La Izquierda Diario entrevistó a Valeria Sánchez Lucero, militante de la Asociación Libre de Acción Puntana (ALAPU).
Viernes 16 de diciembre de 2016 10:43
Hace unas semanas atrás, se realizaban en todo el país actividades en torno a la Marcha Nacional del Cannabis, exigiendo la legalización de la marihuana, que no haya más presos por fumar y cultivar y contra el narcotráfico.
El hecho de que estas movilizaciones sean cada vez más multitudinarias evidencia que hay una demanda democrática y socio - política que miles de personas, particularmente los jóvenes, hacen carne, organizándose y luchando consecuentemente por la despenalización del consumo personal de la marihuana o por su legalización total, y contra la represión y criminalización provenientes del Estado y sus instituciones.
En San Luis, a pesar del conservadurismo reinante, también hay cientos de mujeres, trabajadores y jóvenes que de manera diversa se organizan y luchan por lo mismo. La Izquierda Diario pudo entrevistar a una de ellas, Valeria Sánchez Lucero, militante de la Asociación Libre de Acción Puntana (ALAPU).
¿Qué reclama la organización en la que vos militas?
“Desde la asociación, estamos reclamando hace años la despenalización de la marihuana en todos sus usos, terapéutico, medicinal y recreativo, como así también, la libertad de que cada persona pueda cultivar en su casa. Creemos que una de las principales herramientas contra el narcotráfico es el auto-cultivo”.
¿Por qué consideras que se debe despenalizar el consumo del cannabis?
“Principalmente, por los usos terapéuticos y medicinales que tiene para combatir diversas patologías como el Mal de Párkinson, el Alzhéimer, la Fibromialgia, la Artritis y el Reuma. Además, es un valioso paliativo de los efectos de la quimioterapia en el Cáncer y la Epilepsia Refractaria”.
¿Cuáles fueron las razones por las cuales comenzaste a militar en la ALAPU?
“Yo sufro de una enfermedad llamada Fibromialgia. Hace tres años me diagnosticaron una situación extrema que me impidió caminar, sentarme, intolerancia a la luz, etc. Tuve que dejar de estudiar y trabajar, teniendo tres hijos para mantener. Paulatinamente, mi círculo de amigas me fue comentando sobre el uso medicinal del cannabis, aconsejándome que probara para atenuar las dolencias. Tanto me insistieron que comencé a investigar sobre el tema y un día decidí probar. Los dolores provocados por mi enfermedad fueron más fuertes que mis prejuicios. Por eso, comencé a fumar y lentamente, me fui dando cuenta que ya no me afectaban tanto los dolores. Fui dejando de tomar los medicamentos que me dieron los médicos y a mis 41 años de edad, puedo decir que el cannabis cambió totalmente mi vida. Mi historia personal ha sido la razón por la que estoy militando por la despenalización de la marihuana para poder tener la planta en mi casa, abastecerme sola, sin tranzas”.
¿Qué actividades viene realizando la asociación?
“Además de participar de las marchas por la marihuana, hacemos cursos, charlas y seminarios para concientizar a la población. Precisamente, este sábado 17 de diciembre, estaremos realizando las primeras Jornadas Puntanas Informativas y Educativas sobre el uso del Cannabis Terapéutico – Medicinal en la Universidad Nacional de San Luis – Sede Villa Mercedes, de 16 a 19 horas. Esperamos contar con la participación de todo aquél que se interese por el tema”.
Los argumentos y testimonios de Valeria se suman al de millones de usuarios y consumidores de cannabis que, después de 33 años de democracia, siguen siendo perseguidos y criminalizados por cultivar y consumir la planta. La única explicación para esta política de prohibición y persecución es el gran negociado que significa el narcotráfico, garantizado y cubierto por la justicia, las fuerzas de seguridad y los funcionarios políticos de los partidos hegemónicos.
La ilegalidad de la marihuana no es una casualidad. Es la excusa perfecta para controlar socialmente a la juventud y fortalecer el aparato represivo del Estado. Por eso, la legalización integral del cannabis para el cultivo, la comercialización y el consumo es una reivindicación esencial para el desarrollo y la consolidación de nuestras libertades democráticas.
