En conferencia de prensa y desconociendo la institución de las paritarias, ámbito en el que tendríamos que poner nuestros reclamos en la mesa, Suárez impuso por decreto un aumento insuficiente y en negro. Una muestra más de su política arbitraria en contra de los trabajadores
Virginia Pescarmona @virpes
Lunes 18 de enero de 2021 21:35
A pesar de varias instancias paritarias que desde el SUTE se exigió, el gobierno decretó un aumento del 20% en blanco y un bono en cuotas y en negro. Monto más que insuficiente frente a la inflación proyectada de más del 50%. Al gobierno no le quedó otra que quedar expuesto en sus intenciones de extorsionar a decenas de miles de trabajadores y trabajadoras de la educación. Cuando el SUTE cuestionó la oferta de un bono de $54 mil amenazó con no pagarlo. Esta práctica desleal en la negociación era insostenible.
Este decreto de aumento a las y los trabajadores de la educación es una medida que intenta disciplinar a quienes sostuvimos con nuestros recursos, tiempo y energías el sistema educativo de toda la provincia, en medio de una pandemia.
Frente al rechazo de la propuesta salarial del gobierno, desde el SUTE se comenzó a debatir entre los docentes y se votó en el último plenario provincial la necesidad del NO inicio de clases. Es que el aumento que el gobierno quiere imponer, ni siquiera reconoce la inflación del 36% en todo el 2020.
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Esta voluntad de pelear por mejores condiciones salariales y de trabajo hay que organizarla para ser contundentes. Como se mostró en los caravanazos de rechazo al proyecto de nueva ley de educaciónde Mendoza.
El mismo día del anuncio del decreto y a tono con los anuncios del Ministro de Educación de la nación, Nicolás Trotta, Suárez habló de la vuelta a la presencialidad en todas las escuelas de la provincia. Sin embargo, no se detallan ni protocolos ni cómo será esa hipotética vuelta. No hay garantía de vacunación tanto para las y los trabajadores como para estudiantes. Es un caldo de cultivo para nuevos rebrotes en la provincia que pongan más en crisis el sistema de salud.
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La Dirección General de Escuelas (DGE) y el gobierno, ya demostraron durante todo el año su capacidad para improvisar y poner todo la responsabilidad en las y los trabajadores de la educación. Nunca garantizaron los recursos para estudiantes sin conectividad y aumentaron la cantidad de horas de trabajo sobre nuestras espaldas y cabezas.
Tampoco desde el gobierno hablan claro en relación al estado de edificios y adaptaciones necesarias para esta vuelta y cómo se garantizará. ¿Pretenderán que todo dependa, otra vez, de la voluntad y el bolsillo de las y los trabajadores?
Si no están dadas las condiciones y no hay respuesta al reclamo de recomposición real frente a la inflación y un mecanismo elemental frente a la escalada inflacionaria como es una cláusula gatillo, las clases no pueden empezar.
Desde el SUTE se viene exigiendo una negociación paritaria real y una propuesta superadora, sin sumas en negro, que cubra lo perdido frente a la inflación y que atienda al reclamo que se votaron en asambleas y plenarios. El 28 de enero hay una nueva mesa con el gobierno, es una oportunidad de mostrar nuestro rechazo a estos atropellos.
Virginia Pescarmona
Docente, Corriente 9 de abril/Lista Bordó, Mendoza