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Red Internacional
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Fuerzas Armadas. El costoso aniversario de la FACh y el rol de las fuerzas armadas

Hace unos días, Ricardo Ortega, ex comandante de la Fuerza Aérea (FACh), criticó a Sebastián Piñera por sus dichos referentes al costo de la celebración del aniversario de la FACh, el cual superó los 300 millones de pesos.

Juan Andres Vega

Juan Andres Vega Estudiante de Derecho de la Universidad de Chile. Militante de Vencer

Lunes 10 de diciembre de 2018

Considerado como un gasto excesivo por Sebastián Piñera, la FACh respondió con que los recursos que se utilizaron estaban dentro del presupuesto y que el despliegue de 72 aviones para la celebración estaba dentro de las horas de vuelo necesarias para los pilotos.

En ese marco, Ricardo Ortega señaló -en entrevista con el diario empresarial La Segunda- que el despliegue de los aviones, y por tanto el gasto en combustibles, lubricantes, etc., es necesario en la “política disuasiva” y que Sebastián Piñera es un presidente “ligado a las encuestas”.

Sin embargo, en un país cuya política de Estado ha sido mantener el presupuesto dedicado a las Fuerzas Armadas (FF.AA) por sobre el 2% del PIB y en medio de una crisis política abierta en el gobierno, ligada a esa área tras el asesinato de Camilo Catrillanca a manos de Carabineros, es relevante preguntar por el rol jugado por las FFAA en tiempos de paz.

Primero es necesario resaltar que el Estado de Chile solo ha hecho uso de las fuerzas armadas en un conflicto bélico durante la invasión al territorio boliviano durante la Guerra del Pacífico.

Por lo cual podemos descartar un rol dentro de la “defensa de la nación” propiamente tal, por fuera de la “política disuasiva”, según la cual los distintos países se arman y despliegan sus armamentos cada vez que pueden para “demostrar” superioridad militar, buscando disuadir a los otros Estados. Sin embargo esta política se ha mostrado infértil para detener los grandes conflictos bélicos ya que, al contrario, solamente los acentúa al desatarse una suerte de carrera armamentística entre países.

En ese sentido, desde ese momento puntual en el siglo XIX hasta la fecha, las FFAA solamente han jugado un rol dentro de la política en distintos episodios de guerra civil u ocupando cargos de Estado. El caso más “notable” han sido los golpes de Estado durante el siglo XX -el último desembocó en la dictadura genocida de Augusto Pinochet- donde actúan bajo un discurso de estar “por encima” de los partidos políticos, por encima de todos conflictos de la sociedad, es decir, su actuación va en defensa de “los intereses superiores de la nación”.

Sin embargo ¿cuáles son, más precisamente esos intereses “superiores”? Los jefes militares, ideólogos de la derecha e incluso de sectores de la llamada “centroizquierda progresista” suelen utilizar palabras como el “orden” o la “libertad” para referirse a esos supuestos intereses superiores, pero ¿qué clase de libertad tiene la inmensa mayoría de la población? Esa que se ve obligada a trabajar en promedio 60 horas semanales para poder llegar a fin de mes, la llamada “clase media” que vive endeudada 6 veces su sueldo o las y los miles de estudiantes que se endeudan por más de 10 años por “la suerte” de haber entrado a la universidad.

La libertad que pregonan las fuerzas armadas y los partidos empresariales no es más que el libre mercado neoliberal
, que vende todos los derechos como la salud o la educación al mejor postor para que los ricos sigan acumulando enormes ganancias a costa del trabajo precario de millones.

¿Y cuál es ese orden que refieren? El de la sumisión de las y los explotados y las y los oprimidos por este orden social capitalista, patriarcal y colonial, que entrega las grandes riquezas del país al capital financiero internacional, riquezas producidas con el saqueo de las tierras ancestrales del pueblo mapuche, con la explotación todas y todos los asalariados que con su trabajo diario mantienen en funcionamiento toda la sociedad y la opresión de la mitad femenina de la población que con su trabajo doméstico sostiene el trabajo asalariado.

Es curioso que sectores del Frente Amplio planteen la democratización de las Fuerzas Armadas, cuando el papel que juegan es precisamente proteger dominación de una insignificante minoría, la cual encuentra su cubierta más perfecta en el régimen republicano, pero que se ha mostrado prescindible para los empresarios cuando pone en riesgo aquella dominación, momento en el cual las FF.AA interceden para restablecer su orden, su dominación.

En ese sentido, los reclamos del excomandante en jefe expresan el malestar de un sector que, a pesar de que Sebastián Piñera ha mostrado en más de una ocasión que solo busca aumentar las ganancias empresariales, no se encuentra satisfecho. Y que, por otra parte, los dichos de Sebastián Piñera son un vano intento de mostrarse cercano al centro, alejado del militarismo, en momentos donde se encuentra cuestionado por el asesinato de Camilo Catrillanca a manos del Comando Jungla y el fracaso de los tiempos mejores.