La posibilidad de que finalmente se lleve adelante un referéndum para la independencia en Catalunya ha abierto nuevas tensiones al interior de Podemos.
Marta Clar Barcelona | @MartaClar1
Lunes 10 de julio de 2017
La posición sobre el referendum en Catalunya vuelve a levantar ampollas al interior de Podemos. Por su parte Albano Dante Fachín, secretario general de Podem en Catalunya, llamó el pasado jueves a participar de manera activa si finalmente se realiza el referéndum, aunque sin ninguna posición de voto en concreto.
En este sentido, la sección catalana del partido morado apoyará lo que considera que será una "consulta" al referéndum unilateral de independencia que tendrá fecha el próximo 1 de Octubre, según anunció el President de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Pero como han remarcado en su comunicado: "Una consulta sin acuerdo no puede ser entendida como un referéndum, puesto que este tiene que ser compartido por el conjunto de la ciudadanía y mediante un pacto con el Gobierno del Estado y el reconocimiento internacional ".
Es decir, la participación en el referéndum tendrá sentido únicamente en clave de manifestación de apoyo al derecho a decidir. De esta forma, Podem se cuida las espaldas ante la posibilidad de un resultado a favor de la independencia, que adelantan, no considerarán legítimo ni vinculante. Una posición similar a la anunciada por Barcelona en Comú, lo que adelanta que ambos partidos se preparan, como mucho, para una especie de 9-N 2.0.
De hecho, Los Comunes apoyarán el derecho a decidir pero no llamarán a votar. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ya manifestó que "Barcelona es una ciudad comprometida con el derecho a decidir y que el 1-O pondrá todas las facilidades para que esta movilización se produzca con el máximo éxito posible, como ha hecho siempre, en las Diadas o el 9N", pero eso sí, respetando la legalidad vigente. Una legalidad que rechaza de plano la realización del referendum, como ya ha expresado por activa y por pasiva el Gobierno.
Y ante las ambigüedades de su partido, Catalunya en Común, Colau defendió que esta formación tiene dudas ante el referéndum que impulsa la Generalitat, afirmando que: “Apoyaremos porque hay que dar respuestas democráticas, pero expresando dudas de si será un referéndum efectivo, que animes a toda la ciudadanía a votar y no solo a una parte”.
Por su parte, la comisión ejecutiva se ha pronunciado este lunes a favor de votar en dicho referéndum. Es decir, aunque han planteado que no es el tipo de consulta que desearían, se posicionaron de forma individual a favor del referéndum. Así lo hicieron el coordinador general, Xavier Domènech, la portavoz Elisenda Alamany y Joan Josep Nuet.
Mientras que del otro lado, Pablo Iglesias desaprobó la decisión de Podem porque "la consulta no será el ejercicio del derecho a decidir”, aludiendo nuevamente a la negación constante del Gobierno a aceptar que el referéndum se lleve a cabo. Paralelamente, Pablo Echenique, el secretario de Organización de Podemos, pedía que se realizara una nueva consulta hacia las bases de Podem para redefinir su posición el 1 de Octubre, una situación que pone sobre la mesa las evidentes grietas entre la dirección nacional del partido morado y su sección catalana.
Hasta ahora, pese a las diferencias, lo que ambos partidos defienden, tanto Podem como Los Comunes, es que la mayoría de los catalanes quiere votar. Sin embargo, las enormes aspiraciones democráticas en Catalunya que han llevado a masivas movilizaciones como la Diada de 2011 o la realización de la consulta no vinculante del 9 de Noviembre, no se reducen simplemente a querer votar, sino a que los resultados de esta consulta sean vinculantes y efectivos, incluso si el resultado sale a favor de la independencia. Ese es el verdadero reclamo que tiene lugar en Catalunya.
Es por este motivo que la "legitimidad" del resultado de una consulta de este calibre no puede buscarse en un utópico acuerdo con el Estado español y el Régimen del 78; sino al contrario en la más amplia movilización del conjunto de la población catalana, empezando por la clase trabajadora, las mujeres y la juventud. ¿Pero, se preparan Podem y Los Comunes para un escenario así? Como es evidente no, lejos de esto, tanto unos como otros se preparan para encajar una nueva frustración.
Lo que ya sabemos, es que el Gobierno está dispuesto a desplegar todas las medidas represivas que sean necesarias para evitar que se desarrolle el referéndum, que solo podrá ser efectivo y vinculante si se apoya en la movilización de las masas contra el reaccionario Régimen del 78.
En este sentido no hay medias tintas, y tanto Podem y Los Comunes juegan un papel importante. Para evitar que el 1 de Octubre se convierta en una nueva decepción solo hay una salida, abandonar la vía de un acuerdo imposible con el Estado y activar la movilización social en las calles, de forma independiente de los principales partidos que hoy están dirigiendo las aspiraciones de miles de catalanes a un callejón sin salida, es decir Esquerra Republicana y el PdCat.