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Red Internacional
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Catalunya. El acuerdo ERC-CUP es papel mojado antes de empezar, pero habrá sí a Aragonés de los cupaires

Prohibir los cortes de suministros, regular los alquileres, frenar la subcontratación, regular los 90mil interinos, revertir las privatizaciones en sanidad, bajar las ratios en educación o retirar los antidisturbios de los desahucios. Estos son algunos de los más de 15 incumplimientos de Aragonés antes de empezar. La actitud “exigente” de la CUP será votar su investidura.

Santiago Lupe

Santiago Lupe @SantiagoLupeBCN

Jueves 20 de mayo de 2021

El 25 de marzo la CUP obtenía el aval del 60% de su militancia al acuerdo de legislatura alcanzado con ERC. Además del 40% de rechazo, en una segunda pregunta el 80% de su militancia consideraba insuficiente lo acordado. El documento más que un acuerdo parecía una lista de renuncias de la formación de la izquierda independentista, disimuladas con algunas generalidades sin concreción.

La CUP se conformó con fórmulas como “Atender la emergencia habitacional”, “refuerzo de la atención primaria”, “garantizar un trabajo digno”... y dejaba en el cajón cualquier medida contra la propiedad de los grandes tenedores, un plan de reversión de todas las privatizaciones y externalizaciones o propuestas como la que ellos mismos plantearon en verano como la nacionalización de Nissan para blindar los 25 mil puestos de trabajo industrial en juego.

Con la presentación del acuerdo de última hora entre ERC y JxCat, la CUP salió a saludarlo con un discurso aparentemente exigente. Su portavoz, Xavier Pellicer, aseguró que sus 9 “síes” a Aragonés no serían un “cheque en blanco” y que estaban condicionados a que ERC hiciera valer el acuerdo.

Poco ha tardado ERC en dejar claro que de eso nada. El documento base del nuevo govern de coalición con los exconvergentes deja por fuera buena parte de las medidas sociales prometidas a la CUP. Esta es la lista de las renuncias de las renuncias.

En derechos sociales y laborales

·No habrá prohibición de cortes de suministros de servicios básicos.
·No habrá Ley de Arrendamientos Urbanos para regular el mercado del alquiler.
·No se limitará la subcontratación.
·No habrá Estatuto de los Trabajadores catalán que devuelva la primacía a los convenios colectivos de rango superior.
·No se aprobará el marco legal que permitiría la remunicipalización del agua por la que están litigando 40 ayuntamientos.
·No se creará una empresa pública de energía.
·No habrá apoyo jurídico y administrativo para los jóvenes que migran solos cuando cumplan los 18 años y queden por fuera del sistema de protección de menores.

En educación y sanidad

·No habrá plan de recuperación de los centros educativos concertados para su inclusión en al red pública.
·No habrá plan de estabilización de los 90mil interinos del sistema público catalán.
·No habrá reducción de ratios en primaria y secundaria.
·No habrá plan para revertir el modelo de gestión privada del sistema público de salud.
·No se revisarán siquiera las externalizaciones en el sistema público de salud que caduquen en los próximos años.

En materia de orden público

·La BRIMO, ahora fusionada con la ARRO y en búsqueda de un nuevo nombre, seguirá actuando en los desahucios de viviendas.
·No habrá protocolos para evitar el uso de Lay Mordaza por los Mossos d’Esquadra, ni prohibición de las balas de foam, ni un nuevo sistema de identificación de agentes más eficaz, ni tan siquiera un plan para acabar con las identificaciones policiales por perfil étnico.

En desarrollo sostenible

·No habrá si quiera moratoria contra los mega proyectos eólicos contra los que se vienen movilizando entidades ecologistas y de defensa del territorio.

A pesar de esta larga lista de incumplimientos, que se producen ya antes de entrar a gobernar - ¿Cómo de larga será de aquí a unos meses? - la CUP ha decidido, esta vez sin hacer ninguna consulta a su militancia, mantener su coto afirmativo a la investidura de Aragonés. Confirma así el curso de su “nuevo ciclo”: convertirse en el “conseller sin cartera” de un nuevo gobierno procesista que, más allá de discursos republicanos de cara a la galería, será una nueva edición de autonomismo en clave neoliberal.

Es un hecho que esta deriva a la moderación no convence a una buena parte de la izquierda independentista. Es hora de convertir este rechazo en una fuerza material que pueda construir una alternativa. Desde la CRT así se lo venimos planteando, tanto a los sectores de la izquierda independentista que se oponen a este procesos de integración en el régimen catalán, como a otros grupos que se reclaman socialistas o revolucionarios, como Lluita Internacionalista, que lo cuestionan pero siguen avalándolo con su permanencia en la CUP.

Es necesario dar pasos en construir un agrupamiento en base a un programa anticapitalista y de independencia de clases, así como dar pasos inmediatos en unir esfuerzos para fortalecer las luchas que desde empresas, barrios y centros de estudio empiezan a darse.


Santiago Lupe

Nació en Zaragoza, Estado español, en 1983. Es director de la edición española de Izquierda Diario. Historiador especializado en la guerra civil española, el franquismo y la Transición. Actualmente reside en Barcelona y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.

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