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Red Internacional
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Análisis. El gobierno afianza su mayoría para los Presupuestos y su proyecto social-liberal para la legislatura

Los apoyos de EH-BILDU y ERC son presentados como un aval por izquierda al gobierno “progresista”. Lejos de este relato la mayor estabilidad afianza un proyecto que deja intacto el legado de ajustes y sostiene las grandes políticas imperialistas como vemos hoy en Canarias o el Sáhara Occidental.

Jueves 26 de noviembre de 2020

El gobierno de coalición, a poco más de un año de las elecciones que le vieron nacer, se asienta sobre el inminente acuerdo para los Presupuestos. Los socios no han variado sustancialmente desde la investidura, pero sí se consolida la delicada alianza con los acuerdos económicos con el PNV y sobre todo ERC, que consigue una inversión histórica para Catalunya a dos meses de las elecciones anticipadas.

La derecha por su parte parece haber dejado atrás, hay que ver hasta cuando, las posiciones más destituyentes de los meses pasados. La separación de Casado de Vox en la moción de censura fallida y el giro al centro de Ciudadanos, aunque finalmente no se vaya a sumar a la aprobación de las cuentas, ayudan a la normalización de la política española que desde la UE se venía exigiendo como garantía para el buen uso de los millones del fondo de recuperación.

Desde Unidas Podemos y el periodismo afín se presenta el actual panorama como una confirmación del carácter progresista de las políticas del gobierno de coalición. Las pulsiones de hace unas semanas, motorizadas por una buena parte del aparato del PSOE y el eje Calviño del Consejo de Ministros y Ministras, de redefinir los socios parlamentarios hacia la derecha, no han tenido resultado por ahora.

Se fortalece el relato progresista, pero solo eso

Sin embargo, estamos ante una nueva ilusión, o una página más del mañido relato progresista que no soporta el mínimo contraste con los hechos y resultados. Que las cuentas vayan a salir adelante con el aval de toda la centroizquierda nacionalista y la derecha vasca no modifica lo fundamental del proyecto de Presupuestos.

En 2021 habrá unas cuentas expansivas, con una inversión pública duplicada. Los recursos saldrán, si se termina superando el bloqueo de Hungría y Polonia, de los 27 mil millones que el Estado español recibirá de los fondos europeos, y de una reforma fiscal tan timorata y respetuosa de las ganancias empresariales y las grandes fortunas que seguirá dejando la recaudación española por debajo de la media de la UE.

Esta lluvia de millones, lejos de los cuentos narrados por los ministros y ministras “progresistas”, toca solo de refilón al gasto social. Éste aumentará pero, como advierten una infinidad de entidades sociales y sindicatos como los de la sanidad, muy por detrás del incremento de las necesidades sociales y sanitarias fruto de la actual crisis.

El mejor ejemplo de estas subidas que quedan en nada es el Ingreso Mínimo Vital. Más de 10 minutos estuvieron los diputados y diputadas aplaudiendo su aprobación, pero la partida presupuestaria destinada solo ha llegado para cubrir algo más de 150 mil solicitudes del millón de beneficiarios prometido.

El grueso de este incremento presupuestario será para las grandes empresas del IBEX35. Por medio del proyecto denominado “PERTE”, de grandes proyectos de colaboración público-privada, éstos grandes grupos serán los principales beneficiarios de los tan anunciados y celebrados 140 mil millones de los fondos de recuperación. No lo serán ni los hospitales, ni la atención primaria, ni el sistema de pensiones o el educativo.

Gana estabilidad el proyecto de un gobierno social-liberal para la cuarta potencia imperialista de la UE

Esta mayoría “progresista” revalidada asume también el grueso del proyecto del gobierno ya han anunciado en semanas anteriores. La reforma laboral del PP se mantendrá en lo fundamental, incluso lo relativo a la primacía de los convenios de empresa sobre los de un ámbito superior. Las pensiones se actualizarán según el IPC, pero a costa de alargar la edad de jubilación y promocionar su privatización.

El gobierno puede ganar en estabilidad parlamentaria, pero esto lejos de afianzar su supuesta “alma progresista”, lo que se consolida es su proyecto de gobierno social-liberal y la integración en el Régimen del 78 de quienes venían a cuestionarlo – Podemos-, quienes fueron su pata izquierda – el PCE e IU – y [la izquierda vasca – EH-BILDU- -https://www.izquierdadiario.es/Bildu-apoya-los-presupuestos-del-PSOE-enfrentar-al-regimen-monarquico-o-sostenerlo] y gallega -BNG- que se suma ahora entusiasta a dar estabilidad al gobierno del Estado.

En el caso de los catalanes no es un acuerdo cualquiera. ERC lo presentará como su gran baza para justificar la ansiada vuelta a la normalidad autonómica. La partida presupuestaria destinada a Catalunya supera por primera vez el porcentaje que aporta su economía al PIB. Estas son las "monedas de oro" que Rufián presentará para echar tierra sobre las reivindicaciones del movimiento democrático catalán e intentar cerrar la que ha sido la principal grieta en el andamiaje del 78.

Moncloa no solo recibirá los votos de esta alianza parlamentaria. Su proyecto económico cuenta con un activo respaldo de la UE y la Comisión Europea, hoy más cerca de las tesis de expansión del gasto que de las posiciones más liberales que, al menos en la oposición, enarbola la oposición de derechas. Además el reparto de millones y las promesas de no tocar nada fundamental del legado de ajustes y contrarreformas neoliberales, hace que desde la CEOE y las grandes empresas se mantenga una posición de leal apoyo a la labor del Ejecutivo, al menos hasta que la tormenta de la crisis amaine.

Pero si en un terreno está demostrando en los últimos días que el gobierno “progresista” es la viva continuidad de las políticas de Estado de los gobiernos del PP y el PSOE, ese es en su política exterior y de fronteras. El carácter imperialista del Estado español se despliega con toda su crudeza en las costas canarias, donde, tomando el modelo de los gobiernos griegos e italiano, se comienza a poner en pie nuevos campos de concentración para inmigrantes a la espera de su repatriación mientras miles mueren en el Atlántico como lo vienen haciendo en el Mediterráneo.

La posición ante la reanudación del conflicto saharaui es más de lo mismo. Tanto el PSOE como Podemos e IU asumen como suya la política tradicional española sobre el Sáhara Occidental, avalar el statu quo de la ocupación de la que se benefician las grandes empresas pesqueras españolas entre otras.

Cómo enfrentar este revival del social-liberalismo

Frente a este gobierno, y amparándose en la lógica del “mal menor”, la burocracia sindical, una buena parte de que dirige los movimientos sociales y del resto de la izquierda reformista, se ubican como leales socios. Otras organizaciones se contentan con “criticar lo malo y cuestionar lo bueno”, como Anticapitalistas.

Sin embargo, la reedición senil de un gobierno social-liberal solo puede servir de cabecera de playa para hacer pasar nuevos ataques históricos que a la derecha le supondría un mayor desgaste en las calles. Las pocas zanahorias que nos tira, son la cobertura de palos que prometen dejar pequeños los que los social-liberales de ZP primero y la derecha de Rajoy después nos dieron tras la crisis de 2008. Construir una izquierda independiente del gobierno y de toda ilusión en la gestión amable del capitalismo, que apueste por destrabar la paz social impuesta por los socios del gobierno en el movimiento obrero y los movimientos sociales, sigue siendo la única vía para frenar los piés a esta revival del felipismo y el zapaterismo.