Muchos artistas participaron y acompañaron este proceso. Entrevistamos a Micaela Araujo, Noelia Pucci y Fabián Ceballos para que nos cuenten qué conclusiones sacaron de la lucha textil y cuáles fueron sus vivencias.
Martes 6 de febrero de 2018 05:47
El arte también se hizo presente en la ocupación de la Textil Neuquén, a lo largo de todo el proceso. De mil maneras distintas porque el arte puede tomar las mil y una formas y porque convoca, invita, incita, trasgrede, rompe, alegra, conmueve, vuela y vuelve a partir para empezar a construir de cero, eso que se había partido, ese descarte que nadie quiere, canta la canción olvidada, sacude las telas para ser pintadas. Baila y anima las imágenes estáticas. El arte tiene un poder, la imaginación. Y contra eso no hubo dictadura que haya podido socavar la libertad de la creación artística.
Marx dejó establecido que bajo las condiciones capitalistas de producción, también el arte deviene en mercancía y las realizaciones artísticas acaban convertidas en parte de la industria de la cultura y del consumo del espectáculo, cuando no, en parte activa de la creación de subjetividades adaptadas a la explotación para que no la vivan como tal.
Es decir que ese valor de mercancía que adquiere el arte estaría a disposición del capitalismo para reforzar la idea de que lo único que poseen las y los trabajadores del mundo es su fuerza de trabajo y adormecer el poder real que tiene la clase cuando se organiza.
Es en esos momentos de la historia, cuando se despierta la conciencia de clase y se lucha por un derecho elemental como la recuperación de la fuente laboral, de la máquina como reclamaban las obreras textiles es cuando emerge una nueva sensibilidad, una fuerza nueva.
De eso se contagiaron Micaela Araujo, Noelia Pucci y Fabián Ceballos. Tres artistas que acompañaron este proceso. Conversamos sobre su participación en la lucha textil, y sobre qué fue lo que les dejó la lucha de las obreras.
Micaela es teatrista. Oriunda de Buenos Aires pero radicada en Neuquén desde hace unos años. Es integrante de la Conrado Centro Cultural que se sostiene autogestivamente, porque acá el ejemplo de Zanón caló profundamente. Es mamá y también integra el grupo llamado Circo Chicano.
Su personaje se llama Stella Maris, disparatada es poco para describirla, llena de glamour y desencanto por vivir en carne propia los avatares de ser Stella, en un mundo que nunca está a su nivel.
¿Dónde estabas cuando te enteraste de que habían vaciado la fábrica y que sentiste?
Estaba en Neuquén, cuando me enteré. Sentí mucha indignación, garrón y todo lo que te pasa cuando te enteras que cierran una fábrica. Además de esa manera tan indigna. Me acuerdo que pase por varias sensaciones, sentí bronca, indignación sobre todo.
¿A qué conclusión llegaste después de haber acompañado y organizado tantos eventos por las obreras?
Como conclusión me quedó que lo único lo que nos queda, es estar con otros y con otras de la manera que sea, para lo que sea. Para recuperar la fuente laboral como en el caso de las textiles o para sostener un espacio artístico o para ser parte de una organización, de un partido político. Siempre necesitamos del otro y de la otra, es de la única manera que vamos a poder dar estas batallas, pequeñas luchas que se pueden ir ganando.
Creo que el ejemplo son las madres, las abuelas que siguen encontrando nietos. No queda otra que la perseverancia, "la prepotencia de trabajo" como dicen los maestros y con otros, organizarse para lo que sea, porque no hay manera y creo que la lucha de las textiles es una muestra de eso de que las chicas se mantuvieron re unidas, seguramente habrán tenido sus discusiones pero hacia afuera se veían como un bloque. Junto a las personas que acompañaron que fueron fundamentales. Sostener lo cotidiano en la medida de lo posible y con la perseverancia de la lucha más el acompañamiento hizo que se obtuviera ese resultado. Lo de las textiles fue muy particular.
A mí lo que me pasó fue parecido a lo que me pasó con Zanon. Yo soy de Buenos Aires, llegue en el mes de Octubre y en Marzo cuando una amiga me vino a visitar, trajo unos libros que quería donar a Zanon. Ella trabajaba en la secretaría de derechos humanos y fuimos a dejar los libros e hicimos una visita guiada. Me quedé impactada, primero porque no me imaginaba que era tan grande, además yo hice la secundaria en una escuela de cerámica, entonces me sumergí en una ola de recuerdos porque fue como entrar a mi escuela secundaria, los olores, el polvillo, los hornos. Todo ese mundo me era familiar.
Con la fábrica textil me pasó algo parecido porque siempre pasaba por parque industrial y siempre veía la fábrica, en este caso la "familiaridad" se dio porque mi viejo es textil, durante 25 años y yo siempre tuve la fantasía de trabajar en un lugar así, en una textil. Cuando me enteré de que la habían cerrado, la ubiqué enseguida y cuando entré a la textil después de la función que hicimos fue como entrar de nuevo en el taller de mi viejo. Las máquinas, los recortes de tela, las estanterías con los hilos, el taller de mi viejo se volvió re chico al lado de la fábrica textil, pero todo el mundo de la costura, la máquina de pegar botones, las planchas. Las dos fábricas me transportaron a una misma situación de familiaridad.
Y no puedo dejar de recordar como se transita una lucha, en La Conrado tenemos la tradición de realizar todos los años una "vigilia" antes del 24 de marzo, para la última el buffet lo organizaron las obreras para que la recaudación fuera a parar al fondo de lucha. No solamente eso, sino que fueron parte de una intervención con otra artista amiga, Julieta Tabbush, también participó Carina Vega. Esa noche fue increíble.
