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Red Internacional
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Scioli quiere hacer campaña con los derechos humanos, pero su política es impunidad y represión

Ayer Daniel Scioli visitó la Comisaría 5ª de La Plata junto al juez Carlos Rosanski, el secretario de Derechos Humanos Guido “Kibo” Carlotto y Leonardo Fossatti, quien nació en una mesa de la cocina de la quinta en 1977 y recuperó su identidad en el 2005. El gobernador bonaerense recorrió por primera vez uno de los centros clandestinos que funcionaran dentro del circuito Camps.

Miércoles 15 de octubre de 2014

Al finalizar su recorrida, Scioli prometió hacer en ese edificio un espacio para la memoria, al estilo de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). En la puerta de la comisaría, afirmó: “Queremos convertirlo en una casa de memoria, verdad y justicia, y vamos avanzando. En primera instancia vamos a desafectar esta parte de la comisaría, que es donde funcionaban los calabozos y una maternidad clandestina, que fue donde nació Leo y donde su madre fue torturada y asesinada”.

Pero para no confundir a ningún desprevenido, recordó que “buscamos fortalecer las instituciones, y contar con una Policía integrada a una política de derechos humanos, inclusión y de lucha contra la inseguridad, respetando la ley y la libertad”.

Que recién después de siete años de gestión el gobernador anuncie la decisión de poner en pie un espacio de la memoria solo puede interpretarse como un guiño en medio de su campaña electoral hacia sectores del kirchnerismo que dudan en promulgarlo como su candidato presidencial.

Porque al mismo tiempo, el Ejecutivo bonaerense viene de enviar a la Legislatura un presupuesto que aumenta un 66 % las partidas en seguridad, profundizando la política represiva que viene llevando adelante desde la emergencia que Scioli y Granados impusieron en la provincia.

Esa es la institución que busca fortalecer Scioli. La que tiene más de nueve mil policías que están en funciones desde la dictadura, la que asesina a un pibe cada veintiocho horas, la de los desarmaderos, el narcotráfico y las redes de trata.

La quinta: un símbolo de represión de ayer y de hoy

La comisaria 5ª funcionó como centro clandestino desde mayo de 1976 a febrero del año 1978. Estaba comprendida en el denominado “Circuito Camps”, una red de campos de concentración cuyo funcionamiento coordinado estuvo comandado desde la Jefatura de Policía de la provincia de Buenos Aires en general, y de la Dirección General de Investigaciones en particular. Por allí pasaron alrededor de doscientos detenidos, entre los que había al menos diez embarazadas. Tres de ellas dieron a luz en la quinta. Solo una fue liberada. Fossati y Ana Libertad, la última nieta restituida por las Abuelas de Plaza de Mayo, nacieron en esa comisaria. A esa seccional iba Von Wernich a bendecir la represión.

La Comisaría 5° también fue el sitio donde estuvo detenido y dio testimonio Jorge Julio López. “Por este lugar transitó en el juicio contra (el represor) Miguel Etchecolatz, y luego de hacer este mismo recorrido fue secuestrado y desaparecido por segunda vez”, recordó el mismo Leonardo Fossati en la visita oficial del día de ayer.

En la sentencia del juicio por el Circuito Camps de diciembre de 2012, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 1 de La Plata pidió al Ejecutivo Bonaerense que desafecte la Comisaría 5ª y construya un sitio de la memoria en el lugar, al comprobar que habían funcionado un centro clandestino de detención.
Esta comisaria también es recordada tristemente en nuestra ciudad por que en 1998 fueron asesinados cinco jóvenes, quemados vivos en un supuesto motín en estos mismos calabozos. Este hecho también sigue impune. Un símbolo de lo que significa la policía bonaerense: terror, corrupción y muerte.
Convertirla en un Espacio para la Memoria no es sinónimo de menos impunidad, si los aberrantes crímenes que allí se cometieron quedan en el pasado, como los dinosaurios, mientras afuera hay miles de represores libres.

Porque de los 130 represores que actuaron en la quinta, solo nueve fueron juzgados. Porque en la provincia de Buenos Aires fueron sesenta los centros clandestinos de detención. Porque en la actualidad, mucho más desde la emergencia en Seguridad, las comisarías siguen siendo un lugar de hacinamiento y de tortura a cientos de jóvenes pobres, muchos detenidos en forma permanente en esos calabozos inhumanos, a pesar de que la Corte Suprema de Justicia lo prohibiera por poner en peligro la vida y la integridad física de los detenidos.

Quienes luchamos por memoria, verdad y justicia contra los represores de ayer y de hoy sabemos que Scioli es sinónimo de represión e impunidad. Nosotros vamos a seguir luchando en forma independiente por el juicio y castigo a todos los genocidas, por la inmediata aparición de Jorge Julio López y contra la represión y el gatillo fácil de la maldita Bonaerense.