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Red Internacional
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1º de Mayo. El indigenismo se suma a la conmemoración de un 1º de Mayo combativo e internacionalista

La Izquierda Diario reproduce el comunicado de Wiphala Rebelde - Corriente Indígena Urbana adhiriendo al acto del sábado 30 de abril en la Embajada de Brasil (Cerrito y Alvear) a las 16 horas.

Jueves 28 de abril de 2016

La conmemoración del 1° de mayo debe ser una brújula para los pueblos y el punto de partida del final de la opresión capitalista. Hay quienes todavía consideran y son indiferentes al escuchar hablar de pueblos originarios. Es una cuestión ajena a la reivindicación de las luchas combativas y de unidad de los sectores populares, como el 1° de Mayo. Que los mártires de Chicago nada tienen que ver con quienes fueron los primeros dueños de todo el continente, donde hoy se enarbolan también crímenes históricos contra los pueblos naturales y la clase trabajadora y sus familias, y paralelamente la misma opresión y explotación alrededor del mundo “civilizado”.

Durante la conquista y posterior genocidio europeo, en todo el continente los pueblos indígenas y sus culturas experimentaron destinos diversos, desde el exterminio hasta la dispersión completa, la pérdida de sus costumbres, el cambio violento de los recursos naturales, la adaptación tribal en otras comunidades, el éxodo sin retorno. Todos tenían un común denominador, convertidos en “cosa” o subespecie humana serían botín de la gula, la expansión colona, mano de obra barata y el ejemplo transmarino de nuevos esclavos adoptados como tal, o bien se les atravesaría un sable en sus tripas como señal de poder y dominio. Así nació y se multiplicaron los primeros latifundios locales y colosales en función de la cantidad y la exigencia de los centros imperialistas de la época. la belicosa presencia de los mensajeros de los reyes transformarían la cosmovisión indígena en comarcas de crimen y castigo, de saqueo y desolación. El “indio”, como se lo dio en llamar a nuestros antepasados, sólo recibió a cambio una transculturización miserable y criminal.

Cada 1° de Mayo debería recordarse, como sucedió en E.E.U.U., que la masacre a los trabajadores no fue un hecho aislado sino el potencial freno del estado burgués, organizado con la perspectiva de su clase social, a las organizaciones obreras y sus referentes por las 8hs de empleo digno y otras reivindicaciones.

La clase trabajadora argentina, a diferencia de otras del continente por aquellos años de inicio de formación del poder concentrado de algunos capitalistas y oligarcas de sociedades mixtas con presencia de capital e inteligencia europea, recurrió a una formula no abstracta de origen, el resultado de su cacería humana sería su mano de obra barata: indio que no era eliminado, criollo que se arrimaba a las ciudades, esclavos diversos de amos latifundistas y familias enteras del interior profundo de nuestros pueblos originarios que se arrinconaban en las periferias de las ciudades que se iban conformando serían sin lugar a dudas los elementos humanos que forjarían con sus cuerpos la base del plus valor del capital, las máquinas humanas que daría dividendos líquidos en las más diversas tareas que se presentaban.

En 2010 los habitantes originarios en nuestro país sumaban 955.032 personas que se consideraban a sí mismas parte de una etnia indígena, constituyendo alrededor del 2,38 % de la población total. Pero el servicio de Huellas Digitales Genéticas de la UBA estimó que entre el 53% y 57% exhibe una contribución amerindia en su linaje, con lo que se puede inferir que cerca de 6,5 millones de personas en la provincia de Bs As tienen pertenencia, de un modo u otro, a orígenes indígenas.

Es en esa afirmación y posicionamiento político, que la corriente indígena urbana, nacida de la actividad y presencia en la mayor concentración social y urbana del país, fijamos el concepto natural que la clase obrera industrial y los sectores amplios del pueblo que conforman la clase trabajadora como palanca física de todo lo que se produce como bien consumible para el resto de la sociedad es con la participación de la cultura étnica en su sangre. Pretender y cohesionar intelectualmente en contrasentido es deliberadamente desconocer los orígenes verdaderos, las costumbres prácticas y los valores inherentes insertos en nuestro pueblo moreno, nuestros queridos “cabecitas”, que en la inmensidad de la vorágine capitalista son decididamente invisibilizados.

Es esta la cuestión más directa que debería ligar y dar sentido a la lucha política y social de los referentes indígenas que hoy dicen representar a comunidades en las luminarias de las principales ciudades. El exotismo propio y el encandilamiento de los exotistas alrededor de los “caciques”, desdibuja y compromete la razón primaria de su pertenencia verdadera, su presencia inocultable en el ejercicio ciudadano y obvio en las filas de miles de obreros y trabajadores en general.

También hay una pretensión academicista, una intención de transfusión intelectual, devenida en enciclopedista, emanada en las usinas-mentes de los especialistas de las ciencia sociales que concluyen filosamente en el silencio, de que las luchas obreras no contienen ninguna exclamación del grito sagrado de libertad proveniente de centurias de opresión y pillaje: los pueblos originarios fueron los primeros en sufrirla y los primeros en resistir el genocidio centroeuropeo, cuya resultante como herencia hoy es el capital transnacional, las corporaciones de diversos orígenes capitalistas en el marco de una manifestación más osada del poder financiero internacional: el imperialismo, cuyo eufemismo moderno es globalización.

El 1° de Mayo entonces no es una exclamación contestataria y de unidad en la lucha de la clase trabajadora solamente, sino un punto de partida donde apoyar la subjetividad por otra cosmovisión, por otro paradigma y en el que los pueblos hermanos del interior profundo confluyen culturalmente con sus hermanos de los centros urbanos donde se encuentran sobreviviendo. Por eso, como día internacional, las comunidades y sus referentes, aunque en sus conciencias no esté afirmada tal concepción, deberán contemplar una jornada de reflexión y unidad en la solidaridad con la clase trabajadora por una reconstrucción y reparación histórica, que desde la interculturalidad occidental se pretende dar lección de civilidad, integración y futuro, cuando en realidad, es ésta la verdadera civilización capitalista, y no es más que el despojo de humanidad por un puñado de espejitos de colores.

Hemos cuidado éstas tierras por miles de años…no la destruirán en nuestro nombre ni la poseerán sin nuestra lucha. Por un 1° de MAYO internacional y de independencia definitiva de todos los explotados y oprimidos de nuestro continente, abajo el Golpe en Brasil y el ajuste que sufre su pueblo adherimos a acto convocado por el PTS-Frente de Izquierda, el sábado 30 frente a la Embajada de Brasil. ¡Jallalla, Jallalla, tinkunakama uauquy!

WIPHALA REBELDE
CORRIENTE INDIGENA URBANA.