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Red Internacional
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OPINIÓN EN TRIBUNA ABIERTA. El electoralismo del MAS y la autonomía relativa de las masas populares en afronte

Luego de tres modificaciones a la fecha de elecciones y las constantes negociaciones de la cúpula del MAS, las movilizaciones están cambiando de rumbo y comienzan a exigir la renuncia de Áñez. Frente a esto, vemos las declaraciones de Evo Morales y los posicionamientos del MAS que tratan de contener el ascenso de las masas, mientras el gobierno siembra un panorama para arremeter contra los movilizados, como ya lo hizo en noviembre.

Lunes 10 de agosto de 2020

Foto: Radio Kawsachun Coca

Tras el golpe de Estado en Bolivia en noviembre del 2019, el ascenso del gobierno “transitorio”, a la cabeza de Jeanine Áñez, y la expansión del COVID-19 por el territorio nacional, la coyuntura del país ha estado marcada por las masacres de Sacaba, Senkata y Ovejuyo; por la demagogia, incapacidad, corrupción y una crisis sanitaria que no es posible de ser contenida por el actual (des) gobierno. A todo esto, hay que sumarle la agudización de la crisis económica que toma forma, día a día, en los bolsillos de la población; es decir, desde la clase media hasta los sectores más empobrecidos del país, existe una sensación de que “todo está mal” (no hay alimentos, medicamentos, ni siquiera un lugar digno en el cementerio y despidos masivos).

Es en este contexto que la movilización, convocada por la Central Obrera Boliviana (COB) y el Pacto de Unidad, sobrepasa la demanda de elecciones y agudiza el descontento social contra el gobierno “transitorio”.

En principio, la movilización de sectores campesinos, indígenas, cooperativistas, trabajadores y sectores periurbanos, surge tras el cuestionando de la falta de seriedad del Tribunal Supremo Electoral que modifico tres veces la fecha de elecciones por la presión que ejerce el gobierno de Áñez, que dice respetar la “independencia de poderes”.

Posteriormente, ante la falta de respuesta del gobierno y una evidente maniobra de negociación por parte de la cúpula del MAS, sin consultar a las bases, la movilización va tomando otro rumbo, exigir la renuncia de Áñez. Ciertas capas de estás masas populares comprueban que la intención del MAS es netamente electoral y comienza un proceso de distanciamiento de la posición oficial del partido de Evo Morales.

En este contexto, en una publicación en Twitter, el Caudillo histórico del MAS, pone en claro cuál es el interés electoralista de su cúpula en Bolivia y que está en contra del estado subjetivo de aquellas masas en afronte que han empezado a marcar una "autonomía relativa" frente a la línea partidaria (vertical) de esta cúpula, es decir, aquellas bases movilizadas en varios puntos de bloqueo comienzan a cuestionar a los dirigentes masistas y empiezan a ser rebasados; pues, la consigna de estas masas populares en afronte ya no es "elecciones" sino "Fuera Añez".

Mientras el gobierno prepara la represión policial, posiblemente militar, acompañada de grupos irregulares (resistencia, juventud cruceñista, etc.); el MAS busca frenar el ascenso de masas y remarca su interés por una salida electoral arguyendo una falacia discursiva, que son de la "cultura del diálogo".

En este escenario, los medios de comunicación masivos potencian la idea de "hordas masistas", "terroristas" y, justificando el accionar de aquellos grupos irregulares, amparados por una supuesta defensa de la salud y la ciudadanía, se naturaliza el accionar violento con evidentes tintes racistas y clasistas, repitiendo el libreto previo a las masacres en noviembre del 2019.

De esta manera, lamentablemente, nos acercamos a una inminente escalada exponencial de violencia entre estos grupos de ribete fascista contra aquellas masas populares en afronte que exigen la renuncia de la “presidenta transitoria”, ante la actitud electoralista de la cúpula del MAS.

Todo esto, debe interpelar a toda la izquierda revolucionaria del país a construir una alternativa que, tomando en cuenta, fundamentalmente, pero no únicamente, las dimensiones de Clase y Etnia, se proponga la construcción de un Partido Revolucionario en base a un programa que exprese al conjunto de la nación oprimida y explotada del país. Está tarea, que está pendiente, solo será posible con la incorporación de la izquierda revolucionaria en estas movilizaciones, no solo dando su apoyo desde el balcón o la comodidad del escritorio, sino, siendo parte de aquellas masas populares en afronte.