Durante el año, Gabriel exigía un aumento de las asignaciones; ayer su hermano Pablo votó en el Congreso la reforma previsional que las recorta. Las dos caras del peronismo tucumano.
Maximiliano Olivera @maxiolivera77
Miércoles 20 de diciembre de 2017

Los números de la votación de la reforma previsional en Diputados son claros: no se podría haber aprobado sin los votos que aportaron los diputados que responden a los gobernadores peronistas. Por estas horas, las conclusiones políticas son diversas y aquí ponemos acento en una, el doble juego de los hermanos Yedlin.
Como ministro de Desarrollo Social del gobierno de Juan Manzur, Gabriel Yedlin usó la larga campaña electoral para señalar que el aumento en los índices de pobreza se debía a la política de Macri. Un planteo engañoso, ya que muchas de las políticas de Cambiemos —como se volvió a confirmar ayer— fueron apoyados por Manzur, el senador Alperovich y los diputados que responden a ellos. Engañoso también porque el oficialismo al que pertenece gobierna la provincia desde 2003.
En sus críticas reiteradas, Gabriel Yedlin exigía al macrismo que aumente la Asignación Universal por Hijo (AUH). “La AUH debería subirse al menos en la misma medida en que subieron los alimentos. El último incremento fue menor al porcentaje de suba de los alimentos, que alcanzó el 46%. La gente tiene hambre”, decía el ministro en junio.
La demanda también era compartida por su hermano. En su sitio web (www.pabloyedlin.com) usado como plataforma electoral, Pablo Yedlin denuncia que a las AUH el macrismo fue “vaciándolas de poder de compra con la desactualización”.
Los hermanos Yedlin se habían sumado con gusto al slogan electoral “Defendamos Tucumán” y daban declaraciones filosas en las entrevistas. A través de la cartera provincial, Gabriel Yedlin estableció lazos con diversos sectores para tener mayor visibilidad. Así firmó convenios con la Universidad Nacional de Tucumán, a través de la secretaría de Extensión, o con Facultad de Filosofía y Letras, donde hasta se está formulando un posgrado en Trabajo Social a pesar de que sea una carrera de grado actual. También en esa facultad, a través de pasantías pagas y programas, logró el apoyo de la agrupación La Bolívar, actual conducción del centro de estudiantes. Por su lado, Pablo Yedlin afirmaba, como en los spots de Osvaldo Jaldo, que ellos le iban a ponerle un freno a Macri en el Congreso y que no iban a votar ninguna ley contra el pueblo.
La preocupación de los Yedlin en tiempos electorales contrasta con los hechos. Como flamante diputado, Pablo Yedlin fue parte de los 127 votos afirmativos de la reforma previsional. ¿Qué pasará ahora con la AUH? Con el nuevo cálculo habrá lisa y llanamente un recorte. En vez de que el aumento pase de los $1412 a los $1616 quedará en los $1492.
Así queda en evidencia el doble juego de los Yedlin, que es también el doble juego del peronismo: opositores en las palabras, co-gobierno del ajuste en los actos.
Pero las dos caras de los hermanos Yedlin responde un mismo modelo. Sin dudas, la AUH puede hacer una diferencia pero no deja de ser un paliativo irrisorio que forma parte de los mecanismos con los que el kirchnerismo ha institucionalizado la pobreza y las condiciones labores (y de vida) precarias. En contraste, los Yedlin son parte de un gobierno que se encarga año a año de maximizar las ganancias de las patronales locales (sojeras, citricolas, azucareras y grandes empresarios), con votos en la Legislatura o un decreto en Casa de Gobierno. Ahora también votaron la reforma impositiva del macrismo que sigue sumando beneficios para un puñado. Como lo ha señalado Nicolás del Caño, “hay un festival de beneficios a los ricos” y los Yedlin han aceptado gustosos la invitación.