podía derrotar al otro-, existían resultados inciertos que hacían dudar a sectores poderosos seguir apoyando la derrota de los insurgentes.

Frente a esa situación Guerrero trató en algunas ocasiones de atraer a su causa a generales realistas, sin embargo, al principio esta política no dio resultado.

El hecho es que el estado colonial era incapaz de someter a los insurgentes. De hecho, Iturbide perdió la mayoría de las batallas contra Guerrero, lo que despertó en él la perspectiva de que mantener el dominio de la corona española ya no era conveniente para sus intereses.

Además, un sector de españoles monarquistas que conspiraban por una separación de España debido a que no aceptaban la Constitución de Cádiz ─de tipo liberal, emitida en 1812 pero vuelta a juramentar recién en 1820─ lo propusieron como su brazo armado, quien derrotaría a Guerrero y proclamaría la independencia absoluta y una ulterior monarquía mexicana. Ese sector estaba representando en el grupo político conocido como la Conspiración de la Profesa.

Las élites más conservadoras repudiaban este texto porque les quitaba privilegios. Su intención de buscar la independencia obedecía a la instauración de una monarquía absoluta regida por Fernando VII, que garantizara la defensa de sus propiedades (terratenientes).

Frente a esto a Iturbide no le otorgaba beneficios en caso de derrotar a Guerrero aunque tampoco pudo hacerlo. Lo conveniente para sus intereses de clase fue pactar con Guerrero la independencia de México, para crear un Estado que fuera conservador y que lo tuviera a Iturbide como emperador.

Esto dio origen al Plan de Iguala el 24 de febrero de 1821, donde la unión de las dos fuerzas dio como resultado el Ejército de las Tres garantías o Trigarante, las cuales eran: religión católica como única en el país, independencia de México de España, y unión entre los bandos de la guerra.

Esta alianza provoca la derrota definitiva de las fuerzas realistas. Meses más adelante, en agosto de aquel año, los reyes españoles son obligados a reconocer la independencia en los tratados de Córdoba.

Ahora, hay que aclarar que, según Patricia Galeana, el abrazo entre estos dos personajes nunca existió, ya que, según afirma, Guerrero no confiaba en Iturbide, pues este tenía la fama de traicionero, por lo que el independentista envío a su representante, José Figueroa a entrevistarse con el general realista.

Probablemente fue este personaje quien inventó lo del abrazo para dar a entender que su general estuvo ahí. Si bien este hecho podría no ser real, sí lo es el pacto político que hubo entre las dos fuerzas para consumar la independencia.

Como se puede observar, la élite terrateniente criolla no estaba dispuesta a compartir el poder con nadie, es por eso que el abrazo de Acatempan ─aunque no fuera un hecho necesariamente real o si en verdad ocurrió─ no lo hizo en los términos que la historia oficial nos cuenta, ya que es producto del pacto temporal entre dos direcciones con intereses muy diferenciados.

Así es como el Estado nacional mexicano nace, como producto de los intereses de una incipiente burguesía comerciante con fuertes rasgos aristocráticos, indispuesta totalmente a otorgar concesiones tanto a los campesinos o a la incipiente clase obrera carcaerizda más bien como artesanado, como a las capas más liberales.