¿Por qué en el CDP se habla de desencanto en la política de la derecha en materia de educación no sexista? ¿Será que nos hace falta desconfiar un poco de aquel sector al que históricamente ha perpetuado el modelo de explotación patriarcal?
Lunes 28 de mayo de 2018
El día 25 de Mayo, la encargada de género del directorio nacional del CDP Magdalena Reyes, realizó una declaración pública refiriéndose a la política de género anunciada por Sebastián Piñera, respondiendo a la agenda que el movimiento de mujeres ha logrado instalar.
Las últimas semanas hemos visto como el gobierno de derecha de Sebastián Piñera ha tenido que hacer un giro en su agenda política para ocuparse de las demandas que el movimiento de mujeres en distintas universidades y liceos ha comenzado a levantar. Demandas que van contra la violencia sexual, o el acoso callejero, hasta el cuestionamiento de la sociedad patriarcal (capitalista y patriarcal) y que, en todo el espectro del movimiento de mujeres y feminista coinciden como salida común la promoción de una educación con enfoque no sexista para acabar o enfrentar la cultura patriarcal, aun cuando hay distintas políticas y estrategias al interior del movimiento, desde sectores que se plantean separatistas, quienes buscan una salida solo hablando de igualdad formal, y quienes impulsan una política de unidad de las mujeres con los trabajadores para enfrentar la opresión pero también cuestionando al gobierno de Piñera, la Nueva Mayoría y los empresarios.
En este escenario dinámico de movilizaciones el presidente Sebastián Piñera realizó una cadena nacional anunciando su agenda en materia de equidad y género. Donde, lejos de promover una salida a los cuestionamientos que el movimiento de mujeres abre, propone salidas irrisorias para la equidad de género como, por ejemplo, el aumento en el cobro de pensiones para los hombres en las AFPs. Buscan de esta manera instalar una igualdad formal, que se basa en mantener la precariedad laboral, los bajos sueldos, la miseria, la subcontratación.
Una vez más la opinión pública es testigo de cómo el gobierno de turno y los partidos del régimen, desvían los movimientos sociales hacia un estado de letargo mediante medidas que solo mantienen el modelo y en ocasiones, como esta, acaban por beneficiar a los grandes grupos empresariales y agudizan las problemáticas descarnadas a las que nos enfrenta este sistema de opresión.
Es por lo anterior, que no deja de llamar la atención que en la declaración pública del CDP, realizada por Magdalena Reyes , Directora Nacional y Encargada de Género, se hable de un desencanto hacia la política de la derecha, que se hable en abstracto de educación no sexista para transformar la sociedad, sin cuestionar las condiciones materiales en que las profesoras deben desarrollar sus labores, ni la doble o triple jornada laboral que muchas trabajadoras de la educación somos forzadas a cumplir.
Ni una sola palabra sobre los intereses que se deben trastocar para avanzar en una educación realmente inclusiva e integradora, o no sexista, que son principalmente los intereses de la iglesia, pues, seamos claros: no es compatible la educación no sexista, bajo la moral conservadora y particularmente opresiva hacia la mujer, que promulga la iglesia. Mucho menos garantizar inclusión a la diversidad de género si tenemos aún que discutir con distintos sectores de la iglesia lo que es el género.
¿Por qué en el CDP se habla de desencanto en la política de la derecha en materia de educación no sexista? ¿Será que nos hace falta desconfiar un poco de aquel sector al que históricamente le ha sido servil el modelo de explotación patriarcal? Porque, cuando la derecha toma en sus manos estas demandas, surgen programas tales como el de Alessandri, que simplemente son desvíos cosméticos para descomprimir la presión que logra ejercer la movilización de las y los estudiantes universitarias (os) y secundarias (os).