El gobierno del PSOE y Unidas Podemos se posiciona contra la propuesta de India, Sudáfrica y 100 países en vías de desarrollo de liberalizar las patentes. Hacen bloque con EEUU, Japón y el resto de países de la UE en defensa de los privilegios de las farmacéuticas.
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Santiago Lupe @SantiagoLupeBCN
Jueves 4 de febrero de 2021
Los diferentes gobiernos pertenecientes a la Organización Mundial del Comercio se reúnen este jueves a petición de India y Sudáfrica. En el orden del día un solo punto, la petición de estos Estados – apoyada el pasado 20 de noviembre por más de 100 países en vías de desarrollo- de que se liberalicen las patentes de las vacunas de la covid-19, las pruebas de diagnóstico y otras tecnologías relacionadas con la prevención y tratamiento de la enfermedad mientras dure la pandemia. La decisión la debe tomar el Consejo de los Acuerdos sobre los Derechos de Propiedad Intelectual en el Comercio, conformada por los países miembros de la OMC.
Como en noviembre, la delegación del gobierno español se posicionó junto a EEUU, Japón y el resto de países de la UE. Es decir junto a la defensa de los intereses de las grandes industrias farmacéuticas que han convertido el negocio de la vacuna en el negocio del siglo, aún a costa de la vida de miles de personas y de poner en peligro la campaña de inmunización mundial que podría poner fin a la mayor crisis sanitaria mundial de los últimos 100 años.
A pesar de las peticiones en este sentido de multitud de organismos y expertos, el gobierno de Pedro Sánchez se mantiene en la misma posición. Ni si quiera el riesgo visto estas últimas semanas a que la codicia de estas multinacionales pongan en riesgo la llegada de los viales necesarios para proseguir con la campaña, le ha hecho cambiar de opinión. Mucho menos el hecho de que los privilegios de este puñado de empresas estén dejando a más de la mitad de la humanidad al margen de la vacuna, abriéndose así la posibilidad de que el virus siga circulando, mutando y las vacunas de hoy no tengan validez en unos meses.
Los acuerdos secretos entre los Estados imperialistas y las grandes farmacéuticas, que han salido a la luz convenientemente censurados, indican que todas ellas habrían ya recuperado 4 veces lo invertido en su desarrollo. Así lo ha denunciado recientemente el eurodiputado belga Marc Botenga que tuvo acceso a estos documentos. En ellos, entre partes literalmente tachadas, aparecían clausulas tan delirantes como la prohibición de que los países de la UE cedan sus excedentes a terceros países.
Según Médicos Sin Fronteras el monto de dinero público invertido en el desarrollo de la vacuna ascendería a unos 10 mil millones de dólares. Sin embargo su explotación, distribución y cobro de los derechos de propiedad recae en unos laboratorios que se niegan a aclarar cual ha sido el coste total de la investigación, y por tanto qué monto han adelantado sus accionistas.
La barbarie capitalista alcanza en esta crisis sanitaria cuotas de escándalo. Si en la primera hora vimos como el mundo se convertía en una macabra subasta de EPIs y respiradores, ahora se mercadea libremente con las vacunas a pesar de que esto implique el riesgo de prolongar la pandemia mucho más allá de 2021.
PSOE y Unidas Podemos muestra, fuera de focos -ningún medio de importancia está cubriendo hoy esta importante reunión-, el verdadero rostro de ser el gobierno de la cuarta potencia imperialista de la UE. La defensa de los intereses de las multinacionales farmacéuticas por delante de nuestras vidas.
Es hora de que en todos los países, y especialmente en los centrales, las organizaciones obreras y la izquierda peleemos por el fin de las patentes, la nacionalización sin compensación de toda la industria farmacéutica y laboratorios y la puesta en marcha de un plan de producción masiva de viales controlado por los trabajadores del sector, expertos científicos y usuarios, que garantice un plan de inmunización eficaz no solo en Europa sino en el conjunto del planeta. Pelear hoy por una demanda anticapitalista e internacionalista como esta es cuestión de vida o muerte para cientos de miles de personas.
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Santiago Lupe
Nació en Zaragoza, Estado español, en 1983. Es director de la edición española de Izquierda Diario. Historiador especializado en la guerra civil española, el franquismo y la Transición. Actualmente reside en Barcelona y milita en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT) del Estado Español.