Faltan 6 meses para las elecciones. AMLO profundiza su moderación. Busca convencer que no representa peligro para la estabilidad y disputar los votos de sus competidores priistas y panistas.

Pablo Oprinari Ciudad de México / @POprinari
Miércoles 3 de enero de 2018 18:48

En el inicio de este 2018, Andrés Manuel López Obrador confirmó su moderación extrema en la búsqueda de la presidencia. En su mensaje de Año Nuevo dijo, una vez más y en compañía de su esposa Beatriz Gutiérrez, que quiere un “cambio ordenado” a partir del próximo 1 de julio.
Frases como “al diablo con las instituciones” quedaron en el pasado lejano del 2006. Aunque nunca pasó de ser un recurso retórico para marcar distancia con el oficialismo de turno, ya no forma parte de su arsenal discursivo.
La intención de AMLO es clara. Gestos tranquilizadores con dedicatoria a los empresarios nacionales y al establishment estadounidense, para evitar a cualquier costo un frente en su contra.
Las últimas señales fueron las definiciones de Víctor Villalobos -operador de conglomerados agroindustriales como Monsanto- para la SAGARPA, y de Josefa Gonzalez Blanco, sobrina de Carlos Salinas, para la SEMARNAT.
En su entorno abundan personajes como Alfonso Romo, empresario norteño amigo del innombrable Salinas de Gortari, quien estuvo a cargo de la presentación pública del Proyecto de Nación de Morena; en tanto que connotados ex priistas y ex perredistas son recibidos con los brazos abiertos.
La moderación discursiva del candidato de Morena tiene un objetivo. Su precampaña arrancó con un 30% de intención de voto. Aunque hoy encabeza la carrera presidencial, podría no ser suficiente para asegurar la presidencia en un panorama nacional polarizado.
Los índices de desaprobación que arrastra pueden jugar en su contra, poniendo un techo demasiado bajo a su crecimiento electoral, y favorecer a sus competidores en la recta final, en la disputa por la ancha franja de indecisos.
AMLO busca cautivar a los votantes que favorecieron al PAN en las últimas elecciones y le permitieron llegar a varias gobernaturas. Se trata de un sector descontento con Peña Nieto, pero reacio a apoyar a López Obrador, y que en el pasado se hizo eco de las campañas de “un peligro para Mexico”. También la alianza con la derecha cristiana del Partido Encuentro Social pretende amarrar el apoyo de los conservadores votantes de esta formación política.
Es evidente que AMLO no representa peligro alguno para la estabilidad de los negocios empresariales en México ni pone en cuestión el régimen responsable de Ayotzinapa, la militarización y los cientos de miles de muertos y desaparecidos.
Sin embargo, la disputa será fuerte ya que el PRI quiere mantener la presidencia y pondrá en marcha una experimentada maquinaria para crecer en las encuestas. Y la coalición Por México al Frente confía en que los votos que le dieron la mayoría de las gobernaturas del país se repetirán en julio. El hecho es que ninguno de los competidores de AMLO se quedará conforme con disputar el premio consuelo del segundo lugar.
El descontento con EPN, la clave de la elección
En ese panorama, ¿qué tiene a su favor López Obrador? El desprestigio ante amplios sectores de la población de los partidos que se alternaron en Los Pinos los últimos 17 años. Eso es la base del apoyo con que arranca AMLO en las encuestas y es un factor que puede definir la partida el próximo 1 de julio. Lo favorece también que los demás candidatos presidenciales son vistos como parte de la repudiada “clase política” y vinculados con las administraciones previas y los partidos que las encabezaron.
Y no es sólo Meade, un tecnócrata que el PRI aspira a proyectar como un “ciudadano sin militancia política”, tal cual reza la publicidad. Al ex secretario de Hacienda le pesa el lastre de haber integrado el gabinete de Peña, aunque ahora intente desmarcarse de los gasolinazos, en medio del repudio y las críticas que le llovieron en redes sociales.
En el mismo trance está Ricardo Anaya, candidato del frente PAN-PRD-MC y líder del partido que gobernó con Fox y Calderón. Sus críticas a la violencia que recorre el país y a los bajos salarios son alta expresión del cinismo y la hipocresía panista. No es menor la preocupación que recorre la dirigencia perredista: muchos de sus votantes sienten más afinidad por el tabasqueño que por el conservador queretano que encabeza la coalición.
Aún los “independientes” que mantienen chance de obtener las 860 mil firmas requeridas para ser candidatos, no son precisamente centroizquierdistas: el ex priísta misógino y derechista Bronco Rodriguez y la ex primera dama Margarita Zavala.
La campaña moderada de AMLO busca combinar, de una parte, mantener el apoyo de quienes están hartos de los gobiernos priistas y panistas, mostrándose como la “real oposición” frente al PRI. Y a la par sumar a muchos votantes del PAN y el PRD que en el pasado le dieron la espalda. Está por verse si los vínculos con empresarios y operadores políticos de Monsanto, las alianzas con partidos conservadores como el PES, entre otras muestras de la derechización de AMLO, no genera distanciamiento entre los trabajadores y jóvenes que lo apoyaron, por considerarlo una alternativa a la “mafia en el poder”.
Construir una gran fuerza anticapitalista
Hoy más que nunca es urgente forjar una gran fuerza política anticapitalista, socialista y revolucionaria, independiente de los partidos patronales y las instituciones, que luche por acabar con este régimen y este sistema de explotación y opresión.
Una fuerza anticapitalista inserta en las fábricas y centros de trabajo, en las escuelas y universidades, en las colonias y ciudades de todo el país. Bajo esa perspectiva estratégica es que se presenta la fórmula Anticapitalistas al Congreso de la CdMx, que busca conseguir las firmas necesarias para conquistar una candidatura encabezada por dos trabajadoras, Sulem Estrada -maestra de secundaria pública- y Miriam Hernández, trabajadora de la UNAM.
La Izquierda Diario México está al servicio de impulsar esa alternativa política, llamamos a nuestros lectores a tomarlo en sus manos y difundirlo, para conquistar una gran periódico de la izquierda mexicana.

Pablo Oprinari
Sociólogo y latinoamericanista (UNAM), coordinador de México en Llamas. Interpretaciones marxistas de la revolución y coautor de Juventud en las calles. Coordinador de Ideas de Izquierda México, columnista en La Izquierda Diario Mx e integrante del Movimiento de las y los Trabajadores Socialistas.