Estos lugares, eventos, como teatro por Zanon, por MAM, las funciones que hicimos en cada fábrica en conflicto, los menciono porque son todas las fábricas del parque industrial que están en lucha y que nosotros acompañamos y la vigilia por donde arranqué a contar, son lugares y momentos de experimentación en el sentido de que al ser jornadas larguísimas porque son maratónicas debido a la cantidad de artistas y números que se llevan a cabo que en mi caso me invita a probar cosas y me tiro a la pileta porque en esos lugares están las condiciones para que uno pueda probar, son los lugares donde me foguee mucho. Son lugares de mucho aprendizaje.
En qué contribuyo desde el arte, me preguntas y a mí me cuesta porque me suena a "alejado". Me parece que lo que quiero hacer, es invitar a sublimar a todos, reírnos, poner en evidencia los estados, creo que esa es mi contribución. Lograr un momento de distensión entre tanta tensión y tanto nervio que les debe atravesar por la panza me imagino, porque deben tener la boca del estómago cerrada en medio de una lucha así. Hacer reír y reír yo también eso es lo bueno.
Noelia Pucci es cantante y compositora Neuquina, interpreta múltiples instrumentos. Cantó con Goy de Karamelo Santo y con el Palo Pandolfo. Viaja y arma bandas por donde vaya. El repertorio de Noe puede ir desde una cumbia hasta un tema heavy metal pero sin perder la ternura nunca.
¿Qué te inspiró la lucha de las obreras textiles?
Principalmente me inspira valentía y eso lo plasmo en mis canciones quiero que mis canciones sean cada vez más valientes, me inspira para que mi arte sea cada vez más comprometido y me asegura muchísimo más todos los días viéndolas en ese camino de lucha, de qué lado estoy como artista, compositora. Me afirmo en donde tengo que estar, que es el camino del compromiso, de la lucha, de la igualdad, de pelear por una sociedad más justa.
¿Qué te dejó la lucha de las textiles?
¿Qué me dejo la lucha de las textiles? En principio esperanza y me reafirmó como marxista. En esto de que cuando una lucha, en este caso por la fuente de trabajo, por su familia, hay unidad de los trabajadores porque eso es indiscutible la unidad de las obreras con otros trabajadores y más allá que hubo momentos difíciles, complicados, se pudo seguir avanzando sobre ese proceso, que para mí fue esperanzador. Por supuesto en ese camino se produce una especie de liberación del arte, nosotros como artistas tenemos que acompañar esos procesos. La verdad que para mí es un orgullo haber podido conocerlas, tener esa posibilidad, participar de sus actividades, que me hayan permitido ver el proceso, en el cual aprendí que pasa cuando no sólo miras tu pedacito de sino que te fijas en el o la que está al lado, por no ser una lucha individual se consiguieron los resultados. Mi deseo personal como artista es estar a la altura de la circunstancia no sólo con mi obra sino con el cuerpo.
Fabián Ceballos es reportero gráfico, de Las Lajas, una localidad del centro Neuquino, radicado en la ciudad trabaja para Telam, estas fueron su reflexiones acerca de la lucha textil y la intervención artística.
¿Qué te llevó a realizar la muestra dedicada a las obreras textiles?
Primero te quería contar que por el trabajo fui a la fábrica. Tuve que ir a realizar unas fotografías para la agencia en la que trabajo, que es Telam. Y cuando fui, me encontré con las chicas que hacían dos o tres días que les habían sacado las máquinas. La verdad que fue un golpe muy fuerte, me emocioné mucho al hablar con ellas. Me fui así de esa manera y a los días estaba en casa y se me ocurrió hacer la muestra, como para visibilizar el problema.
En principio quería hacer un fotoreportaje y conseguir que me lo publicaran en Telam. Al tiempo pidieron otra nota, mandé fotos que estaba guardando por esta idea que andaba en mi cabeza y así fue como nació la muestra.
Justo venía el día de la mujer y que mejor homenaje que mostrar a esas mujeres que estaban ahí y que tanto me habían impactado, lo que contaban eso me empujo a hacer la muestra que llamé "Mujeres en lucha".
¿Cómo llegó la muestra al Museo?
En la muestra de arte contemporáneo organizada desde el MNBA (Museo Nacional de Bellas Artes) de Neuquén la cual se denominó "huellas", participé junto a otros artistas visuales, pensé y lo relacioné con la huella que deja la lucha de las mujeres y mandé tres fotoreportajes en soporte urbano - callejero. Mandé tres temas, uno mostraba una inundación que hubo acá en Neuquén, otro sobre las cenizas del volcán Puyehue, y mandé las de las obreras.
Cuando vino el curador me pidió que descartara las del volcán y la de la inundación me quedé helado. Me sorprendí mucho porque como era para el Museo, nunca imaginé que las fotos sobre la lucha de las mujeres podían entrar al museo. Me llamó y me pidió 10 fotos sobre la textil, la verdad que no salía de mi sorpresa. Ese mismo día llevé las fotos elegidas por mí y al curador le gustó mucho. Y yo más que contento por estar participando de una muestra en un Museo y difundir también esta lucha.
¿Por qué elegiste el soporte de cartelería publicitaria?
El soporte que elegí, que es el de cartel sextuple publicitario - callejero es porque considero que no todo el mundo tiene acceso al museo. Por tiempo, por la distancia, etc. Me hice la idea que si venís en el colectivo vas mirando y ahí te encontras con la gigantografía, que está en la calle y para mí es más atractivo, y lo ven muchas más personas que si estuviera en el museo. Me gustó la idea y voy a seguir produciendo más cosas para la calle.