Fue “combativo” en el discurso, cómplice en los hechos. Pasado y presente del metalúrgico que se plantea ser la continuación del kirchnerismo en la oposición.
Mariano Saleh @duroms
Martes 31 de mayo de 2016
El veto presidencial a la “ley antidespidos” fue solo la confirmación, por si hacía falta, del visto bueno del gobierno para que los empresarios puedan despedir a su antojo. En Siderca, del Grupo Techint, ya era una realidad desde la primera semana de gobierno de Macri cuando Paolo Rocca despidió directamente a 189 trabajadores efectivos.
No fueron los primeros despidos. Durante todo el 2015, los trabajadores de la planta ubicada en Campana sufrieron ataques de todo tipo, el 1º de enero de este año con 200 contratados y 700 obreros de contratistas despedidos, y otros 900 empleados fueron obligados al retiro voluntarios a lo largo de año. Además de 3 actas de suspensiones con rebaja salarial, de hasta el 60 %, según el sector de trabajo.
Por más que el Diputado del FpV, Abel Furlán diga estar “en las antípodas de las políticas de un gobierno oligárquico que viene a precarizar el trabajo” (Enlace Crítico), él mismo fue quien firmó el acta noventista y precarizadora a espaldas de los trabajadores y sus familias. El resultado de dicha negociación entre sindicato, empresa y Ministerio de Trabajo fue de 189 operarios reincorporados bajo la condición de mayor flexibilización, suspendidos ad infinitum cobrando $8.000 y buscando el desgaste para que acepten los retiros “voluntarios”. Las marchas de la comunidad de Campana y Zárate eran masivas e iban en ascenso donde estudiantes, docentes y pequeños comerciantes se solidarizaban con los metalúrgicos. Las fuerzas para conquistar la reincorporación en sus puestos de trabajo estaban en las calles pero el rol traidor de la UOM fue fundamental para desactivar ese movimiento.
Perro que ladra, no muerde
Esporádicamente se puede ver por TV al titular de la Seccional Campana, y también Secretario Nacional de Prensa de la UOM, con acalorados discursos en defensa de los trabajadores. Por aquel agitado diciembre de 2015, desde LID ya mostrábamos la tregua del sindicalismo K ante el brutal ajuste que el gobierno de Macri venía a profundizar. La realidad fue confirmando esas notas y, por si no alcanzara con lo que hizo y dejó de hacer en Siderca, se pueden ver en los recientes casos de ATMA y KTM su colaboración con las grandes y pequeñas patronales del metal.
Pero además, el 20 de mayo Furlán participó del plenario sindical kirchnerista de Villa Constitución (que en realidad fue un acto) y donde planteó que “La decisión provocativa y reaccionaria del Presidente Macri merece nuestro repudio y una respuesta contundente de parte de los trabajadores”. Los dichos contrastan con la firme negativa del Secretario General del gremio Antonio Caló a realizar medidas de lucha contra el veto presidencial y que junto a los jefes de las otras dos CGT confluirán en unas ollas populares como forma de protesta de “bajas calorías”. Ante el cuestionamiento cada vez más extendido, entre la base metalúrgica hacia Caló, por dejar pasar los despidos y suspensiones, Furlán se posiciona mas combativo para canalizar ese descontento.
“Los sindicatos son de Perón”
En un diálogo con La Izquierda Diario, Guillermo Bentancourt del PTS dice conocer bien a Abel Furlán. “Luego de la muerte de Ángel Recúpero, Furlán asume el sindicato, y en plena crisis mundial del 2008/9 me expulsa del sindicato, siendo delegado de mi sector, y a 6 compañeros opositores más, mientras la patronal tenía tres juicios de desafuero en mi contra”. La praxis de Furlán parece copiada al dedillo de la obra clave de Raymundo Gleyzer llamada “Los traidores” donde el dirigente Barreda, también metalúrgico y peronista, agitaba el paro cuando era de conveniencia para la patronal mientras se encargaba de eliminar toda oposición en el sindicato. La orientación estratégica del kirchnerismo en el frente ciudadano que llamó Cristina chocaría con esta actitud hacia la izquierda ¿o acaso piensa en readmitir a los expulsados dentro del gremio?
Pero perseguir y expulsar a los “trapos rojos” del sindicato no fue lo único que heredó de Recúpero en la realidad y de Barreda en la ficción. El año pasado se supo que Furlán y Caló están implicados en la causa por lavado de dinero y estafa al seguro de sepelios de todos los metalúrgicos, recibiendo durante décadas sobres con $20.000 dólares mensuales. En la misma causa están implicados todos los máximos popes del gremio metalúrgico, entre ellos Juan Alberto Belén, Hugo Curto y una larga lista de dirigentes que desde 1987 percibieron dicha suma. “Los diputados del FIT están en las antípodas de los FpV, Cambiemos y Frente Renovador, los podes ver en las calles peleando y donando sus dietas para las luchas de los trabajadores” concluyó Bentancourt del PTS-Frente de Izquierda.
El delegado opositor a la conducción gremial, Leandro Viana planteó que “Los trabajadores de Campana y Zárate lo conocemos bien de hace años y nadie le cree lo que dicen él y sus seguidores. Sabemos que sólo es necesario confiar en nuestras propias fuerzas como trabajadores, organizados para salir a las calles a enfrentar el ajuste de Macri y Rocca, para que no haya más familias en las calles y recuperar el salario de los metalúrgicos. Para eso es necesario arrebatarle el gremio a este verdadero burócrata y organizados en asambleas de base, tenemos que poner el sindicato al servicio de los trabajadores de la zona. Ese es nuestro compromiso desde la agrupación Desde las Bases.”
En el Facebook de la agrupación metalúrgica dicen “Exigimos un plan de lucha contra los despidos y el ajuste a los sindicatos y a las centrales sindicales. Que todo se resuelva en asambleas por sector y fábrica, o con plenarios de delegados con mandato y abiertos a la base. Que el dirigente que no cumpla pueda ser removido por la asamblea de trabajadores o renuncie. Por la reapertura de las paritarias acorde a la inflación y a la canasta familiar y el pase a planta de los miles de trabajadores precarizados y de las contratistas.”
Mas de 11.000 despidos, en su mayoría de pequeños talleres y empresas tercerizadas, otro tanto de suspendidos y salarios muy por debajo de la canasta familiar, y condiciones de super explotación para cientos de miles de metalúrgicos, hacen necesario sentar las bases de una nueva tradición en el gremio industrial mas importante del país, para enfrentar el ajuste de las patronales y el gobierno de Macri, y que la crisis la paguen los empresarios y no los trabajadores.