La semana deja abiertas distintas dificultades en el oficialismo. También: a la mayor iniciativa de Juntos por el Cambio se suma el rol de los sectores más de derecha de la coalición gubernamental, como Berni y Massa y su discurso represivo ante la crisis. Del otro lado, este jueves hubo movilizaciones por justicia por Facundo Castro y contra la represión estatal. Hay que desarrollar ese camino de lucha en las calles.

Fernando Scolnik @FernandoScolnik
Jueves 3 de septiembre de 2020 22:39
La semana que se acerca a su fin ha dejado abiertas dificultades en distintos planos para el Gobierno nacional, en su intento de pilotear una gran crisis. Junto con esto, en el análisis del realineamiento de fuerzas políticas es necesario dar cuenta de que a la mayor iniciativa de la derecha de Juntos por el Cambio (analizada en columnas anteriores), se sumó un mayor protagonismo del ala derecha de la coalición del Frente de Todos que es necesario problematizar.
Comencemos por lo primero.
El terreno sanitario simboliza de alguna manera la existencia de un nuevo momento político. La cuarentena argentina, elogiada por muchos en un primer momento por haber sido implementada rápidamente, se encuentra ante sus límites. Cuando la misma ya está prácticamente agotada social y económicamente, crecen las voces de especialistas que le advierten al presidente Alberto Fernández que "el sistema sanitario llegó al límite".
Así lo señalaron este miércoles en la propia Quinta de Olivos especialistas como los de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, que entre otros datos indicaron que, por ejemplo en la Ciudad de Buenos Aires, la ocupación de camas en las UTIs es de "alrededor del 90 por ciento". El presidente repite ante esto que, si es necesario, está dispuesto a presionar el “botón rojo” y evitar el colapso.
Un elemento nuevo es que el problema es cada vez más federal. Como se sabe, pone en peligro esencialmente a los adultos mayores, afectados por una mayor tasa de letalidad. Esta semana, desde el sur, llegó una imagen que preocupa: en Cipolletti, Río Negro, se dio primera vez el caso de un paciente positivo de covid que no pudo acceder a una cama de terapia intensiva porque ya estaban todas ocupadas.
Está tensión del sistema de salud será puesta a prueba en las próximas semanas y meses. Pero ya se puede adelantar que su exigencia al límite está mostrando los resultados de décadas de desfinanciamiento, pero también los costos de no haber tomado otras medidas de emergencia ante la pandemia como la centralización de los sectores público y privado, o una mayor inversión para tener más recursos para personal y equipamiento. ¿Era prioridad seguir pagando la deuda externa en este contexto?
Un segundo gran frente de preocupación para el oficialismo llegó esta semana desde el Congreso Nacional. Como hemos analizado en otras columnas, los retrocesos en distintos temas como Vicentín y otros, han envalentonado a la derecha de Juntos por el Cambio, que este martes montó un verdadero show en la Cámara de Diputados.
La sesión estuvo al borde del fracaso, pero finalmente se logró realizar con el quórum justo. Sin embargo, para el Gobierno se trató de un triunfo pírrico, ya que lo central es que quedó al desnudo una situación muy precaria del Frente de Todos para el tratamiento de futuras leyes, lo cual condiciona sus iniciativas parlamentarias y seguirá siendo fuente de crisis en el futuro. En lo inmediato, crece la incertidumbre respecto de proyectos como el tardío y escaso impuesto a los ricos, la reforma judicial o el ni siquiera presentado por el derecho al aborto.
En el terreno económico, parece estar cumpliéndose al menos una parte de la definición que el ministro Martín Guzmán da de sí mismo: “Heterodoxo con restricciones fiscales”. De mínima, lo segundo parece cierto. El tan anunciado relanzamiento económico resultó hasta ahora un paquete bastante modesto. Los pocos anuncios de esta semana fueron de bajo impacto y no lograron despertar mucho entusiasmo, en el marco de una economía muy golpeada a la cual todavía le falta afrontar el capítulo de la negociación con el FMI y sus paquetes, esos sí, bien ortodoxos.
Contra Facundo Castro y tomas de terrenos: la derecha levanta cabeza dentro del Frente de Todos
Sin embargo, desde el punto de vista del realineamiento de fuerzas políticas, la principal novedad de la semana vino de la mano de la campaña de discurso represivo (y algunos desalojos reales) frente a la crisis social, en el marco de la conmoción por el caso de Facundo Castro y la toma de terrenos en distintos lugares del país.
