EL 28 y 29 de marzo de 1985 fueron detenidos José Parada, Manuel Guerrero y Santiago Nattino, miembros de la AGECH, y posteriormente asesinados por agentes de la DICOMCAR.
Lunes 28 de marzo de 2016
Los cuerpos de los tres profesores fueron encontrados frente a un predio de Quilicura. Se trata de uno de los peores crímenes perpetrados por la dictadura contra trabajadores que se organizaban para luchar.
Hace 31 años se efectuó uno de los crímenes más notorios de la dictadura. En plena época de protestas contra la dictadura, José Parada, Manuel Guerrero y Santiago Nattino, militantes del Partido Comunista, intentaban reorganizar a los sectores más activos del movimiento docente en la Asociación Gremial de Educadores de Chile (AGECH) que se levantaba como una alternativa al Colegio de Profesores controlado por la dictadura militar.
El sindicato de los profesores había sido una de las primeras organizaciones de trabajadores desmanteladas por la dictadura y el movimiento docente uno de los más golpeados contándose entre los detenidos desaparecidos del movimiento obrero un gran número de trabajadores de la educación.
Sin duda la dictadura veía en la reorganización de los docentes una oposición potencial que fortalecería el cuestionamiento al régimen y la ola de protestas en curso, por lo que llevó adelante uno de los crímenes más brutales materializado por Carabineros.
El día 28 de marzo Santiago Nattino fue abordado en la esquina de Apoquindo con Badajoz por agentes de la Dirección de Comunicaciones de Carabineros (DICOMCAR), mientras que Guerrero y Parada fueron secuestrados al día siguiente, 29 de marzo, desde las puertas del Colegio Latinoamericano. Todos ellos fueron torturados en el centro ilegal de detención conocido como “La Firma”, ubicado en la calle 18, y el 30 de marzo sus restos fueron encontrados frente al fundo “El Retiro”, camino a Quilicura, degollados.
Este asesinato causó mucho revuelo por su brutalidad, profundizando el cuestionamiento de la dictadura, sus métodos y las denuncias de violaciones a los Derechos Humanos. Sus viudas encabezaron marchas hacia el Ministerio del Trabajo exigiendo justicia y 4 meses después eran dados de baja y sentenciados a cadena perpetua 6 agentes del servicio secreto de Carabineros. Junto con ello, César Mendoza, Director de Carabineros, deja de integrar la junta militar, órgano máximo de la dictadura, la DICOMCAR es disuelta y la ola de protestas contra el régimen se recrudece.
Sin embargo, al igual que la mayor parte de los violadores de Derechos Humanos de la dictadura, estos se encuentran cumpliendo sentencia en la cuestionada Punta Peuco, reconocida por sus condiciones de confort y comodidad muy superiores a las de las cárceles comunes. Y como si esto no fuera poco, algunos de ellos son favorecidos desde el 2012 con beneficios carcelarios como la salida dominical, mientras que los máximos responsables como el dictador Augusto Pinochet nunca cumplieron sentencia. A 31 años de este crimen de estado, se pone en el tapete nuevamente la insuficiencia de lo realizado por la actual justicia chilena en materia de Derechos Humanos.
Guerrero, Parada y Nattino fueron asesinados por luchar contra la represiva dictadura militar e intentar levantar una organización que respondiera a las necesidades y demandas de los docentes en un período donde los dirigentes eran impuestos a dedo por el régimen.
Desde la agrupación docente Nuestra Clase nos parece importante no olvidar el pasado de lucha del profesorado y desde allí enfrentar los desafíos que hoy tenemos por delante cuando el gobierno, que fue puesto contra las cuerdas por lo profesores durante el paro del 2015, hoy también recurre a represión y represalias contra los docentes que nos levantamos a luchar y cuando se hace más necesario que nunca recuperar el Colegio de Profesores para ponerlo al servicio de las demandas de los colegas de base y enfrentar de mejor manera a un régimen que legisla contra nosotros porque nos teme, porque teme a la organización de los docentes y a la de todos los trabajadores.