Presentamos la siguiente entrevista con Jair Diamate, un gestor cultural bogotano, sobre el papel que han jugado los artistas urbanos en las protestas de 2021.
Lunes 19 de julio de 2021
Se entiende como grafiti a la manera de expresión plasmada en el mobiliario urbano, y si bien, por norma general, no son bien vistos por ir en contra de la propiedad y la moral pública, lo cierto es que no todo grafiti contiene una expresión picara o bizarra, esta forma de arte urbana ha servido muchas veces para reflejar y criticar la realidad social. Así pues, el grafiti ha servido como forma de protesta ya sea en las calles de París en 1968 o como intervención en las multitudinarias marchas en Colombia hoy.
Por eso presentamos la siguiente entrevista con Jair Diamate, un gestor cultural bogotano sobre el papel que han jugado los artistas urbanos en las protestas de 2021.
LID: ¿Cómo surge el grafiti en Colombia?
JP: Se podría decir que los primeros grafiteros de Colombia fueron los grupos armados, quienes desde la década del 50 escribían consignas y los nombres o acrónimos de sus organizaciones. Posteriormente, en los 80´s, con el boom de la cultura hip-hop, inició una nueva producción de arte urbano en el país.
En tiempos de polarización como el de hoy, los jóvenes universitarios se han solidarizado, por lo que una cantera de artistas urbanos es la de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia, quienes siempre tienen una propuesta artística crítica en las marchas y paros.
LID: ¿Cómo es la percepción del Grafiti en Colombia?
Hubo un suceso que marcó un antes y un después en el grafiti colombiano, el cual fue el asesinato de Diego Felipe Becerra, un joven artista urbano de 17 años quien en 2011 recibió un disparo por la espalda por parte de un policía municipal de Bogotá lo cual desató una ola de movilizaciones y puso en la escena nacional diversos temas, entre ellos el grafiti.
Después de eso surgieron diversos colectivos de artistas urbanos que se encargaron de la difusión de esta forma de expresión, quienes a través de mesas informativas se encargaron de cambiar la percepción, además de que en Colombia hay ciudades bastante grandes como la propia Bogotá donde es fácil pintar porque existe una escena de propuestas gráficas muy grande que está en crecimiento, atrayendo la atención de artistas internacionales que con su hacer, a su vez contribuyeron en el cambio de percepción que se tenía en el extranjero sobre el país, dejando de ser la del Estado violento o asociado al narcotráfico para pasar a ser poco a poco una capital cultural y artística en América, lo cual llamó la atención del gobierno, aunado con las reivindicaciones propias del movimiento desatado por el asesinato Becerra se dedica una parte de presupuesto.
No obstante, estas concesiones no están exentas de roces con las autoridades quienes en la promoción del arte urbano suele mostrar imágenes menos críticas o incomodas para la historia del país prefiriendo reivindicaciones del pasado prehispánico a los murales de denuncias con consignas. Por lo que siempre hay una tención por preservar la conciencia crítica en esos espacios.
LID: ¿Cuál es el papel de los artistas en las luchas sociales como las de hoy en Colombia?
JP: Principalmente generar conciencia. En Colombia hemos sufrido décadas de violencia por parte del Estado y de los grupos paramilitares y la guerrilla por lo que los artistas son quienes pueden plasmar con su arte una crítica que llame la atención y que genere con pocos elementos un diálogo con grandes públicos que no suelen entender de las categorías abstractas de las que muchas veces hablan los versados en el tema, es más fácil que una persona reflexione con un mural de 50 metros en alguna de las avenidas principales de la ciudad sobre la actual situación que si se le intentara explicar en algún mitin o panfleto.
Creo que las artes tienen un papel pedagógico para poder mostrar a la sociedad de una forma dinámica y con la que se identifiquen con las problemáticas cotidianas o de algún sector.
También la idea es que se puedan hacer parte del cambio, el arte y el grafiti es una oportunidad de poder no solo para pensar las problemáticas, sino también poder tener una práctica común con las protestas y grupos en conflicto. En Colombia hemos tenido la experiencia de la pinta comunitaria donde cada uno aporta con sus posibilidades ya sea llevando brochas y pinturas e incluso encargarse de la comida o ambientar la actividad con alguna bocina, de esa forma la comunidad participa en el proceso de creación de algún grafiti, quitando la brecha del artista y el espectador y quebrando las fronteras de edad y género ya que cualquiera puede participar, así mismo se tejen redes de comunicación con la sociedad.
El arte y el grafiti son para todos y su labor es decir la verdad de lo que se calla el gobierno y los medios, difundir las ideas y maneras de protestar.