En Madrid tiene lugar la primera gran retrospectiva que se realiza fuera de Japón sobre el trabajo de Tetsuya Ishida un testimonio excepcional del malestar y la alienación del sujeto contemporáneo.
Clara Mallo Madrid | @ClaraMallo
Viernes 3 de mayo de 2019
El Palacio de Velázquez en Madrid muestra la exposición Autorretrato de otro, la primera gran retrospectiva que se realiza fuera de Japón sobre el trabajo de Tetsuya Ishida (Yaizu, Shizuoka, 1973 – Tokio, 2005), un artista de culto en su país, que en su corta carrera reflejó con enorme perspicacia las amargas consecuencias que genera el capitalismo y sus crisis en el individuo contemporáneo.
Una de las crisis del capitalismo y, más concretamente, la recesión que vivió Japón tras el estallido de la burbuja especulativa en 1991 fue el contexto en el que se desarrolló como artista Tetsuya Ishida. Esta situación marcó profundamente al creador y su obra que con afilada lucidez representó el sentir de la denominada "generación perdida" de aquellos años, de la cual él formaba parte. Una generación marcada por la falta de expectativas, el escepticismo, el aislamiento y la desolación.
A pesar de su corta trayectoria, interrumpida por su muerte a los 32 años, Ishida produjo un extraordinario corpus de trabajo. En él puso rostro a la desolación generalizada de una sociedad golpeada por los despidos masivos y la especulación. Sus pinturas, dibujos y cuadernos son un testimonio excepcional del malestar y la alienación del sujeto contemporáneo, denunciando la deshumanización del individuo bajo el capitalismo.
"De esto resulta que el hombre (el trabajador) sólo se siente libre en sus funciones animales, en el comer, beber, engendrar, y todo lo más aquello que toca a la habitación y el atavío, y en cambio en sus funciones humanas se siente como animal. Lo animal se convierte en lo humano y lo humano en lo animal” Con estas palabras tan ingeniosas Marx definió a el hombre alienado, algo que Ishida expresa plásticamente de un modo tremendamente afilado. Para ello se apoya en un imaginario lleno de personajes híbridos y máquinas antropomorfas que reflejan la soledad, incomunicación y aislamiento, así como la profunda crisis de identidad que afecta al individuo en un mundo que lo ha convertido en una pieza intercambiable de un complejo engranaje al servicio de la producción y el consumo.
La agudeza de Ishida le llevó a desarrollar todo un universo estético tremendamnete perturbador. A pesar de lo inquietante de sus composiciones el espectador de hoy no se siente nada ajeno a ello. La incertidumbre y el estancamiento del período que vivió Ishida, los ritmos de trabajo y el desempleo, el control sobre el individuo del estado integral, el consumismo y la expresión de todo ello en la subjetividad del individuo se han convertido en una regla hoy.
La muestra reune una selección de 70 pinturas y dibujos realizados entre 1996 y 2004. Aquí mostramos algunas de ellas.
Repostar comida. 1996.
Cinta transportadora de personas. 1996.
Retirado. 1998.
Supermercado. 1996.
Contacto. 1998.
* La exposición se puede visitar desde el 11 de abril de 2019 hasta el 6 de septiembre de 2019 en Palacio de Velázquez. Parque del Retiro (Madrid).