Como es sabido, aquel sábado a la mañana de mayo de 2019, cuando Cristina Kirchner anunció la fórmula que pelearía la presidencia, se puso en marcha la construcción de una coalición amplia de casi todo el peronismo.
Esa ingeniería hoy está mostrando el rol que cumple su ala derecha. Los Berni y los Massa -podríamos hablar también de Manzur o tantos otros- se envalentonan al calor de los banderazos de Juntos por el Cambio, mientras que los dirigentes de la CGT y la CTA, que supuestamente representan los intereses de los trabajadores en el Frente de Todos, callan e impiden todo reclamo. Del mismo modo, los reclamos del movimiento de mujeres como el derecho al aborto son postergados, como si no fueran también un problema de salud pública en el medio de la pandemia.
El resultado de esta combinación no podía ser otro que las campañas de derecha que se observan en la situación política actual Contra esto luchan, por ejemplo, los miles que se movilizaron este jueves en todo el país para pedir justicia por Facundo Castro, decir que el Estado es responsable y exigir que deje su cargo Sergio Berni.
Pero el Frente de Todos, así como le dio aire a la derecha de Juntos por el Cambio retrocediendo ante sus exigencias, también deja que cobre cada vez más protagonismo la derecha dentro de su coalición.
Dándole la espalda al reclamo de miles, el gobernador Axel Kicillof sigue manteniendo a Berni en su cargo luego de meses de encubrimiento por parte del funcionario a la Policía Bonaerense en el caso de Facundo Castro y de que el ministro de seguridad provincial propagandice todos los días desde sus redes sociales y los medios de comunicación una política de represión y mano dura.
Más aún: este jueves Kicillof dio rienda suelta al punitivismo al decir que las tomas son ilegales y pedir que actúe firmemente la Justicia. De soluciones reales para los miles que no tienen techo, nada concreto.
Antes, en la noche del miércoles, había sido el propio presidente quien defendió a Berni en el canal TN del Grupo Clarín, diferenciándolo de la “doctrina Chocobar” y recordando con orgullo que fue Néstor Kirchner quien trajo al ex carapintada desde Santa Cruz para que actúe en la función pública.
Con este aval, el también ex funcionario de Cristina Kirchner desarrolla su creciente protagonismo. Algunos desde el oficialismo reivindican todo esto como una jugada inteligente para no dejarle el espacio “manodurista” a Juntos por el Cambio, cuando cada vez falta menos para las elecciones del 2021.
Desde otro punto de vista, se puede decir en cambio que esta orientación solo fortalece a la derecha y que el progresismo estaría perdiendo la "batalla cultural", o negándose a darla en el caso de los funcionarios, y que no hace más que sembrar terreno para una mayor represión cuando emerjan mayores luchas sociales que pretendan que no sea el pueblo trabajador el que siga pagando la crisis.
Sergio Massa es otro dirigente del Frente de Todos que aprovechó la oportunidad y se sumó a Berni en la campaña derechista. No es de extrañar por parte de alguien que supo hacer campaña electoral proponiendo sacar el Ejército a las calles. El presidente de la Cámara de Diputados fue más lejos aún y amenazó con sacarle ayudas sociales a los que luchen por el derecho a al vivienda, algo en lo que coincidió con importantes referentes de Juntos por el Cambio.
También un grupo de intendentes peronistas del conurbano emitió un comunicado sumándose a esta cruzada, en el que condenaron "rotundamente la ocupación ilegal de tierras y viviendas". "Es un delito y, como tal, la Justicia debe intervenir para hacer cumplir la Ley".
En el pasado, las teorías sobre “gobiernos en disputa” han llevado a fuertes derrotas. De lo que se trata no es de disputar desde adentro la orientación de un Gobierno como el Frente de Todos, ni de justificar aberraciones en nombre de lo posible o de la relación de fuerzas, sino de modificar la realidad. El envalentonamiento de las campañas "manoduristas" viene a recordarlo una vez más.
Para enfrentar a la derecha es necesaria la más absoluta independencia política y apostar con todas nuestras fuerzas a las movilizaciones contra la represión y la impunidad y a pelear en todos los sindicatos, centros de estudiantes y organizaciones populares por un plan de lucha por reivindicaciones de emergencia y una salida de fondo a la crisis favorable a las grandes mayorías y no a los poderosos de siempre.

Fernando Scolnik
Nacido en Buenos Aires allá por agosto de 1981. Sociólogo - UBA. Militante del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001.