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Panorama Económico. El dólar no para: ¿crónica de una devaluación anunciada?

El dólar paralelo sigue en ascenso. Fernández le dio quince días al ministro para que haya resultados con sus medidas. Volvieron los lobos de Wall Street para exigir que el FMI intervenga en la crisis local. Los gritos patronales por una devaluación no cesan.

Mónica Arancibia

Mónica Arancibia @monidi12

Viernes 23 de octubre de 2020 20:58

Otra semana de fiebre por el dólar, las cotizaciones paralelas aumentaron pese a las medidas anunciadas por el Ministerio de Economía el pasado lunes.

Este viernes el dólar blue subió a $ 195 y en la semana aumentó $ 14. Los dólares financieros, que se esperaba aflojen con las flexibilizaciones que otorgó Guzmán, también escalaron en la semana. Sin embargo, este viernes bajó el contado con liqui a $ 172,80, y el Mep a $ 156,66 luego del llamado de la Comisión Nacional de Valores (CNV), a los agentes de liquidación y compensación para que no operen la compra-venta de dólares "contado con liquidación" (CCL).

El comunicado del Ministerio de Economía del lunes que anunció las nuevas medidas aprovechó para ventilar la interna entre Pesce (titular del Banco Central) y Guzmán. Así, el texto indicó que las medidas tomadas por la autoridad monetaria resultaron dañinas. La “victoria” del ministro duró poco porque los “mercados” respondieron con el bolsillo y las tensiones cambiarias se mantienen en ascenso. Según Clarín, el presidente Alberto Fernández le dio un plazo de quince días al ministro para que haya resultados de las medidas, pero habrá que ver si es así. Guzmán fue respaldado por el presidente en varias ocasiones.

El ministro espera que con la subasta que habrá por U$S 750 millones (más deuda) los días 9 y 10 de noviembre, se estabilicen las cotizaciones. Esta medida beneficia a fondos de inversión como Pimco o Templeton, que se querían ir del mercado local y están con títulos en pesos presionando al tipo de cambio con la compra de dólares por medio del Contado con Liquidación. Dos fondos de inversión con experiencia en surfear crisis como la del 2008 y contar con información privilegiada con anticipación para proteger sus negocios.

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El jueves organismos oficiales (Anses y Banco Central) intervinieron con ventas de bonos AL30 para moderar el aumento del contado con liqui, pero no alcanzó. La semana próxima se conocerían nuevas medidas, se espera una licitación grande en pesos para descomprimir la demanda de dólares alternativos con un nuevo bono dollar-linked (se suscribe y se paga en pesos, pero que ajusta su valor según la variación el tipo de cambio oficial).

Guzmán repite que no van a devaluar, pero las presiones devaluatorias ya se instalaron. Los proveedores no quieren vender porque ya calculan a cuánto deberán reponer sus productos, y se remarcan los precios de los productos electrónicos. Según analistas habrá una devaluación entre el 15 % y el 20 % antes de fin de año.

¿Podrá Guzmán domar al dólar? Esperar y ver. Mientras tanto ya hay voces que piden por el regreso del exministro Roberto Lavagna.

Los lobos Wall Street y las maniobras de los que controlan el comercio exterior

Aunque usted no lo crea, este jueves volvieron a aparecer los especuladores que cerraron un acuerdo beneficioso (para ellos, claro) en el canje de deuda bajo legislación extranjera. Los grupos Ad Hoc, Exchange Bondholders y Argentina Creditor Committee, emitieron un comunicado con duras críticas al Gobierno por la situación económica y piden la intervención del FMI. Su temor es que Argentina incumpla los pagos de la deuda reestructurada.

