El COVID-19 irrumpe en el panorama nacional y Piñera realiza su 2 cadena nacional anunciando medidas. En todas ellas omite el estado del sistema de salud en crisis, de la cual él es responsable.

Néstor Vera Médico.
Domingo 15 de marzo de 2020
A solo 2 días desde los anuncios de Sebastián Piñera en torno al coronavirus las reacciones no se han hecho esperar, desde las redes sociales y medios de comunicaciones surgen diversas opiniones discutiendo las medidas de salud pública más acordes para la situación o las implicancias en procesos como el plebiscito y las movilizaciones, pero un gran ausente en esto es la salud de las y los trabajadores.
Las ganancias no se tocan
Medidas como la prohibición de aglomeraciones mayores a 200 personas fue enfocada a eventos masivos e incluso movilizaciones, sin embargo, se mantienen las aglomeraciones diarias que permiten la producción y desarrollo del sistema laboral como si nada pasara, por ejemplo, el transporte público para el cual solo proponen ineficientes medidas de higiene. Lo que causó inmediato debate.
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Es que no parece coherente que se prohíban este tipo de eventos masivos, mientras en el transporte público viajan diariamente miles de personas hacinadas o mientras los grandes centros comerciales siguen su funcionamiento, del mismo modo los miles trabajadores en lo campamentos de la minería o concentrados en fábrica. Como si la transmisión del virus fuera distinta en cada situación.
En los nuevos anuncios del gobierno se enfocaron en aspectos como las cárceles, adultos mayores y centros educativos, pero increíblemente no existe ninguna referencia a los trabajadores, que tanto en el transporte, como en las faenas y fábricas viven condiciones que predisponen a la transmisión. Y es que dejar en cuarentena una fábrica o faena minera golpea directamente la producción de mercancías y por tanto las ganancias empresariales. Al parecer en las prioridades del gobierno se encuentra la producción por sobre la salud del pueblo trabajador. Piñera quiere que pare todo excepto las ganancias empresariales, aún cuando esto implique riesgos para la salud de la población.
La pandemia no se puede negar, sus efectos son evidentes y las experiencias en Asia y Europa muestran los estragos de un virus altamente contagioso que afecta en forma más grave a poblaciones de riesgo, como los adultos mayores que son también los sectores más precarizados. Esto en combinación con sistemas de salud desfinanciados y en crisis, provocan todo un colapso asistencial y una verdadera tragedia social. El sistema de salud público en Chile colapsa todos años especialmente durante la campaña de invierno, expresión de una profunda crisis estructural, ante un crecimiento exponencial de casos el sistema no dará abasto y los recursos destinados por Piñera son completamente insuficientes. Desde este punto de vista se deben tomar todas las medidas preventivas si se quiere “aplanar la curva” (como ya se discute entre distintos trabajadores de la salud), y esto implica tocar lo que el gobierno quiere preservar a toda costa, que es justamente el trabajo y la producción.
Un plan de emergencia desde los trabajadores y el pueblo
El COVID-19 es una pandemia innegable, a la cual los sectores movilizados y el pueblo trabajador debemos responder a la altura de las necesidades. El plan del gobierno es completamente insuficiente y tardío para evitar el desarrollo de un ascenso exponencial de los casos confirmados, y en última instancia busca asegurar los negocios capitalistas. Como explicamos anteriormente en relación a mantener las aglomeraciones en el transporte público, pero también tomando en cuenta que otra de las medidas que se planea es comprar camas al sistema privado en lugar de usarlas sin ningún tipo de pago en caso de necesitarlo para atender, es decir, contribuir a aumentar las ganancias que de quienes lucran con nuestros derechos aprovechándose de una situación crítica de salud pública. Del mismo modo que no se aseguran licencias médicas pagadas para todos quienes lo requieran, que no son solo los casos confirmados, sino que también cuidadores, casos sospechosos y todos quienes estén en cuarentena.
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No por nada organizaciones como la FECH han llamado a suspender el inicio de clases e incluso la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, quien además es especialista en Medicina Interna y magíster en Salud Pública, planteó la importancia de medidas más drásticas como cancelar todas las clases en universidades y colegios, además de aumentar el teletrabajo, como medidas necesarias para evitar el aumento de contagios.
El gobierno no puede responder de manera íntegra a esta situación, porque son los responsables de la crisis de la salud pública y porque para hacerlo es necesario afectar las ganancias de los empresarios. Al contrario, somos los trabajadores de la salud en conjunto con el pueblo movilizado y sus organizaciones como los sindicatos, asambleas territoriales, espacios de autoorganización como el Comité de Emergencia y Resguardo, quienes deben responder con un programa independiente que dé respuesta efectiva a detener la propagación del virus e incluso implementar medidas de cuarenta de forma íntegra y efectivas, protegiendo la salud del conjunto de la población por sobre las ganancias empresariales. En este sentido, organizar Comisiones de Higiene y Seguridad en cada lugar de trabajo es necesario, los empresarios y el gobierno no velarán por nuestra salud, sino que debemos ser los mismo trabajadores y en relación con trabajadores de salud y expertos quienes debemos tomar esta tarea, enfrentando la sed de ganancia de los empresarios y el gobierno.
Esta alianza con trabajadores de la salud y expertos es importante en el desarrollo de la actual pandemia, incluso en relación a las movilizaciones. Piñera obviamente buscará desmovilizar, no puede ser el presidente del 6% de aprobación y profundamente cuestionados por las calles sea quien decida, sus intereses son claros y no tiene ninguna autoridad. Todos quienes queremos sacar a Piñera y su gobierno criminal, que hemos estado en las calles desde octubre debemos decidir qué camino seguir y cómo mantenemos nuestra lucha sin afectar la salud de la población, para esto la relación con organismos de salud y expertos es fundamental.
Al contrario de lo que busca el gobierno, debemos ser nosotros por medio de un programa de acción de estas características quienes fortalezcamos la organización y coordinación para enfrentar estas crisis sanitaria y sus efectos en la salud de millones de trabajadores, que sea un punto de apoyo para fortalecer la alianza de los sectores movilizados con el conjunto de la población en miras de ser una mayor fuerza social que pueda enfrentar al gobierno de Piñera.
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