Fue en el paquetísimo complejo de Costanera norte, un “bunker” histórico del PRO, donde Daniel Scioli y Carlos Zannini, realizaron una cena para recibir el apoyo de 3.200 empresarios, políticos, dirigentes sindicales, artistas y deportistas. Para un gran empresario el cubierto estaba $40 mil pesos, para el de una PYME, unos $10.000.
Ruth Werner @RWlaruta99
Viernes 17 de julio de 2015
El encuentro fue denominado por el equipo de campaña sciolista como "La Cena del Círculo Celeste y Blanco" en contraposición al “círculo rojo” de Mauricio Macri. El evento cumplió su objetivo: Scioli logró exhibir apoyo de sectores económicos y de la dirigencia sindical burocrática para la campaña presidencial del Frente para la Victoria. Por la parte patronal estuvieron, los empresarios Matías Garfunkel, Raúl Lamacchia, Osvaldo Rial, Jorge Sorabilla, Víctor Bronstein, Alberto Sellaro, Juan Carlos Lascurain y Rubén Cherñajovsky. Del lado de la burocracia sindical se destacaron, entre otros, el secretario general de la CGT oficialista, Antonio Caló, y el titular de los canillitas Omar Plaini. Todos juntos pudieron degustar un menú criollo “gourmet” que consistió en una entrada de empanaditas y burrata con jamón crudo y de plato principal una bondiola braseada con papas. Algunos operadores de Scioli, confiados, no dudaron en definir a la cena como “el primer acto formal de la fórmula presidencial”.
El evento sirvió para recordarle al confundido electorado progresista del kirchnerismo que Scioli no representa ningún peligro para el establishment. Quienes embellecen al bonaerense para apuntalar un voto al “mal menor” contra Macri no paran de hacer agua. La foto de Costa Salguero demuestra que Scioli no difiere a grandes rasgos de las opciones que presentan el Frente Renovador o el PRO. Los tres son candidatos que vendrán a profundizar el ajuste que ya está en marcha en Argentina. Gran parte de los empresarios nacionales y extranjeros comienzan incluso a preferir a Scioli, más todavía que a Macri, porque apuestan a que con el control del aparato de punteros del peronismo por un lado y el apoyo de la burocracia sindical del otro pueda ser más “eficaz” para contener las consecuencias sociales que traerán las políticas económicas del ajuste que preparan, más allá de los ritmos, los candidatos de los partidos tradicionales.
El discurso de Carlos Zannini primero y después el de Scioli buscó enfatizar que con el “país pujante” que deja Cristina ahora se viene el país del “desarrollo”. El bonaerense le habló confiado a los empresarios a quienes llamó a “seguir juntos” la senda, que, según dijo, ya iniciaron en la provincia de Buenos Aires. En una oratoria dedicada muy especialmente a los representantes de las PYMES, Scioli les dijo “soy uno de ustedes” recordando que su padre fue representante de la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa). Scioli dijo que “gobernar es crear trabajo” y prometió nuevos subsidios y créditos a patronales acostumbradas a parasitar al Estado y fugar sus ganancias al exterior.
Basta echar una mirada a algunos datos sobre la gestión de gobierno del ex motonauta para darse cuenta hacia dónde apunta el “desarrollo” del que habla. El discurso en Costa Salguero no fue la excepción y como de costumbre Scioli reivindicó los agrupamientos industriales creados durante su gestión, alrededor de 42, entre parques y sectores planificados. Sin embargo no hay estadísticas oficiales que hayan podido cuantificar que los empleos creados en la Provincia entre 2003 y 2012 (últimos datos disponibles) hayan sido consecuencia de estos nuevos parques. Lo que sí ha sido palpable, son las facilidades que se le otorgan a las empresas que allí se instalan. Amparados por los múltiples beneficios estipulados en la ley que regula la Promoción Industrial en la Provincia, los empresarios gozan de todo tipo de exenciones en impuestos provinciales y municipales y la preferencia en licitaciones del estado provincial. A pesar de estos beneficios, las empresas no encuentran obstáculos a la hora de descargar un ajuste sobre los trabajadores. El alto porcentaje de precarización e informalidad es uno de los puntos de apoyo del que se aprovechan las patronales. Pero avanzaron todavía más. En la industria del neumático, la automotriz, la metalmecánica, la plástica, abundaron y abundan las suspensiones y hasta los despidos. Solo en lo que va del año hubo suspensiones en FATE, en Siderca, despidos en Shell, en Honda, en frigoríficos como Cresta Roja hoy en lucha contra el vaciamiento. En los sectores gráficos el ataque fue grande: hubo despidos masivos como en WorldColor donde gracias a la lucha de los trabajadores hoy se está produciendo bajo control obrero al igual que en MadyGraf (ex Donnelley).
En su discurso Scioli no sólo agradeció el apoyo a los empresarios. No podía faltar el cálido afecto con el que se dirigió a los representantes de la UOM y el SMATA. No es para menos, Antonio Caló es el representante máximo de la CGT oficialista y los dirigentes automotrices fueron los que hicieron lo imposible para ayudar al gobierno y a los empresarios para que puedan aplicar sus planes como en Lear, Gestamp o Volkswagen. A ellos Scioli les prometió que van a seguir “las paritarias libres”. Un chiste de mal gusto. En la provincia de Buenos Aires, el gobierno bonaerense enfrenta año a año conflictos enormes protagonizados por los trabajadores docentes, no sólo contra los techos salariales, a veces hasta para poder cobrar.
Como denuncia la Lista Renovar y Fortalecer el Frente de Izquierda, todos los candidatos de los partidos tradicionales son “hijos políticos de Menem” y preparan un ajuste. La lista del FIT que encabezan Nicolás del Caño y Myriam Bregman y que en provincia de Buenos Aires lleva como candidato a gobernador a Christian Castillo y como vice al delegado de Kraft Javier Hermosilla, está poblada de luchadoras y luchadores, de trabajadores y de estudiantes que defienden la educación pública y el salario de los trabajadores y enfrentan a las patronales contra la precarización laboral, las suspensiones y los despidos.