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Red Internacional
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Política. El gobierno apela a la “unidad nacional” para que los costos de la pandemia los pague el pueblo trabajador

El gobierno viene buscando tomar la iniciativa con diferentes medidas, luego de una semana catastrófica para el oficialismo, que se vio golpeado desde distintos ángulos. Ayudan a esto evidentemente los partidos de la ex Concertación, pero también el propio Frente Amplio, que decide sumarse al carro de la “unidad nacional”. De fondo, Piñera sigue con su línea de mantener a toda costa las ganancias de los empresarios, arriesgando la vida y la salud de las y los trabajadores.

Miércoles 25 de marzo de 2020

Una de las medidas más comentadas el día de ayer que tomó el gobierno fue la decisión de que el sistema de salud privado pase a control del Ministerio de Salud para afrontar la crisis. Ahora, ¿qué quiere decir esto? Principalmente, que se funcionará como “una sola red”, y las clínicas responderán a la autoridad sanitaria central, mientras que los recintos dependerán de los Servicios de Salud correspondientes a sus zonas geográficas respectivas.

Habrá coordinación entre ambos sistemas, pero claro, cada recinto del sistema privado de salud mantendrá total autonomía en lo que a finanzas se refiere, es decir, el gobierno pagará a las clínicas privadas las prestaciones que realicen, como lo vienen haciendo con su modelo histórico de negocios, basado, entre otras cosas, en un desfalco permanente anual de traspaso de alrededor de 1.300 millones de dólares de parte del Estado a los privados de la salud en materia de prestaciones. Obviamente, el Estado se encargará de pagar las prestaciones que se realicen durante la pandemia del coronavirus.

Un segundo punto es que a comienzos de esta semana uno de los principales debates que se tomó la jornada fue la necesidad de #LicenciasLaboralesMasivas -campaña impulsada por La Izquierda Diario- lo que estalló tras las aglomeraciones en las estaciones de metro y en el Transantiago producto del absurdo toque de queda del gobierno, y por el bloqueo en los hechos del MINSAL frente a la entrega de licencias médicas en caso de que no se pueda reconocer “trazabilidad” que confirme que el contagio haya ocurrido en el lugar de trabajo.

Dos imágenes de las decisiones de este gobierno criminal: que los trabajadores arriesguen su salud y la de sus familias, y mantener rentables los negocios de los empresarios de las clínicas privadas.

Ante esto, el Ministerio de Salud respondió habilitando la posibilidad de que se entreguen licencias médicas en caso de sospecha de contacto o cercanía con contagiados.

Evidentemente, ni Mañalich ni Piñera hablan de los cientos de miles, millones, de trabajadores y trabajadoras que se ven obligados a asistir a sus puestos laborales en sectores no esenciales de la economía para enfrentar la pandemia (léase comida rápida, servicios del retail, call center, minería, etc), y que al no existir medidas de higiene básicas ni en las empresas ni en el transporte público, día a día se ven expuestos al contagio. Tampoco se asegura a nivel nacional que las personas del “sector de riesgo” se ausenten de sus trabajos, con goce total de sus sueldos.

Finalmente, en la segunda sesión de la Mesa Social, conformada por el gobierno, alcaldes, Colegio Médico, rectores universitarios y otros “actores de la salud”, se definieron 4 medidas: un reporte diario de las autoridades sanitarias, creación de una mesa de datos con acceso a la información para fines de investigación, construcción de una submesa con alcaldes, y establecer un sistema de coordinación regional.

Cabe destacar el hecho de que esta Mesa Social fue lanzada con un fuerte discurso de “unidad nacional”, en el cual se integró a la propia presidencia del Colegio Médico y a los alcaldes, buscando “limar asperezas” y unificar “criterios”. El gobierno busca de esa manera evitar mayores críticas y crisis. Pero claro, bajo su línea programática; manteniendo el negocio de la salud privada (ahora los test en dichos recintos costarán ¡solo 25 mil pesos!), con un proyecto de reactivación económica que significa entregar casi 12 mil millones de dólares a la rentabilidad de las empresas- donde no se asegura la prohibición de despidos, y donde las “suspensiones laborales” serán con recorte de sueldo y este “compensado” a través del Seguro de Cesantía, es decir, quitándole una parte de los fondos a cada trabajador-, o sea, un plan de defensa del empleo que no es más que nuevas garantías para suspender contratos laborales con peores condiciones salariales, y empujando a millones a seguir produciendo productos no esenciales ni necesarios para enfrentar la pandemia, mientras arriesgan su vida.

Para tratar de tomar mayor iniciativa, siendo que son políticas que evidentemente no son favorables al pueblo trabajador, el gobierno se apoya en los partidos tradicionales, en el Frente Amplio y también en las burocracias sindicales como la CUT, que mantiene una vergonzosa tregua y sencillamente se ha dedicado a estar en cuarentena, desde donde incluso ha saludado medidas de Piñera, mientras millones arriesgan su salud a diario.

Estas medidas, y el intento de esconder bajo la alfombra los graves problemas de la salud pública apelando a un hipócrita discurso de “unidad nacional” para evitar cuestionamientos, no pueden tapar la realidad que se vive en Chile: mientras los ricos y los jefes están de vacaciones, de fiesta o haciendo matrimonios, los militares reprimen en las noches cuando sencillamente no hay aglomeraciones, y el pueblo arriesga su salud y la de sus familias en los puestos de trabajo, obligados a seguir laborando para no perder su sueldo, produciendo productos y servicios no esenciales para afrontar la crisis sanitaria y la pandemia.

Para avanzar a conquistar una salida de fondo favorable al pueblo trabajador, tenemos que conquistar la paralización de todas las empresas e industrias que no sean esenciales para el combate a la pandemia, exigiendo licencias laborales masivas de aplicación inmediata para todos sus trabajadores, para quienes sean población de riesgo y para quienes tengan riesgo de contagio por contacto con alguien contagiado, con goce total de sueldo.

A su vez, es criminal que la cantidad de test acumulados sean cerca de 7.000,¡considerando que en todo el transcurso de 20 días se hicieron poco más de 3.400, y recién hace un par de días anunciaron que hicieron otros 3.500 o poco más! Es totalmente criminal. Se necesitan test masivos gratuitos para avanzar a un plan de cuarentena racional y efectivo, sin represión.

De fondo, es necesaria la reconversión productiva de todas las empresas o industrias que puedan ser útiles para la creación de insumos médicos, infraestructura hospitalaria o elementos de higiene para combatir la pandemia, bajo control de sus trabajadores.

Vamos por una salida a esta pandemia que sea favorable a las grandes mayorías y no a los capitalistas que no han dudado en poner en riesgo la vida y la salud de millones a costa de seguir llenándose los bolsillos.