Mauricio y Christine volvieron a la carga con la reforma laboral en cuotas. Los increíbles argumentos del senador empresario que lo presentó. La CGT avala de noche pero se esconde de día.
Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2
Martes 9 de abril de 2019 23:47
Para tener una idea sobre el proyecto de “regularización del empleo no registrado, lucha contra la evasión en la seguridad social y registración laboral” que se empezó a debatir este martes, vale conocer a quien lo presentó. El senador Roberto Basualdo es un empresario sanjuanino con una fortuna de 230 millones de pesos. Solo lo supera el senador y empresario tucumano José Alperovich (Frente Para la Victoria).
¿Qué esperaría usted de un personaje así que encima le hace mandados al gobierno?
El proyecto de “blanqueo laboral” es una de las cuotas de la reforma laboral dictada por el FMI que el gobierno no pudo aprobar como paquete. ¿Qué proponen?
En síntesis, más allá de algunas pequeñas modificaciones, el proyecto del gobierno se mantiene intacto: perdonar a las patronales que tuvieron durante años a sus trabajadores sin obra social, jubilaciones, ART ni ningún derecho. Y además, beneficiarlos con nuevos descuentos.
¿Patología social o sistema?
El empresario Basualdo dejó más tela para cortar. Dijo que con su ley “se procura atacar el flagelo de la irregularidad de los contratos de trabajo, perfeccionar los instrumentos normativos para sancionar dicha patología social”. Lo que parece un insulto en realidad es una justificación. Se trataría de algunos empresarios que no siguen las mínimas normas laborales, cuando en realidad es un modo tan viejo como el capitalismo para aumentar la explotación obrera y también sus ganancias.
Según los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares (Indec), la cantidad de asalariados y asalariadas sin descuento jubilatorio pasó del 34,3% a 35,3%. Según los cálculos de La Izquierda Diario en estos meses de recesión ya llegamos a los 5 millones de trabajadores no registrados. La más perjudicada es la juventud de entre 16 y 24 años, que según la propia Secretaría de Trabajo ya superó el 61% de trabajo informal. El doble que los adultos.
Además el trabajo “en negro” es un brutal ataque al bolsillo de los más explotados, que cobran la mitad que el salario de convenio. Si tomamos los datos del INDEC, en 2017 un trabajador “en blanco” cobró 104 mil pesos más que uno “informal”. Un saqueo que se siente en las tripas.
Pero no es un patología. Desde hace más de 10 años, o sea con gobiernos peronistas o macristas, el porcentaje de trabajadores no registrados no baja del 30%. Junto a los desocupados, son utilizados por los empresarios para presionar sobre el salario y las condiciones de trabajo de los que están bajo convenio.
No es una patología. Todos los gobiernos en las últimas décadas han hecho proyectos de “blanqueo” y rebaja de aportes patrones con la excusa “terminar con la desocupación” y “fomentar el empleo juvenil”. Solo sirvieron para aumentar las ganancias empresarias y la precariedad que decían combatir.
No es un patología. Hace algunas semanas, la jefa del Fondo Monetario Christina Lagarde publicó un artículo donde aseguró que “limitar las regulaciones laborales excesivamente estrictas, asegurar que las indemnizaciones por despido no sean demasiado onerosas y establecer un salario mínimo que no sea demasiado alto en comparación con el salario promedio son medidas que se asocian con la mejora del empleo y de la participación de los jóvenes sin escolarizar, en especial de las mujeres jóvenes”. O sea: son las recetas del Fondo para “generar empleo” para la juventud y sobre todo las mujeres.
La CGT y el peronismo: entre los favores de siempre y la campaña de ahora
El lunes el ministro Dante Sica había recibido a una comitiva encabezada por Héctor Daer (Sanidad). Luego de esa reunión desde la CGT transmitió que “con este proyecto los derechos de los trabajadores están suficientemente resguardados”. A lo sumo propondrían nuevas modificaciones en el debate. Pero este martes no aparecieron en el plenario de comisiones.
Desde la CGT dijeron que no habían cumplido los acuerdos. Otros creen que en realidad el sindicalismo peronista prefiere “dejar pasar” pero con bajo perfil. En la calle no los banca nadie.
Miguel Ángel Pichetto, el jefe del bloque peronista, lamentó la ausencia. "Era muy importante la convocatoria a la conducción de la CGT y que estuvieran presentes”. Pero ratificó el compromiso de su bancada para avanzar con el proyecto.
Los dadores de gobernabilidad analizan cada paso con las encuestas en la mano.
La bancada del Frente de Izquierda en Diputados va a rechazar este proyecto que garantiza impunidad y beneficio a los empresarios precarizadores y no traerá ningún beneficio a los millones que trabajan sin derechos. Seguirá exigiendo un paro activo de 36 horas para defender el bolsillo obrero, imponer la efectivización y el pase a planta permanente, así como la restitución de los aportes patronales. Y va pelear por los derechos de la juventud trabajadora a la que quieren arrebatarle el futuro.
Lucho Aguilar
Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.