El presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) salió ofensivamente a exigir la aprobación de este tratado, el cual les deja una puerta abierta a que las trasnacionales mantengan su política de precarización y flexibilización laboral. Un tratado acorde a los intereses de los empresarios.
Domingo 9 de octubre de 2022
El empresario chileno Juan Sutil, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), viene buscando mover las piezas para lo que será la votación del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP11), si bien hay una prórroga en la votación, lo que se espera es que se termine de zanjar algunas negociaciones entre otros países en lo que se denomina como side letters o cartas laterales.
Aun así para Juan Sutil, “Lo que se plantea es un punto político innecesario, porque las famosas side letters no tienen ningún valor respecto a los tratados de libre comercio vigentes”.
El timón del país a manos de los grandes empresarios
Es así nuevamente como los grandes empresarios del país, buscan tomar el timón de la economía chilena, no para buscar una solución al aumento inflacionario que hoy recae sobre miles de familias trabajadoras. Para esto Juan Sutil viene ocupando su cargo de presidente de la CPC, buscando presionar al gobierno que ya ha venido tomando medidas en lo que va de su mandato, muy contrarias a los discursos iniciales. De hecho, una de las medidas más evidentes a favor de los grandes empresarios por parte de este gobierno, es la mantención de la militarización en el Wallmapu. Lo hacen con el objetivo central de mantener y custodiar, el que se realice con total normalidad el saqueo y la devastación que llevan adelante las forestales.
Toda una agenda de seguridad y orden que ya lleva meses en pleno desarrollo muestran donde están las prioridades del gobierno, que ha jugado un rol clave en la administración de la crisis económica depositándola sobre los hombros de los trabajadores y los sectores oprimidos.
El TPP11 viene a ser parte del mismo plan empresarial, donde para Juan Sutil, “No hay razones ideológicas, salvo extremas, que lleven a que un tratado como este no sea aprobado por amplia mayoría. Porque al final, los señores senadores lo que tienen que hacer es votar por el bien del desarrollo del país y el TPP-11 lo único que hace es contribuir al bien del desarrollo del país, con más y mejores mercados, reglas e inversiones que van a generar más y mejores empleos”.
Pero lo que hay detrás es un falso conflicto. Si bien algunos parlamentarios oficialistas se han mostrado en contra del TPP11, su gobierno, con todas las facultades para poder retirar un proyecto que fue puesto en discusión por la política de los partidos que representan los intereses empresariales, no lo ha hecho y al parecer tampoco lo hará.
De hecho el ministro de economía del gobierno de Gabriel Boric menciona que, "El Gobierno tiene, en términos generales, una visión positiva de los tratados comerciales y también siempre buscamos que esos tratados sean convenientes para el país". Con esto dejan la puerta abierta a su aprobación.
Guardando las apariencias
Está claro que un proyecto de tal envergadura seguirá generando diversas discusiones dentro del oficialismo, pero lejos de enfrentar este tipo de tratados a través de movilizaciones y la organización, reducen la “lucha” a lo que se termine de decidir en el viejo Congreso que aún mantiene las leyes que rigen la constitución pinochetista.
¿De qué serviría solo votar en contra del proyecto si se viene planteando que los empresarios ya cuentan con los votos para su aprobación? Lejos de buscar derribar este proyecto a través de la movilización, el gobierno busca guardar las apariencias. Según como mencionan economistas del oficialismo de la misma línea de Marcel, este tipo de tratados tienen que ser llevados adelante y son beneficiosos para el país
Desde ya sabemos que cualquier política donde sean los empresarios quienes se pongan a la cabeza de su aprobación, no será buena para el conjunto de la población. Solo a través de la movilización, retomando la agenda planteada el 2019, se puede dar una salida distinta a la crisis donde no sea la gran mayoría de la población quienes paguen su costo.