Trump deja claras sus prioridades y asegura que esta medida no afectará el comercio.
Joss Espinosa @Joss_font
Viernes 20 de marzo de 2020
El presidente de EE.UU., Donald Trump, junto al secretario interno del Departamento de Seguridad Nacional, Chad Wolf, anunciaron el cierre de fronteras entre México y Estados Unidos, para viajes “no esenciales”. Esto se suma a la medida de cierre de fronteras con Canadá.
Lo que no logró hacer el proteccionismo de Trump por sí solo, ahora es implementado con el pretexto de la crisis de Covid 19. Es real que se necesitan medidas para controlar la expansión de la pandemia, sin embargo esto resulta beneficioso para la política prometida por Trump desde su campaña electoral, en torno al cierre de fronteras.
Esta política permitirá a Trump endurecer el despliegue de la patrulla fronteriza algo que le viene bien para mantenerse legitimado de cara a las próximas elecciones, y teniendo en cuenta que su permanencia en la Casa Blanca dependerá en gran medida de como reaccione ante esta crisis. Sumado a esto, dicha medida no solamente sera aplicada para los migrantes, sino que significa un avance en el endurecimiento represivo del Estado, que golpeará también a los trabajadores y la juventud estadounidense.
De igual manera, esta medida intenta presionar al gobierno de AMLO, para hacer lo propio con la frontera sur, mientras mantiene una política de apoyo a aquellos que soliciten asilo en EE.UU., pues no serán recibidos en ese país. Este es un gran ejemplo del “patio trasero” que significa México en su relación con el vecino del norte, que además se da en el marco de una crisis migratoria que no cesa.
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Claramente esta política de fronteras cerradas, tiene un límite para el presidente, pues esta se implementará mientras no afecten las ganancias de los empresarios estadounidenses, ya que habrá paso para el comercio, transporte de mercancías, medicamentos, y personal médico. También se aclaró que se dará el paso a los mexicanos que tengan permiso de trabajo del otro lado de la frontera.
Es claro que EE.UU., no puede implementar un cierre definitivo de las fronteras, pues esto significaría un golpe para su economía, de por si mermada. Esto dado que, parte importante de los ingresos de las transnacionales estadounidenses, deviene de la mano de obra de las y los trabajadores de la frontera, que no han parado pese a la grave crisis de salud.
Lo que deja en evidencia esta medida, es que para el imperialismo, están primero sus ganancias, mientras que su política de control sanitario no provee por ejemplo medidas de detección adecuadas con test masivos, que permitirían salvaguardar la vida de las y los trabajadores. Esto mientras se desarrollan miles de despidos en EEUU, debido a la crisis por el Covid 19.
Las prioridades tienen que cambiar si queremos frenar esta crisis. Para ello las medidas ante esta crisis deben emanar desde las y los trabajadores, no queremos pagar con nuestras vidas esta crisis, aquí compartimos un plan para combatir el Covid, que ponga en primer lugar nuestras vidas y no sus ganancias.
