MEDIOS // CRITICA. El gran banquete de los Mitre

En estos días los diarios publicaron un casamiento de esos que parecen ser noticia para todos. Se trata de Esmeralda Mitre, de familia tradicional si las hay, conservadora y liberal, dueña del diario La Nación. Diario fundado por Bartolomé Mitre, el mismo presidente argentino que durante su mandato (1862 a 1868) la Argentina entró a la guerra de la Triple Alianza (junto con Brasil y Uruguay), masacrando al pueblo paraguayo. Una mancha que marcó para siempre a la burguesía argentina como cipaya del imperialismo, en aquellos tiempos, del británico.

El tataranieto y del mismo nombre, Bartolomé Mitre, hoy director del diario y padre de Esmeralda Mitre, mantiene la misma línea fundadora, apoyar cuanto golpe gorila e imperialista, como el de la última dictadura. Un verdadero conservador de las tradiciones de su familia, y de su clase.

Y el otro consorte, con menos linaje pero muy conocido en la farándula, Darío Lopérfido es ex ministro de Cultura (¡qué espantoso recuerdo!) del gobierno de De la Rúa, y del noventista grupo llamado “Sushi”, junto a los hermanos De la Rúa, Aíto y Antoñito, ambos testigos de la ceremonia.

Hablar de los detalles de la fiesta y del vestido de la novia es una provocación al desparpajo. Con encajes rebordados en cristales, tules de seda arrastrando en la cola, una tiara de 1920 (por si alguien no sabe, tiara es una especie de corona al estilo de la realeza) hecha en oro, plata y brillantes de la colección privada de la joyería de Jean Pierre. Y para parecerse más aún a la nobleza, la madre de la novia, Blanca Isabel Álvarez de Toledo le obsequió a su hija un collar de oro y esmeraldas que perteneció a Eugenia de Montijo, emperatriz y esposa de Napoleón III. Una joyita.

Entre los invitados había una larga fila de políticos, empresarios, artistas, gente de los medios, que colmaron la lista de 400 en el Tenis Club de Palermo, donde no están permitidas las fiestas, pero al tratarse de los Mitre, se hace una excepción. Sería bueno puntualizar algunos políticos y funcionarios presentes: Lilita Carrió, que más allá del pasado, le preguntó por su salud a los hijos de De la Rúa, el Subsecretario de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Alejandro "Conejo" Gomez, y el Jefe de Gabinete del Ministerio de Cultura de la Provincia de Buenos Aires, Alvaro Rufiner.

Los invitados degustaron platos exquisitos, como papillote de brie y honey mustard, fricasseé de lomo Printaniere, gnocchis aireados con crema de curry. Entre los dulces se destacaron los postres de menta con chocolate y los macarons de dulce de leche y helado. El servicio de catering estuvo a cargo de Myette Ferrecio.

No vale la pena traducir o explicar de que tratan los platos, pensemos en comidas caras y sofisticadas. Aunque podríamos aclarar que papillote es un envoltorio de papel, brie un tipo de queso, fricasseé es guisado y gnocchis, bueno, los conocidos ñoquis, tal vez no como los del 29 gracias a la crema de curry, pero ñoquis al fin.

Lo bueno de todo esto, diría un irónico bastante ácido, será el destino de todas las exquisiteces que no llegarán a degustar los invitados, o sea, digámoslo con su nombre, las sobras, éstas serán destinadas a los comedores que el flamante matrimonio ayudan.

Esmeralda Mitre y Darío Lopérfido apadrinan dos comedores, la asociación civil “Por los chicos” y el proyecto “Plato Lleno”, para los que se comprometieron a donar alimentos. Los que sobren, por supuesto.

Es el trato de la burguesía a sus explotados, a los que arroja en la miseria de la desocupación, de la falta de educación pública, de la imposibilidad del acceso a la cultura.

Mientras una pequeña minoría disfruta de lujosos banquetes, la realidad de las grandes mayorías son las consecuencias de la inflación y la devaluación de los salarios, los nuevos endeudamientos que anuncian futuros ajustes, y las luchas contra los despidos.