Según el Gobierno, el comunicado "no representa la opinión de los acreedores" y se jacta de que "hoy el diálogo con los acreedores continúa siendo fluido". A pesar de esta visión optimista los reclamos de los especuladores coinciden en varios puntos con las demandas de los grandes empresarios que se expresaron la semana pasada en el coloquio de Idea como aplicar un plan fiscal, un ajuste del tipo de cambio y un acuerdo con el FMI. En resumen piden: un cambio de gabinete, un mayor ajuste fiscal, devaluar y que el Fondo ¿entregue dólares frescos? Si el organismo avala un nuevo préstamo y no solo la postergación de los vencimientos las exigencias serán más duras. Las movilizaciones en Costa Rica y Ecuador contra el plan ajuste del Fondo, que no volvió mejor a la región, anticipan lo que vendrá.

Las patronales exigen un ajuste fiscal mayor al que ya presentó el Gobierno en el Presupuesto 2021 ante el Congreso, que por cierto, implica dejar sin el Ingreso Familiar de Emergencia a casi 9 millones de trabajadores.

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Las arcas del Banco Central no se evaporaron solas. Los pagos de la deuda, la fuga de capitales, y la remisión de utilidades de las empresas extranjeras están entre los causantes. Así como también incidieron las maniobras de los que controlan el comercio exterior.

Según el Balance Cambiario del Central entre enero y agosto de 2020 se registraron pagos de importaciones por un total de U$S 26.035 millones, que representó un 24 % más que el año pasado. Pero si se observa el Intercambio Comercial Argentino del Indec, en los primeros ochos meses del año las importaciones se desplomaron un 24 % con respecto a 2019. ¿Dónde están los dólares si no compraron lo que iban a importar?

Este jueves el Indec publicó el informe de Intercambio Comercial. En septiembre de 2020 fue el primer mes del año en que las importaciones aumentaron (3,1 %) con respecto a septiembre de 2019. ¿Cuál fue el dato llamativo? Se importaron de Brasil y Paraguay U$S 230 millones de porotos de soja, una aumento de 432,9 % interanual. Según los agroexportadores, los productores no venden el producto y tienen que importar para continuar con su producción. Las empresas que lideran la importación del poroto de soja este año son Oleoaginosa Moreno Hnos, Cargill y Cofco internacional.

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El comercio exterior, en medio de la crisis por la falta de dólares, no puede quedar en manos privadas. Es necesario el monopolio estatal del comercio exterior, que sea el Estado quien centralice las compras y las ventas al exterior. Se podría administrar los dólares generados por las exportaciones en función de las necesidades de una producción al servicio de las mayorías populares y no de las ganancias de unos pocos. Además, permitiría controlar las importaciones y se priorizaría la compra de lo necesario.

La devaluación es un ataque a la clase trabajadora

Los especuladores y los grandes empresarios presionan por una devaluación. Este camino será un nuevo golpe a las condiciones de vida del pueblo trabajador. Un dólar más alto implica que los precios se aceleren y los salarios se abaraten.

La remuneración promedio de los asalariados privados, alcanzó los $ 50.813 de bolsillo en julio de este año. Ese salario medido en dólares en julio de este año representó U$S 675, mientras que en el mismo mes del año pasado (previo a la devaluación de agosto de 2019) fue de U$S 855. Es decir que cayó un 21 % la remuneración promedio de los asalariados privados medida en dólares en un año. La situación es más grave para los trabajadores informales y los empleados públicos.

En Argentina el salario mínimo en dólares se desplomó un 58,2 % desde abril de 2017, quedando como uno de los más bajos de la región.

Por su parte, una devaluación implica una enorme transferencia de ingresos a los grandes exportadores y a las patronales agrarias.

El discurso oficial parece la crónica de una devaluación anunciada, pero hay otra salida para la clase trabajadora. Hay que contraponer un programa de otra clase, que incluya la defensa del salario, un salario mínimo equivalente a $ 73.470,10 como la “canasta de consumos mínimos” calculada por la Junta Interna de ATE Indec, y una actualización automática de salarios en función de la inflación. Los bancos que son los que garantizan la evasión y la fuga organizada por los capitalistas, es necesaria su nacionalización y conformar una banca estatal única. La deuda, que implica una sangría de recursos y nuevos ajustes para garantizar su pago, hay que rechazarla y movilizarse por su desconocimiento soberano.

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Mónica Arancibia

Nacida en Bs. As. en 1984. Es economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.

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