El continente americano se encuentra en jaque ante el intervencionismo yanqui en varios países latinoamericanos. Aunque Maduro acepte la asistencia técnica humanitaria de la ONU, está por verse la intervención política desde las fronteras de Venezuela como parte del ultimátum dado por Trump a través de Craig Faller y Luis Navarro, quienes dirigen el Comando Sur.
Sábado 23 de febrero de 2019
La promesa
Ante la promesa de Donald Trump que acumula varias amenazas de intervención militar y política estadounidense en Venezuela, se mantiene una presión extrema en las siguientes horas bajo el pretexto de enviar “ayuda humanitaria” solicitada por el titular de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó para imponer un golpe institucional impulsado, en primer lugar, por Estados Unidos y respaldado por todos los gobiernos, claramente, alineados con Washington en el caso de la crisis venezolana.
Las dificultades que arrastra Venezuela desde 2013 proviene de la crisis financiera que deriva en el cierre de empresas privadas y el aumento de desempleo, así como de la corrupción política, la caída del precio del petróleo en esa nación, entre otras.
Esto provocó fuertes concentraciones de protestas, una en 2014 y otra en 2017, donde el pueblo venezolano dio muestras de su inconformidad y, aunque fue reprimido fuertemente en las manifestaciones a través de las fuerzas policiales que sólo favorecieron el recrudecimiento de la situación actual del país latinoamericano, no está dispuesto a tolerar una intervención militar de otros países en su territorio como del Grupo Lima, principalmente Colombia, y Estados Unidos ni, mucho menos, de los europeos.
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Intervencionismo yanqui y sus aliados
Las constantes amenazas del presidente Donald Trump, quien solicitara en días recientes al ejército venezolano que retirara su apoyo al presidente Nicolás Maduro o “perderían todo”, han sido respondidas por el presidente venezolano con el cierre de sus fronteras de las islas de Aruba, Curazao y Bonaire; en especial Curazao por el “apoyo humanitario” que se envía desde Miami, de acuerdo con las palabras de Lester Toledo, representante de Juan Guaidó.
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El sábado pasado, volaron tres aviones C-17 del ejército estadounidense supervisados por el Departamento de Estado y de Defensa hacia Colombia, específicamente a la ciudad de Cúcuta, que hace frontera con el noroeste de Venezuela; donde se prepara el concierto multitudinario ´Venezuela Aid Live´ con capacidad para 500 000 personas.
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El evento tendrá lugar desde el puente internacional Tienditas; sin embargo, no está habilitado desde el 2015 por el ataque de grupos paramilitares del lado colombiano y que el ejército venezolano decidió bloquear con un camión cisterna debido a la crisis entre ambos países.
Al respecto, el almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur estadounidense, visitó Brasil y Curazao. Cabe señalar que emitió el mensaje de “salven a su gente” refiriéndose a los soldados venezolanos para que desistan de un enfrentamiento entre naciones y como parte de su estrategia de injerencia militar que refuerza el intervencionismo político en los países fronterizos con Venezuela.
¡Cuidado con el gigante dormido!
El ultimátum persiste, incluso, se han implementado bases estratégicas alrededor de Venezuela para aprovechar la crisis humanitaria que continúa en esa región para subyugar al país venezolano con la salida del actual presidente, Nicolás Maduro, e imponiendo a un elemental aliado del imperio estadounidense, Juan Guaidó.
Si ese fuese el caso, lo que nos espera en todo el continente es mantenernos críticos en esta lucha muy densa con repercusiones para todos los pueblos de esta zona del mundo. El gobierno estadounidense sacudirá huellas históricas de sus agravios acumulados contra los países latinoamericanos, directa o indirectamente.
Esto que da continuidad al intervencionismo yanqui en varios países del continente (al estilo golpe de Temer en Brasil) para someter a otro de los puntos estratégicos clave de control del continente puede extenderse y convertirse en una guerra de liberación a gran escala.
Diana Palacios
Profesora egresada de la Normal Superior, colaboradora en IdZMx