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Mundo Obrero. El caso Menoyo: despidos, impunidad y resistencia

Despidos ilegales, picanas, patotas, militarización y lucha obrera. La historia de los pibes de Menoyo que resisten y luchan contra los despidos.

La Izquierda Diario

La Izquierda Diario @izquierdadiario

Viernes 18 de marzo de 2016

En las primeras horas del miércoles 16 de marzo había dos fotos en el país: la de la entrega a los buitres que se estaba votando en la Cámara de Diputados y la de la resistencia, la de los pibes de Menoyo, que empezaban a cortar la Panamericana para que todo el mundo vea y conozca su lucha contra los despidos, desafiando el protocolo represivo de Macri y Bullrich. La denuncia de los trabajadores contra los despidos ilegales y las condiciones de esclavitud en la que trabajaban volvió a escucharse a través de importantes medios nacionales. Esta pelea ya tiene su propia historia y en La Izquierda Diario te la contamos…

Militarizar para no acatar la conciliación

La madrugada del pasado miércoles 9 de marzo será recordada por los trabajadores despedidos de Menoyo como la mañana en que se les negó el ingreso a la planta, contra lo que dicta la conciliación obligatoria resuelta el 4 de marzo por el Ministerio de Trabajo de San Isidro. También, como el día en que la policía bonaerense, rodeó la fábrica ubicada en el cruce de Av. Mitre y Sivori, con insultos de por medio y con la prepotencia característica de estas fuerzas, para levantar el acampe que venían realizando los trabajadores ante la negativa de la empresa de acatar la conciliación. Una militarización con más de 100 efectivos para evitar que los despedidos ingresen a sus puestos de trabajo. O sea, un ministerio público ordena que los obreros deben volver a sus puestos de trabajo, pero la patronal cuenta con las fuerzas represivas del mismo estado para que no se efectivice dicha resolución. Increíble, insólito, ilegal…

El día anterior los trabajadores tuvieron que sortear una de las tantas artimañas utilizadas por la empresa para quebrarlos con el fantasma de la criminalización. Luego de que el prepotente Pablo Menoyo (sobrino del dueño José Menoyo), que se jacta de su moral cristiana y la filantrópica de su familia, ingresara a los gritos y empujones a la empresa escudándose con barras bravas, quienes utilizaron una picana eléctrica contra los trabajadores, llegando al extremo de amenazar de muerte a uno de los despedidos. Como si esto fuera poco, los criminalizados son los trabajadores por ir a la fábrica a hacer cumplir la Ley. En el municipio de Vicente López, donde José Menoyo fue presidente del Concejo Deliberante, los favores parecen pagarse con causas contra los trabajadores y beneficios para los empresarios.

Además, el clan Menoyo tiene varias perlitas ilegales más: condiciones laborales de esclavitud, por fuera de lo que rige la Constitución y Tratados Internacionales, despidos discriminatorios y antisindicales por el sólo hecho de querer afiliarse a un sindicato, derecho democrático básico amparado por la ley, aprietes dentro de la empresa con amenazas de agresión física, entre otros.

Menoyo: un “niño mimado” de Cristina en un municipio PRO

José Menoyo fue concejal y presidente del Concejo Deliberante de Vicente López (localidad donde está radicada la empresa), de la mano del caudillo local el “Japonés” García. Fue beneficiado por los créditos del Bicentenario por 7,4 millones de pesos, gracias al que pudo ampliar su participación en el mercado al 65 % y exportar cada vez a más países. Estos privilegios y mantener condiciones laborales de esclavitud y superexplotación hicieron amasar una enorme fortuna a la familia Menoyo. Salió en su momento en teleconferencia con la misma Cristina Kirchner y fue puesto como ejemplo de empresario nacional. Obviamente las condiciones de trabajo paupérrimas y los miserables salarios de $6500, quedaron debajo de la alfombra. Haciendo un paréntesis, vale un comentario: todo aquel que insista que la liberación nacional y popular puede venir de la mano de que los trabajadores se unan con estos empresarios tiene un obstáculo insalvable en la propia realidad que vence a todo relato.

Pero, además, “el clan” hace de sus fechorías y se mantiene impune en las tierras del primo del presidente, Jorge Macri, municipio PRO por excelencia. Pareciera que el primo de Mauri ni se enteró del reclamo obrero ni de toda la serie de arbitrariedades que cometen los Menoyo en el municipio que él gobierna y mira para otro lado. Azules y amarillos se parecen bastante en lo que se refiere a defender a empresarios esclavistas.

Los pibes que trabajaban jornadas de 24 horas y solo querían afiliarse a su sindicato

Desde el primero de febrero en Menoyo se viene dando un plan que tiene como fin barrer a los trabajadores que empezaron a organizarse para cambiar las terribles condiciones de trabajo a las que eran sometidos. Comían en la vereda, no tenían agua potable y bebían agua de una manguera, el mismo José Menoyo apadrinaba eso diciendo que sus trabajadores eran libres de tomar agua de donde ellos quisiesen. El número final de despidos fue de 21, prácticamente de la mitad de los operarios de planta.

Uno podría preguntarse por qué tanta saña si los recursos sobran, pero los Menoyo no se rigen por el “amor al prójimo” sino por el amor al dinero.

Una vez que comenzaron a ejecutarse los primeros despidos empezó a surgir entre los trabajadores una solidaridad inmensa, haciendo que muchos se sumen a la pelea en apoyo a los despedidos, porque la razón de los mismos era nada más y nada menos el hacer valer sus derechos y garantías constitucionales al ejercicio de la actividad sindical.

Por parte de su sindicato, la burocracia del S.O.E.V.A, su actuación durante el conflicto ha sido en gran parte producto de la presión del activismo, cuando de medidas de fuerza se trata, para luego colaborar con la empresa, en negociar y seducir con el arreglo, como vía para terminar con el conflicto. Denuncia que los trabajadores han comenzado a difundir entre los trabajadores vitivinícolas, difundiendo su lucha para lograr la solidaridad y medidas de fuerza en apoyo de los trabajadores de su gremio.

Entonces la pregunta es si la empresa despide y actúa en la ilegalidad, mandando a su patota, si la policía los defiende a los Menoyo y golpea a los trabajadores, quien defiende los derechos de los laburantes. Acá queda a las claras que los trabajadores sólo cuentan con su propia fuerza, el apoyo de su familia y también muchos trabajadores de la zona, delegados de diferentes fábricas que le brindan el apoyo desde el primer día, al igual que docentes y estudiantes. Al Congreso Nacional llego también una resolución impulsada por Myriam Bregman Diputada Nacional por el Frente de Izquierda para solicitar la inmediata reincorporación de los trabajadores despedidos. Lejos de quedarse sentados frente a la injusticia que atraviesan decidieron levantarse y el apoyo que reciben es cada vez mas grande. Con la unidad de todos y la lucha los trabajadores pueden triunfar!