Venezuela, además de su propia crisis interna, se transformó en arena de lucha encarnizada sobre el rumbo de América Latina. Dos posiciones predominan para cercarla: el desconocimiento de los resultados liderado por Estados Unidos y el reconocimiento crítico de Chile.
Nicolás Miranda Comité de Redacción
Lunes 31 de julio de 2017
Al cierre de esta edición, aún continúa la jornada de elección para la Asamblea Constituyente amañada de Maduro y el embate derechista de la oposición, una tenaza en la que pierde el pueblo trabajador del país del Cono Sur.
Pero ya se anuncian los próximos pasos del aprovechamiento imperialista de la crisis venezolana, que refuerzan las amenazas de “estallido social” de Leopoldo Sánchez y quieren liderar para cerrar la crisis por derecha.
En estos pasos, está el cerco imperialista sobre el país, a través de los Gobiernos del área. Con Estados Unidos a la cabeza, los gobiernos derechistas de JPKen Perú y Macri en Argentina, adelantaron que desconocerán los resultados, blandiendo con mano derecha el garrote.
Chile, al igual que lo hizo en la reciente Cumbre del Mercosur, blande con mano izquierda la zanahoria. Aunque criticando el proceso, anunció que no desconocería los resultados.
Aunque el curso de los próximos pasos que seguirán, estará determinado probablemente por los resultados totales, la movilización total de fuerzas de cada bando y la fortaleza o debilidad con la que emerjan en los próximos días. Al interior de Venezuela, seguramente que la posición de las FFAA será lo determinante en lo inmediato. Más de fondo, si la clase trabajadora logra conquistar una posición independiente tanto del madurismo como de la derecha.
