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Red Internacional
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BRASIL - IMPEACHMENT. El golpe contra Dilma avanza en el Senado brasilero

El circo armado por la Operación Lava Jato y su articulación golpista entre diputados y senadores gana escena nuevamente. Acusaciones contra Lula, mientras el PT ensaya en el teatro de la resistencia.

Sábado 27 de agosto de 2016

El segundo día de juzgamiento del impeachment contra Dilma Rousseff en el Senado brasilero comenzó agitado. El blablabla del primer día se mantuvo durante la segunda jornada pero esta vez se pudo escuchar en el Senado declaraciones sobre que la “ignorancia no tiene fin” y menciones sobre cómo la Cámara se había transformado en un "manicomio".

El primer testimonio solo comenzó a ser escuchado a partir de las 13.30 de la tarde, luego de una acalorada discusión sobre los testimonios, respecto de si serían considerados válidos o no. Del lado petista, la defensa aceptó retroceder con dos de ellos y del lado golpista, para acelerar el trámite, los senadores aceptaron no hacer preguntas a los testimonios.

La sesión será retomada este sábado, y seguirá sin parar hasta que el exministro de Hacienda Nelson Barbosa y el profesor Ricardo Lodi sean escuchados, como últimos testimonios. EL lunes Dilma Rousseff comparecerá para su defensa, con derecho a 30 minutos de exposición, y podrá ser cuestionada por los senadores y luego la defensa y la acusación tendrán 1.30 hs más para manifestarse. El martes sigue el rito de votación luego del debate entre los senadores.

Lula acusado, una nueva coincidencia de la Operación Lava Jato

Pero no fue solo en el Senado que el golpe demostró su avance. Como ya es costumbre en la Operación Lava Jato, el orden de los acontecimientos sigue una lógica precisa y poderosa. Como sucedió con la prisión coercitiva de Lula en las vísperas de la votación en la Cámara, o las escuchas telefónicas entre Lula y Dilma, este viernes la justicia resolvió avanzar por el hilo más débil de la cadena petista, lo que abre la puerta a nuevas inestabilidades. No puede sorprendernos ya que el PT, Lula y Dilma abrieron el camino para que la derecha avance, comenzando por la implementación de las medidas de ajuste y se negaron a una real resistencia al golpe en curso; criticaron la Operación Lava Jato cuando les convenía, haciendo declaraciones sobre la necesidad de estabilidad, "de no incendiar el país" e impulsando una política de “batallas parlamentarias” para negociar con los mismos senadores progolpistas una salida política al impeachment.

Los rumbos de la Operación Lava Jato y de la crisis política están lejos de definirse y concluirse. Es necesario sacar las lecciones de la trayectoria de conciliación del PT y construir una alternativa independiente de los trabajadores y jóvenes que se oponen a la derecha golpista, en defensa de sus demandas y del pueblo pobre.