Más allá de los discursos, ante la especulación empresarial el gobierno volvió a aceptar el chantaje. El Ministro Daniel Arroyo lo confirmó: “los productores se plantaron” fueron sus palabras.
Lunes 6 de abril de 2020 17:32
En el medio de la emergencia económica, que tiene su expresión más cruda en la demanda de alimentos que se disparó hasta los 11 millones de personas los últimos días según datos del propio ministerio de Desarrollo Social, se conoció este lunes que el Estado compró alimentos a un valor mucho mayor a su precio de mercado.
Los detalles de los precios se conocieron luego de su publicación en el Boletín Oficial. En algunos casos, la diferencia entre lo pagado por el estado y los precios minoristas a los que se consiguen los productos alcanza una diferencia de hasta 37,6 % en relación al valor de los precios cuidados. En algunos casos incluso supera el valor al que se consiguen los productos de las primeras marcas.
En particular los productos en los que se encontraron fuertes sobreprecios son aceite, azúcar y arroz. De esta manera, por ejemplo, si un aceite de 1,5 Litros cuesta, según Precios Cuidados $ 121, el gobierno adquirió aceites de las marcas Indigo, Casaliva, Ideal y Marolio por $157,80, $158,67 y $166,58.
Ante los cuestionamientos el ministro de Desarrollo Social esbozó algunas justificaciones:
“En el caso de azúcar y aceite, los precios están por arriba de lo que fijó la Sigen como precio testigo, que no incluyen la parte de logística. Decidimos, con un informe técnico, comprarlo igual en el marco de la emergencia. Hubo un gran aumento en la demanda en el marco de esta emergencia que estamos viviendo". Y continuó: “los productores se plantaron, y frente a la necesidad de llevar de verdad a todos, se decidió comprarlos por encima del precio testigo”.
Desde la izquierda, el Diputado Nicolás del Caño fue categórico al respecto:
El gobierno pagó algunos alimentos por encima de lo que habían estipulado como precios máximos. No se puede permitir que se especule con el hambre. Hay que confiscar a los grandes monopolios alimenticios para garantizar la comida para millones de personas que lo necesitan.
— Nicolas del Caño (@NicolasdelCano) April 6, 2020
En un país con un 40 % de trabajo informal, que implica que millones se encuentran sin poder acceder a ningún ingreso en las últimas semanas, y con barrios donde empieza a sentirse el hambre, la voracidad empresaria no conoce límites. Lucran con el hambre de la población.
Es necesario un verdadero plan para afrontar la crisis que, lejos de ceder ante los aprietes empresarios, parta de poner como prioridad garantizar las fuertes necesidades sociales que se vienen expresando.