La crisis del covid-19 tiene a los ancianos como el sector más afectado. No solo la las caracteriticas del virus son la razón, la crisis de la salud acumulada durante años y las pauperrimas pensiones que precarizan las condiciones de vida, también son causantes de que la tercera edad se vea mas expuesta al virus.
Lunes 23 de marzo de 2020
Foto agencia UNO
Un reportaje del diario La Tercera sacó a la luz la aberrante desigualdad en el sistema de pensiones. Según el reportaje, mientras un jubilado a través del sistema AFP saca una pensión per cápita promedio de $78.865 pesos, un pensionado de las FFAA recibe $828.310 pesos. Estos números no solo muestran la aberrante desigualdad del sistema de pensiones, también hace obvio que las condiciones de higiene, alimentación y recreación son totalmente limitadas para un sector muy amplio de la tercera edad, quienes reciben una pensión que a todas luces no alcanza a cubrir lo básico para subsistir.
Es así que el deterioro en la salud de los adultos mayores, no solo venga de parte del coronavirus, es el sistemático detrimento en sus condiciones de vida lo que afecta de manera determinante en la salud de la tercera edad que enfrenta este virus. Incluso en tiempos de pandemia, los mayores de edad tenemos que seguir exponiéndonos a grandes sacrificios y peligros de contaminación, por tener que hacer largas filas para retirar una miserable pensión y realizar largos viajes en el transporte publico.
La solución a esta crisis no ser puede la política represiva del gobierno de Sebastián Piñera con su absurdo toque de queda, ni la gestion de un ministro de salud que es acusado de ocultar información sobre los contagios.
Una salida al problema seria totalmente posible si la salud publica y privada se unieran bajo un único sistema de salud estatal, permitiendo la utilización de toda la infraestructura disponible, y se aplicaran test masivos para aislar selectivamente con todas las medidas de seguridad necesarias. Aun mas, para terminar con la escasez de insumos en el sistema de salud, se debiera reconvertir las empresas que hoy generan productos no esenciales, para usar esas fuerzas en generación insumos médicos básicos como mascarillas, jabón líquido, alcohol, etc.
